Un Amor Secreto ||Ezra Miller

21 - Extraño

|• Extraño •|

Nuestro paseo en canoa fue de lo más gracioso, Louis tenia pánico de caerse asi que se fue con uno de los encargados con mayor experiencia. Nuestro grupo fue de Lexa, Ezra y yo burlandonos de mi pobre amigo. Luego le siguió el spa, y por último los recordatorios, que consistia en la cámara instantánea para cada una. Y con cuál le voy tomando fotos a los chicos en mi recámara.

Nos hemos levantado temprano ya que el pronóstico del tiempo no ha estado a nuestro favor y se aproxima una tormenta que, talvez nos alcance a mitad de camino. Y como los ganadores que fuimos nos toco levantarnos antes que los demás.

Los chicos habian hechos maletas un dia antes, esto me trae al instante los recuerdos de ayer arriba de esta cabaña... Ezra me dio una sorpresa tremenda. Una hora antes de que nos tocara la actividad decidimos bajar y dormimos acurrucados por el frío.

Reprimo un bostezo mientras cierro la maleta y caigo de espaldas en la alfombra de piel, poniendo de lado buscando comodidad, cierro los ojos y escuchó la puerta abrirse.

—Ya chicos, podemos ir entrando a los buses -—anuncia alguien quien creo es el profesor. Un sonido extraño es murmurado por mi parte.

Froto mi rostro para despabilarme un poco. Me levanto y muevo los tobillos de mis amigos para despertarlos. Lexa me tira una patada que esquivo con rapidez y abro los ojos con asombro.

-—¡Ya bola de holgazanes! Nos van a dejar —digo moviendolos. Veo a Louis hacerme una mala mirada y levantarse en modo zombie.

Tomo mis maleta y la arrastro hasta afuera, esperando a que salga o si no me darán ganas de tirarme a la cama. Veo a los demás animados hablando y siento mi estómago rugir de hambre.

—¡Lex, joder! no desayunaremos —digo, mientras toco como loca la puerta a puño cerrado.

Un olor a café hace que me paralice por completo y empiece a olfatear como un can hambriento. Me detengo cuando lo veo con una bandeja de frutas y tres café.

—Buenos dias —murmura con una sonrisa fresca.

—Son los mejores buenos dias, te lo aseguro —digo plasmando un beso en sus labios.

Tomo un café y me siento en el suelo a comer las frutas. Los chicos salen con la peor cara posible y les enseño el café, sus rostro cambian en una fraccion de segundo sonriendo al tomar el primer sorbo.

Caminamos con las maletas a cuestas, Ezra ya tiene su equipaje en el bus y nos ha guardado asientos. Sin duda me llevo un gran recuerdo de este lugar, sonrio con nostalgia y nos metemos.

Media hora después el bus arranca, junto con el empieza la brisa hemos sacado unas mantas y nos hemos acurrucado en el viaje, escuchando música y charlando.

***

Sé que llegando una vez pisando la universidad, comenzarán las vacaciones y eso conlleva el ir a visitar a mi familia. La prensa ha estado lejos de mi por muchos años, las últimas veces que fui donde mis padres no estaban. Sólo en el imperio, claro.

Un suspiro pesado sale de mí, cuando el bus se parque anunciando nuestra llegada. Observo a Ezra abrir los ojos de a poco, me parece tan lindo. Una semi sonrisa cansada me regala y le devuelvo el gesto.