Máximo Gastrell ardía en furia al serle revelado por la partera el embarazo ilegítimo de su única hija. Y maldecía la hora en la que Constanza había nacido.
Habría tenido dos varones mayores que ella, pero lamentablemente, todos habían nacido muertos. Al final, su esposa pudo dar a luz a un bebé vivo, pero para desgracia de Máximo, se trataba de una niña. Poco después su mujer murió y él ya no puso interés en volver a casarse, pero sí en buscar un marido con una enorme fortuna para su hija.
Tenía ganas de ir por ella y matarla a golpes, pero se esforzaba para contenerse. Muerta no le servía de nada, aún quería casarla con el Regidor, pero tenía que hacer algo con ese bastardo que llevaba en su vientre.
—¿Mi hija ya sabe que está embarazada? —preguntó a la mujer mayor, ella estaba de pie, frente al escritorio, vistiendo su ropa humilde, sucia y rota.
—No. No sabe nada. Es una niña, ni siquiera se lo imagina.
—Nadie debe enterarse, ni ella, ni su amiga, nadie en este barco. Será un secreto entre usted y yo.
La partera asintió.
—Tampoco quiero que ese niño nazca —entenció —. Usted sabe de hierbas y esas cosas. Haga lo que sea para interrumpir el embarazo de mi hija, sin que ella se dé cuenta ni salga perjudicada.
—Esto le va a costar más. Lo que usted me pide no es sencillo.
—¿Puede o no?
—¿Cuando quiere que empiece?
—Hoy mismo.
—El trabajo durará varios días. Y por lo visto ustedes no son de aquí.
—¿Cuantos días, exactamente?
—Una semana, tal vez. Después, cuando empiece a sangrar, su hija necesitará a alguien que la atienda.
—Son suficientes días para encontrar un médico. Le dirá a mi hija que está enferma, invente algo. Dele sus hierbas y dígale que son para que se ponga mejor. Y más le vale que funcione.
—No se preocupe por eso.
Los dos cerraron el maleficio trato. La partera bajó de la nave rumbo a su casa, ahí buscó lo que necesitaba, lo metió dentro de una canasta y regresó.
Constanza y Rosemary, seguían encerradas dentro del camarote. Ambas sumamente preocupadas por la visita de la partera, pero la rubia, era una joven con más experiencia y trataba de calmar a su amiga que era un manojo de nervios y llanto.
—¡Entiende, Constanza! Debemos salir de aquí lo antes posible. El que esa mujer haya venido no me da buena espina. —susurraba mientras caminaba en círculos a un lado de la cama en donde la joven de ojos verdes estaba sentada.
—¿Por qué mi padre trajo a esa mujer?
—¿Qué no es obvio? Cree que fuiste secuestrada por un grupo de piratas. Esa mujer vino a cerciorarse de que sigas siendo doncella.
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Little Bird
FanfictionTras una feroz tormenta, el Perla Negra a sufrido daños e inevitablemente toda su tripulación se ve en la necesidad de esconderse en la isla más cercana mientras la nave es reparada. Ahí mismo e inesperadamente, el Capitán Jack Sparrow recibirá un r...