09 - Ojos Bonitos

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|• Ojos Bonitos •|

—Y como te llamas —pregunté recostandome un poco al asiento de copiloto. Se puso un poco incómodo.

Mantuvo silencio por unos momentos y contestó con duda.

—Estefan.

—Crei que era chico de ojos bonitos —murmure.

—¿Crees que mis ojos son bonitos? —vaciló con tono de broma.

¡Yuju, empezaba hacer bromas!

—Si... Lo creo, solo si te quitaras la bufanda te apreciaría mejor –—mientras estiraba mi mano para poder verle la cara.

—Estamos mejor así —aparto con cuidado mi mano. Ahora yo me sentía incómoda.

No respondí y me límite a quedarme callada viendo por la ventanilla las casas con sus luces de afuera encendidas. Cerré mi ojos un momento y de pronto el auto dejo de moverse.

Me desperté y ya habiamos llegado. Tome mi cartera saque unos billetes y se los tendi.

—Adios chico de ojos bonitos —le dije acercandome a su ventanilla él solo rió.

—Hasta pronto ojos bonitos —y me guiño un ojo.

Estaba emocionada y le saque la lengua, un gesto infantil pero estaba claro que no estaba en mis cabales. Entre en el recinto de dormitorios, me subí hasta mi piso; toque un par de puertas para saber cuál era la mia hasta que Susan me llevó. Ella habitaba en los dormitorios primerizos, por lo que ya estaba acostumbrada a este tipo de eventos alcohólicos y lo agradecí.

Una vez adentro tiré mis botas por un lado y me fui al cuarto de mi amiga a ver si había llegado pero nada ni un rastro de ella, seguro se quedará a dormir con Louis.

Le dejé un buzón de voz diciéndole que habia llegado, fui a mi baño tire toda la ropa que llevaba. Disfrute una pequeña ducha, salí con mi camisón que ya olía a demasiado usado osea apestoso pero no me importó y me fui a dormir.

O al menos eso intentaba, ojos negros me perseguían en mis sueños, las sonrisas de Miller, las miradas de Estefan, y los modales más bonitos de Tobías.

Tape mi rostro con las sabanas eran las tres de la madrugada y yo despierta por tres chicos. Mierda esto iba cada vez peor, primero sólo uno ¡ahora son tres!


****

Me levante a mi habitual horario de semana, vestí y desayuné. Tome un par de barritas nutritivas de piña; regalo de mi amiga y me fui con calma a mi aula, revisé mi horario y no lo traía en mi bolso. Deprisa me fui a mi casillero (siempre guardaba otro ahí) puse la clave y en efecto, miraría a Miller, ahora me lo tenia que aprender para poder estar preparada antes era más fácil, no le tomaba tanta importancia pero ahora, ahora, tengo que ir con cuidado de toparmelo.

«¿Ahora le huyes a sus miradas cuando antes le buscabas?» Recrimina mi mente y si que tenía razón.

Suspire y me encamine con los demás. La cabeza me dolía como el infierno. Maldita resaca de dos días. Camine con el peor de mis humores hasta sentarme en mi silla, me puse mis lentes de lectura y repasaba mis apuntes anteriores.

—Muy centrada con la clase Charlotte —entorne mis ojos y mire a Fhilip a la par mía. Le sonreí forzada.

—Hey —musite sin entusiasmo y fije mi vista a mis apuntes.

—Te mandan esto –—me puso encima de mi cuaderno una pequeña tarjeta envuelta en cinta amarilla— creo que ahora nos miraremos más seguido –—y empezó hacer gestos raros con sus cejas, frunci mi ceño, me quite los lentes y leí el remitente. Me los puse para ver si era mi vista la que me fallaba y me los volví a quitar.

De: Tobías Moura.
Para: Charlotte.

Tape mi boca por la repentina sorpresa. ¡Tobias me mandaba carta! Me levante deprisa hasta donde Fhilip, por Dios no me creía verme corriendo por él , y le tome del brazo.

—Hey Fhilip ¿Conoces a Tobías? —dije jadeante, joder, necesitaba hacer ejercicio. Soltó una risa que me hizo sentir tonta, como si fuera lo más obvio del mundo.

—Es mi hermano Charlotte, nos vemos después tengo clases y tú también —señalo detrás de mí pero yo no pude articular nada, estaba pasmada por ese nuevo descubrimiento. ¿Fhilip y Tobías? ¿Hermanos?

Me encamine casi en modo automático de regreso y con el rostro perdido. Tome la noté y si que tenia buena caligrafía, no podía abrir la carta aquí, obvio no, mire hacia todos lados como si de una bomba se tratase y la guarde en mi bolso.

La clase concluyo normal, sin nadie que me hablará, ni me viera, eso se reducía a Miller otra vez ignorando a Charlotte. Espere paciente a que todos salieran y solo Miller y yo quedabamos me puse de pié, sentía una tensión casi palpable.

—Estuvistes callada —Hablo él.

Otra vez al juego Lottie. Le miré de reojo y me encoji de hombros.

—Y muy inquieta por cierto  —afirmó.

—Me estabas ¿analizando o acosando? —sugerí divertida.

Ladeó una sonrisa y me mordi el labio inconsciente.

—De todo un poco ¿Te apetecería almorzar conmigo? —dijo relajado.

Demasiado relajado, y la mini charlotte que llevo dentro empezo a bailar y gritar como si un toro la persiguiera por su labial rojo.

—Claro —le di una sonrisa tímida.

—Vale, pasaré por ti cuando salga de mi clase —me guiño un ojo.

Si fuera helado, ya estuviera por lo suelos derretida. Como puedo estar pillada por este chico.

¿Y TobíasPreguntaba esa voz quisquillosa que ignoré por completo.

Un Amor Secreto ||Ezra MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora