Epílogo
Par de días después de lo sucedido...
Una gran fiesta inundaba la noche oscura que carecía de luminares haciendo que la luna brillara sola en el cielo.
Emilia observaba con desprecio como las brujas caribeñas bailaban alrededor de una fogata celebrando la partida de un ángel caído, desde el balcón de la casa de madera de la bruja que ofreció su hogar para ayudar a Lydia.
Una de sus piernas colgaba del borde del balcón mientras la otra permanecía haciendo equilibrio encima del borde, espalda recostada al poste que aguantaba el techo, trago en mano, tratando de ahogar su pasado.
― Pensé que te habías marchado...
La vampira suspiró antes de terminar su trago. Sabía que Ezio llevaba rato contemplándola desde el marco de la puerta a unos pasos de ella, pero había decidido ignorarlo hasta que fuera necesario dirigirle la palabra.
― Aquí estoy, sorpresa…― Emilia le siguió el sarcasmo tratando de relajar la incomodidad que sintió cuando Ezio recostó sus brazos en el borde del balcón, a su lado.
La vampira giró su cuerpo para colocar sus piernas en el suelo, a la vez dándole la espalda a la actividad. Ezio bajo la mirada, tratando de redactar en su mente las palabras que quería dejar salir pero no se atrevía a decir.
― Por favor, no lo hagas...
― ¿Perdón?― La voz de Emilia interrumpió su tren de pensamiento y el muchacho preguntó confundido.
― Aun en mis tiempos de confusión recuerdo lo que hiciste por mí y por Lydia, pero eso no significa que sienta lo mismo.― Emilia admitió, colocando su brazo alrededor del poste en que hace unos minutos había estado recostada.
― No quiero que lo interpretes así, lo hice porque quise, no para tratar de ganarme tú confianza. Lo intente una vez y mira a donde me llevó. ― Confesó Ezio. Luego se irguió y la miró fijamente.
Emilia bajo la mirada un poco avergonzada pero Ezio aprovechó el momento para acercarse y colocar su mano debajo de su barbilla para mirarla a los ojos.
― Pero algo que nunca negare serán mis sentimientos por ti, aunque el viento se los haya llevado lejos de aquí.― Continuó el vampiro cerrando la distancia entre ellos poco a poco.
― Sé que lo nuestro nunca funcionara, ¿Y qué? Me da igual...
Emilia tomo las manos de Ezio y las bajo de su rostro sin nunca quitar su mirada de la de él.
― Así que entenderás si te digo que me voy...― Emilia susurró.
Ezio acercó su rostro al de ella y cerró sus ojos, pero nunca llegó sentir el aliento de la vampira sobre sus labios, así que abrió sus ojos para encontrarse solo en el balcón.
Esta vez Emilia se había ido y no existían esperanzas de que sus vidas se volvieran a encontrar por el resto de la eternidad.
NOTA DE LA AUTORA:
Gracias por el apoyo que me han brindado, las palabras se quedan cortas con lo que en realidad quisiera demostrarles. :)
Hice un nuevo video, espero que les guste hehehe xD
Coming soon: El renacer de los caídos ^.^
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Las dos caras de Emilia (editando)
Vampire"Ella es como la luna, parte de ella siempre escondida." - Dia Reeves En los ojos de una bella dama hay más de un misterio, el que se deja ver y el que esconde. Muchas personas, a través de los años han odiado a Emilia, hasta el punto de querer ma...