|• Resaca •|
Una vez dentro del Nissan viejo de mi amigo, abrí la botella de champagne y con el famoso pico de botella tomamos todos.
—Callense la boca o los dejo a todos tirado en esta vereda —murmuró con voz ronca Louis algo inusual en él.
Lo quedamos viendo atónitos y callamos, luego Lexa le salió una flatulencia pestifera fue imposible no reír y bajar las ventanillas del auto.
—¡Hija! Que frijoles comistes, parece ácido que me arden los ojos —gritaba Harry desde el asiento de copiloto.
—Es para matar los mosquitos —musito avergonzada por los exceso de alcohol.
Mi estómago ardía de tanta risa sentía que me orinaba hasta que lo dije.
—¡Me orino, me orino, me orino! —decia sofocada, porque no aguantaba.
—¡ay dios! —Louis iba enojado y no sólo con nosotros.
—Bajense —dijo Harry cuando aparcaron en la vereda de una casa estilo victoriana, y un gran césped muy cuidado.
—Arruinare el céspeddd —musite mareada y con la lengua trabada.
—Me importa un coño.
—No quiero... —me sentía como una niña regañada.
—¡Ve a orinar ahi! —gritaron Harry y su pareja.
Corrí hacia el césped, baje mis bragas y lo hice cuando de pronto se activaron los rociadores del jardín. Pegué un grito de susto y fue mi perdición.
Había despertado a los perros de esa casa, a duras penas levante mis bragas y corrí como pude con los perros detrás de mí. Louis ya había calentado el motor, asi que una vez dentro piso el acelerador y los perdimos de vista.
—¡Te ibas a quedar sin culo amiga! —reían todos.
Y al parecer mi hazaña calmo el humor de Louis y Harry.
Una hora después estabamos subiendo a nuestro piso cantando una canción que no me sabía, me quite toda la ropa y me puse un camisón enorme que tenia guardado para estas ocasiónes y me dormí en mi habitación.
****
Escuché unos gritos a lo lejos tomé mi almohada y cubrí todo mi rostro. Los gritos se hacían cada vez mas cercanos cuando en mi puerta retumbó un enorme sonido. Me levante sobresaltada y gruñi de enojo, revise el reloj de mesita y eran las doce del medio día.
Me di un baño, me vestí con unos short cortos, una camisa sin mangas.
—Buenos di... —mis palabras se quedaron a mitad cuando vi la cocina hecha un desatre.
Platos rotos, café esparcido, condimentos destapados y sobre todo. Mi amados trozos de piña en eñ suelo... Louis estaba con un sartén en mano, Harry con unos trozos de beicon que Lexa le quitaba. Frote mi sien y respiré hondo.
—¿Quién... Tiro... Mis trozos de piña? —pregunté de lo mas calmada.
—Yo —dijo Louis —como te puede gustar eso...
—Este en mi piso y es para mis batidos Louis —respondí furiosa.
Me alejé y fui a mi habitación a buscar mi bolso con la billetera dentro, cuando sentí un olor raro. Salí y mi puerta estaba llena de salsa de tomate. Creo que a todos nos afectó la resaca.
—Voy a salir, cuando venga espero este la cocina limpia ¡y mi puerta también! —grité saliendo.
Tomé un autobus y me bajé en la comideria mas cercana, desayune y luego me dirigí al supermercado, mi celular empezo a vibrar.
—¿Aló? —contesté mientras caminaba por los pasillos del supermercado.
—Buenos dias hermosa —dijo una voz que poco reconocí.
—¿Quien habla? —me detuve a mitad del pasillo.
—Tobías, el de la disco.
—Ya te recuerdo... —imágenes bonitas pasaban por mi mente, el chico de ojos avellana... —¿qué tal?
—Bien, bien. Ehh yo queria saber... Si podiamos salir a tomar un helado en la tarde —dijo nervioso.
—No hay problema —conteste sonriendo emocionada.
—Nos vemos luego, nena —y corto la llamada.
Me sentia boba mirando el celular. Tomé la piña más bonita, pastillas de menta y shampoo para el cabello. Pagué en caja y tome un taxi directo a mi piso.
Todo estaba impecable, como me gusta, sonreí y solo Lexa se encontraba en el piso comiendo cereal mientras miraba una película de vampiros. Me senté junto a ella.
—Odio la resaca, no volveré a tomar asi —murmuro con un rostro de espanto, y yo reía de ella.
—Tus flatulencias apestan —la miré y ladeo una pequeña sonrisa. Como amaba a esta mujer.
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Un Amor Secreto ||Ezra Miller
FanfictionLa sociedad la ha mantenido como la "Solterona de la familia" cansada de los reportajes amarillista sobre su vida, decide irse a estudiar lejos de su hogar. Dejando atrás su familia y apellido. Charlotte siempre ha estado enamorada del chico de ojos...