Capítulo 21 - Buscando salidas en la oscuridad

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Capítulo dedicado a @AlexZenk por su creacion hermosa. ¡La nueva portada!

— ¿Emilia tengo miedo?

La vampira paró de caminar por el bosque para mirar con detenimiento a la niña que la seguía ciegamente buscando respuestas.

Lydia se sentía temerosa al adentrarse a un mundo que no conocía pero que lo había dejado pasar desapercibido. Confiaba en Emilia pero al haber revelado su verdadera identidad y peor aún compartir el mismo secreto asustaba a la niña.

Muchos pensamientos corrían por la cabeza de Emilia, entre ellos por qué arriesgó su vida para salvar a Aija y Lydia de las garras de la muerte. Pudo haberlas dejado allí, dejando que el velo negro de Thanatos las arropara para siempre y le diera una vida eterna, bella y llena de paz. Ella no necesitaba a nadie a su alrededor, no necesitaba compañía, entonces. ¿Porque lo había hecho?

—    No tienes que temer pequeña, yo estoy aquí para protegerte. — luego dio unos pasos hacia la niña y la abrazó. — Además de que te enseñare a cómo protegerte y que el mundo te tema.

La niña examinó el rostro de la mujer que tenía de frente. Era todo lo que su tía le había enseñado a no ser, pero con Emilia ella se sentía libre. Libre como los pájaros que veía desde la ventana de su antigua cabaña, libre como la naturaleza en todo su bello esplendor.

—    No quiero que me teman, solo quiero ser libre, Emilia.

La vampira aún la tenía en sus brazos y se sorprendió al escuchar esas palabras saliendo de la boca de una niña. ¿Cómo era posible que una niña pensara en libertad? ¿Porque se sentía presa? Esos no eran pensamientos dignos de una niña, pero al fin y al cabo después de todo lo que había pasado, ¿Quién no se sentiría encerrado en el mundo?

— ¿Por qué me convertiste en tú peor pesadilla, Emilia?

Emilia la soltó y le dio la espalda, esa era la pregunta que la seguía atormentando, aun no conocía la respuesta, pero quizás era el sentimiento de soledad lo que más le aterraba, ya que con Aija y Lydia había encontrado una nueva familia.

— Tu mi pequeña saltamontes, — se dio la vuelta para mirarla a los ojos — Aun no merecías morir. Así que te regale una segunda oportunidad de vida. Ahora necesito que me prestes atención, Lydia. Es más difícil cazar animales para la cena que cazar humanos. — Emilia explicó con una sonrisa verdadera.

Lydia se arresmilló al escuchar las palabras "Humanos y cazar" en una misma oración.

—    Ahora, presta atención y sígueme.

Tan pronto la vampira comenzó a correr con una velocidad sobrenatural, Lydia sonrió y se apresuró a correr también. No quería perderse cada detalle de la naturaleza, cada color, cada olor, cada sonido y cada tacto que mantenía con la tierra húmeda debajo de sus pies mientras seguía la figura de Emilia al frente de ella.

Era fuera de lo normal que la tarde estuviera húmeda para el caribe y más cuando se trataba de la isla llamada Puerto Rico. Solo una vez Lydia la había visitado, en el 1887 cuando fue con Aija a visitar a su tía política de parte de Aija y su madre.

—    ¿Cuánto más tenemos que caminar?

La niña ojeó a Ezio que se veía un tanto confundido con el cambio de clima que estaba cubriendo la isla.

Las dos caras de Emilia (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora