Los colmillos de Ezio penetraron con fuerza el cuello de la chica que tenía en sus manos. La sangre bajaba desde la garganta y goteaba en el suelo, había pasado mucho tiempo desde su última presa fresca y estaba falto de práctica. Al finalizar su cena, absorbiendo la última gota del líquido escarlata que lo mantenía vivo, dejo caer el cuerpo al suelo.
El vampiro miró la mujer, ¿Qué haría con ella? Fue una de las preguntas que pasaron por su mente, luego de un rato se encogió de hombros, la recogió y la tiró en un zafacón gigante que había detrás de una pizzería.
Después de mirarse en un espejo lateral de un auto que estaba estacionado cerca de donde él estaba, se aseguró de no tener ningún rastro de sangre, y comenzó a caminar hacia el apartamento que tenía en la ciudad.
— ¿Por qué te tardaste tanto? — Quinn le preguntó tan pronto vio a Ezio entrar al apartamento.
— Estaba dando un paseo, ¿Qué pasa? — Él preguntó al notar el rostro lleno de preocupación de la bruja.
La pelinegra tenía una mirada que reflejaba nerviosismo e inquietud.
— ¿Pasa algo, Quinn? — Ezio preguntó nuevamente, preocupación notándose en su tono de voz. No era normal ver a la bruja nerviosa.
Ella asintió y le hizo una señal para que él la siguiera. Ezio frunció el ceño cuando escuchó su chimenea prendida y tragó con dificultad cuando vio alguien sentado en su sillón de espaldas a ellos dos.
— Al fin haz decidido aparecerte. — Una voz gruesa e intimidante comentó.
Quinn miró a Ezio de reojo y él dio unos pasos hacia al frente.
— Mi lord...no lo esperaba hasta dentro de unas semanas. — Ezio respondió escondiendo todo tipo de inseguridades.
— Hay rumores de que la señorita Rozenn, está en la ciudad. — El extraño explicó.
— Mis hombres están buscándola, todavía no me han traído noticias, mi lord. — Ezio mintió con desdén.
El misterioso hombre se paró lentamente y luego se acomodó su traje. Después de unos momentos se volteó para mirar a Ezio a unos pasos de él.
— Dicen que un vampiro poderoso la está escondiendo de mis garras, te aseguro que el que la tenga, está cometiendo el peor error de su vida. — El hombre dijo mirando fijamente a Ezio.
— Mi descendencia me llamo Draco por una razón, mi nombre es latín para dragón... ¿Sabes lo que significa dragón? — Draco preguntó mientras caminó hacia unas ventanas con miradero hacia la ciudad.
— No lo sé, mi lord. — Admitió Ezio.
— El dragón es el símbolo universal del poder, la inteligencia y la astucia. Los dragones son seres maravillosos, majestuosos y grandiosos. Para algunas culturas representan el mal y son tomados como demonios mientras que en otras, representan sabiduría y son vistos como dioses. — Draco comentó aún observando la ciudad.
— Muchos me consideran un ser majestuoso, inteligente y poderoso. Mis súbditos harían cualquier cosa por mí. — El hombre se volteó y miró a Ezio desde donde estaba.
El vampiro sabía que Draco sospechaba que él tenía a Emilia, pero su comportamiento no le daba ningún indicio a su lord. Pero sabía que tenía que sacarla de su otra casa tan pronto tuviera la oportunidad.
— Otros rumores dicen que la familia se conecta, la sangre llama a la sangre. Tu primo está aquí también y está buscando a tu amada. Nunca pensé que llegara a ser poderoso, por lo que se, su sangre es sucia y no posee las cualidades de un rey, ¿O me equivoco? — Draco comentó burlonamente.
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Las dos caras de Emilia (editando)
Vampire"Ella es como la luna, parte de ella siempre escondida." - Dia Reeves En los ojos de una bella dama hay más de un misterio, el que se deja ver y el que esconde. Muchas personas, a través de los años han odiado a Emilia, hasta el punto de querer ma...