Capítulo 4.

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Nathaniel.

Llamé a los chicos y les avisé de la buena noticia, de inmediato ellos vinieron a mi casa con todas las cosas que habíamos comprado para organizar la fiesta. Yo ya estaba de buen humor, así que los ayudé a acomodar todo sin que Teodoro se diera cuenta. Ella pensaba que yo mañana no estaría en casa y que tal vez la pasara con alguno de los chicos, ya que ella nunca se entera de las fiestas que hacemos en mi casa porque yo me encargo de que los del servicio limpien temprano todo el desastre que dejamos, y además, a Teo le daría algo si se enterara del tipo de fiestas que hacemos, así que hacemos lo imposible para que no se entere.

-Este es uno de los mejores tequilas.-dijo Max sosteniendo una botella de tequila en sus manos.

-Por supuesto que lo es, Max.-dije.

Cuando estaba rompiendo la bolsa de los vasos, mi teléfono comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón, y sin ver quién era el que me llamaba, descolgué la llamada.

-¿Hola?

-Nathaniel.-la voz fría y siempre neutral de mi padre me sorprendió, dejando caer la bolsa de vasos que sostenía.

-Papá.

-Nathaniel, me imagino que ya Teodoro te informó la noticia. Lamentamos en serio el que no podamos estar mañana en tu cumpleaños, pero unos socios nos invitaron a una cena mañana por la noche y no nos podíamos negar.-dijo.

¡Claro! Sus estúpidos socios siempre más importantes que yo.

Pongo los en blanco.

-No se preocupen, estaré bien.-dije.

Después de unos segundos de silencio, habló:

-¿Qué te sucede?- Preguntó él en un tono "preocupado".

-¿Qué me sucede de qué?-fruncí el ceño.

-Has estado raro, Nathaniel. Tu mamá me contó sobre cómo le hablaste por teléfono la última vez que te llamó, y eso que fue para avisarte que íbamos a Florida hoy. No estarás tramando algo allá en casa, ¿verdad?

-Yo no le hablé mal a mamá, papá.- dije, alzando un poco la voz. En serio me sacan de quicio.-Y, no estoy tramando nada. Mañana pasaré el día con los chicos en la casa de Lincoln.-miento. Pero después recuerdo que los papás de Lincoln son muy amigos de mis papás y puede que mi padre les pregunté si es verdad lo que le acabo de decir.

Demonios...

-Como sea. No quiero más problemas, Nathaniel. Mantente al margen de cualquier tipo de problemas.-dijo en tono serio.

-Como digas, papá.

-Bien. Hablamos luego. Tu madre te manda saludos. Adiós.-y antes de que respondiera con un cordial "adiós" también, cortó la llamada.

Saqué todo el aire que llevaba conteniendo durante la llamada. Hablar con mi padre me ponía nervioso, ya que siempre usaba su tono frío y autoritario siempre. Cosa que me irritaba, porque se creía el rey del universo.

Después de varias horas, los chicos y yo habíamos acabado de organizar algunas cosas, lo demás lo terminábamos mañana. Ya el Sol se estaba escondiendo a las seis de la tarde, mientras que Lincoln, Josh, Max y yo nos tomábamos un par de cervezas sentados cerca de la piscina.

-Oh, Lincoln, anoche estaba revisando mis fotos y adivina lo que encontré.-dijo Max burlón.-Me encontré una foto tuya desnudo boca abajo, en la piscina flotando, en la fiesta del miércoles.

Max y Josh soltaron una carcajada mientras Lincoln rodaba los ojos recordando lo borracho que estaba ese día.

-Tus nalgas se veían pálidas.-dijo entre risas Max.

Mi Amigo con DerechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora