59. Colibrí

90 10 4
                                    

Me despierto gritando y llorando, miro mi cuarto y por unos segundos pienso que solo fue una pesadilla, hasta que miro su billetera en mi mesa de luz. Mi corazón da un vuelco y mis lagrimas empapan mi rostro, mi madre entra por la puerta y se acerca a mi, me abraza con todas sus fuerzas, susurandome que todo estara bien.

Le digo entre sollozos e hipidos que debi detenerlo, que debi saberlo, que era mi culpa que Apolo hiciera aquello. Me contradice y me pide que me calme, que lo olvide con pesar. Mi corazón no puede mas de tristeza, dolor, y vacio. Siento como si me hubieran arrebatado una parte de mi.

Me duermo llorando, con mamá consolandome como si fuera una niña pequeña que le teme a los monstruos.

************************************

Abro mis ojos, estoy aun en mi cuarto, las cortinas corridas no evitan que un rayo de luz entre, escucho la televisión de la cocina, las voces de mis padres murmurando, mi cabeza me esta matando. Bostezo agotada, considerando volver a dormirme para no llorar, pero mi estomago empieza a rugir de forma desenfrenada.

Luego recuerdo que ya no solo soy yo, sino un... no quiero ni pensar la palabra. Debo comer por dos, punto.

Me levanto a regañadientes, en cuanto salgo de mi capullo de mantas, el frio arrasador me golpea. Voy al baño y hago mis necesidades, me limito a acomodar un poco mi pelo despeinado y lavar mis dientes, me resigno ante mis ojeras y mi cara de enferma llorica.

Bajo las escaleras, y me dirijo a la cocina, de donde proviene un olor a tocino, huevos fritos, y pancakes. Me apoyo sobre el marco de la entrada, viendo a mis padres cocinando en silencio, alzan la vista cuando me notan. Me sonrien y me piden que tome asiento para desayunar.

-Cuando termines de desayunar, haremos una visita al médico y a tu psicóloga, Thea.-casi escupo la comida de mi boca en cuanto escucho a papá decir eso.

-¿Médico?-trato de decirlo calmada y sin tartamudear, pero es inevitable que un matiz de nerviosismo se filtre en mi voz.

-Siempre lo hacemos todos los meses, ¿recuerdas?-dice Dalia comiendo.-Además, dado lo que paso... creo que te haria bien una visita con la Dra. Hart.

El desayuno luego de eso trascurre tranquilo, mis padres siguen hablando y comentando algunos cambios, como por ejemplo, una nueva escuela, porque en definitiva no volveré a donde... También me dicen que sus horarios han cambiado, asi que mamá estará todas las mañanas mientras papá trabaja, y en las noches sera al reves, ella en el trabajo, él en casa. También me preguntaron que tal me parecia la idea de mudarnos a otra casa, tal vez en otra ciudad. Les dije que mudarnos no cambiara nada de lo que paso, no quiero irme de aqui, estan todos mis últimos recuerdos de este año, y por mas que me duela, no quiero olvidarlo.

************************************

Mi cabeza maquina miles de posibilidades, una después de la otra, trato de calmarme mientras esperamos en la sala de espera a que nos llame el doctor, miro la bandita en mi brazo derecho que me puso la enfermera cuando saco sangre. Mis padres estan a cada lado de mi, leyendo revistas para pasar el tiempo, y yo estoy volviendome loca internamente.

-Dorothea Boone. Sala 5.

El aire se escapa de mis pulmones, mis padres se levantan y siento un repentino impulso por empezar a hacer un berrinche para no entrar. Cruzo mis brazos en mi pecho para que ellos no vean mis manos temblorosas, me reincorporo con ellos y comenzamos a caminar.

Mi corazón late deprisa, como si supiera que estuviera a punto de morir si entra a ese cuarto. Marcus toca la puerta antes de entrar y se escucha la voz de la doctora diciendonos: "Adelante".

Ángeles Entre Nosotros | SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora