Capítulo 26. Juntos otra vez

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Constanza y Rosemary aguardaban en el cuarto de navegación. Sus ropas y cabello aún goteaban agua marina; el frío de la noche les palidecía los labios y les hacía que les rechinaran los dientes. 

Estaban ya muy lejos del peligro, se sentían seguras, pero algo inquietaba a la más joven de ellas. Algo que gritaba en su cabeza y comenzaba a aturdirla.

El Capitán Jack Sparrow apareció en la habitación, con una botella de ron y dos tarros de madera. Sirvió a las mujeres el licor y a cada una le dio una bebida.

—Solo hay ron y agua dulce en la nave. Pero el ron les dará calor. —se disculpó.

Rosemary miró a su amiga y le negó con la cabeza, en su estado no podía beber nada de alcohol.

—Yo así estoy bien, gracias. —dijo Constanza.

—Pero estas temblando, toma un poco, aunque sea. —sugirió el pirata.

La joven rubia le hizo otra señal a su compañera, un solo gesto bastó para que Constanza entendiera lo que ella quería decirle. Debía de contarle ya acerca del bebé que esperaba.
La chica de ojos verdes suspiró. ¿Realmente estaba lista para decírselo? Rosemary se aclaró la garganta y se levantó de su lugar.

—Creo que iré a dar un paseo por la cubierta. —dijo y los dejó solos para que pudieran hablar a gusto.

Jack se sentó en su lugar, miró a Constanza algo preocupado, ya que ella se veía igual. ¿Estaba nerviosa? Era normal, habían pasado muchas cosas en tan pocos días, pero ahora estaba segura, estaba a salvo, estaba con él.

—Jack... —pronunció con voz temblorosa, a causa del frío y los nervios.

—Dime, pajarito. —respondió tiernamente.

Miró al pirata a los ojos, para darse valor.

—Lamento todo lo que dije. En serio.

—No lamentes nada, Constanza. Tenías derecho a estar molesta. Soy yo quien debe pedir disculpas. No tengo excusas para lo que hice, pero te juro que me arrepiento de todo y jamás lo volveré a hacer. Lo prometo.

—Cuando me dijeron que el Perla estaba por zarpar, salí corriendo, para alcanzarte, pero ya era demasiado tarde.

—¿Por qué te fuiste de la isla? Después de que salimos de Tortuga, regresamos, pero me dijeron que te habías ido.

—¿Qué caso tenía quedarme si ya no estabas? Te amo Jack. Por favor... No peleemos más. —suplicó.

Jack sonrió ante tal petición y abrazó a la chica.

—Amor de mi vida, si deseas estar conmigo para siempre, debes de saber que no será nada sencillo. —Advirtió —No importa lo que pase, nunca voy a dejar de amarte.

—Hay algo más que debo decirte.

—¿Qué cosa es?

—Creo que estoy esperando un hijo tuyo.

Jack se separó de ella. Lo había tomado por sorpresa. Ahora lo que Gastrell había dicho tenía sentido.

—¿Jack?

—¿Estas segura, pajarito?

—Realmente no lo sé. Yo no sé de esas cosas.

—Entonces ¿por qué sospechas que puedes estarlo? ¿Cómo sabes algo de lo que no sabes?

—Mi padre hizo que me viera una mujer... Una partera para cerciorarse de que siguiera siendo doncella. Luego la mujer me dio un té, dijo que era para que me recobrara del susto que había pasado. Pero Rosemary se dio cuenta de que era un brebaje para causar abortos... Es por eso que sospecho. Rosemarie dice que si lo estoy, pero quisiera estar segura.

Little BirdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora