29 - Capturados

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|•Capturados•|

Bajo del auto observando el pequeño restaurante de estilo retro. En estos momentos me siento desubicada por el auto que traje, es sencillo y esta gente no esta nada sencilla.

—¿Te gusta? —pregunta a la par Tobías.

—Si, es bonito. Solo que nosotros no encajamos —hago énfasis a nuestra ropa. Chasquea su lengua pensativo.

—Lo resolveremos pero antes entremos, muero de hambre y no quiero volverme carnívoro —hace un gesto con sus manos en seña de que mordera mi brazo. Ruedo mi ojos ante su actitud exagerada y lo jalo a la entrada.

El RockanRoll esta impregnado por todos lados, desde la música hasta las personajes que estan sentadas y no hablemos de la decoración del lugar. La mesera nos invita a sentarnos, y lo hago yo porque mi compañero necesita ir al baño.

Pido una pizza vegetariana con extra de piña y dos vasos de té helado. Es inevitable no mover los dedos al ritmo de Elvis Presley, un grupo de personas se disponen a bailar en la pista. El vibrar alucinante de mi móvil hace que me levante y salga para evitar el ruido de la música.

—¿Charlotte? —contesto.

—Mi hermosa, ¿Cómo estas?

Una sonrisa boba me asalta y me recuesto al coche.

—Extrañandote pero bien ¿Y tú?

—Deseoso que regreses a casa y probar tus labios.

Sonrío sonrojada mordiendo mi labio inferior.

—No sigas que me pongo nostálgica.

—Bueno, tengo deberes que cumplir y tu eras mi prioridad. Te quiero, mi hermosa.

—Te mando besos, Ezra —escucho leves pasos detrás mio y doy media vuelta. Solo hay arbustos rodeando el lugar sin nada extraño de igual forma me siento observada.

—Mejor ven —su tono "seductor" hace que ría negando con la cabeza.

—Adios —me despido gratificada por el sonido de su risa.

Cuelgo la llamada para luego prender la linterna, enfoco a varios lados dondr creo haber escuchado el ruido pero no veo nada. La puerta del lugar suena una campana en alerta de que alguien a salido.

—Entra, tengo sorpresas.

Sin duda ese chico no es Tobías. Su peinado es tan... Brillante y duro y la ropa parece robada a alguno de los que se encontraban con nosotros. Tiende una bolsa al aire y la mueve mientras camino a su dirección.

—¡Qué has hecho con mi Tobías! —exclamo dramática él me toma por la cintura y me hace girar.

—Es nuestra noche nena, ve a cambiarte.

—¿Qué traes ahí? —arqueo una ceja revisando por afuera la bolsa.

—Dobla en el pasillo a la izquierda y encontrarás los baños.



Minutos más tarde...


Mis pies están que arden —grito en su oreja. No llevo tacones ni nada pero hace dos horas desde que me puse este vestido amarillo con puntos negros junto con un peinado un tanto inflado en la cabeza y no he parado de bailar con este chico.

Un Amor Secreto ||Ezra MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora