Capítulo 23

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Lauren.

-Dios, me siento horrible.

-Estás horrible. – rió Peyton.

Tosí, tosí y tosí.

-¿Puedes pasarme aquel pañuelo? – pregunté, acostada en mi cama.

Peyton asintió y extendió su brazo, agarrando el pequeño pañuelo que estaba en la mesita de noche al lado de mi cama, y me lo tendió a mí.

-Gracias. – y me sacudí los mocos.

-Ew. – dijo, haciendo una mueca de asco.

Yo la fulminé con la mirada.

-Boba. – susurré.

-¡Ya llegó mi sopa! – dijo Kelsey entusiasmada, entrando a mi habitación con una taza de comer.

-¿En serio hiciste la sopa? – pregunté arqueando una ceja.

-Claro, quedó – ajuntó sus dedos y los besó en expresión de que su sopa había quedado "increíble".

Peyton soltó una carcajada burlándose de Kelsey y esta la miró incrédula.

-Igual, lo que importa, es que lo hice con amor. – me tendió la taza, y yo a regañadientes, me acomodé en la cama y me senté, agarrando la taza.

Vacilé un momento en si comer o no, pero no porque lo había preparado mi amiga, eso lo agradezco, sino porque no tenía apetito y aunque en estos últimos tres días que he estado con el resfriado no he comido nada, aún no tengo apetito.

-Ayer y todas estas noches casi no me dejabas dormir, te escuchaba tosiendo toda la noche. – se quejó Peyton, sentada en mi cama, con los brazos cruzados.

-Sí, a mi igual. Y eso que mi habitación está antes que la de Peyton. – ladeó la cabeza mi otra amiga.

-Lo siento. – dije con la voz ronca, jugueteando con la cucharilla en la sopa.

He estado tomando los medicamentos que me había dicho Lucas que tomara, ya que Kelsey lo llamó y le dijo, dramáticamente, que yo estaba muy mal con mi resfriado y que si no hacía algo para quitármelo, iba a terminar pegándoles la gripe a ella y a Peyton.

Pero igual me sigo sintiendo como el primer día, pero un poco mejor. No he salido de casa, tampoco de mi habitación, paso casi la mayor parte del día durmiendo, y a veces cuando no tengo nada qué hacer – nunca hago nada – comienzo a rebuscar algún libro que tengo guardados.

-Uhm... No está mal. – dije, probando la primera cucharada de la sopa.

Miré a Kelsey, y sonrió orgullosa.

-¿De verdad? –me preguntó sorprendida Peyton. – Entonces, necesito probarla. ¿Quedó más?

-Ah, ¿ahora sí quieres? Pues no, no hay más. – dijo Kelsey.

-Sé que hay más. Iré a la cocina. – se levantó de mi cama, y Kelsey la miró gruñendo mientras Peyton salía de la habitación.

Mis amigas son las mejores que pude haber tenido, no las cambiaría por nada. Las quiero mucho, a pesar de que a veces se pongan pesadas e irritables pero igual así las aprecio mucho. Así lleve más año de amistad con Peyton que con Kelsey, a Kelsey la quiero como si la conociera desde siempre, las dos son distintas pero a la vez iguales, son un par de locas, y no es fácil vivir en una misma casa con ellas, ya que son ruidosas, chillonas e insoportables. Pero son personas que han estado conmigo en los momentos más difíciles de mi vida y ellas son tan especiales para mí que de verdad no sé qué hubiese hecho sin ellas en mi vida.

Mi Amigo con DerechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora