Lauren.
-Dios, me siento horrible.
-Estás horrible. – rió Peyton.
Tosí, tosí y tosí.
-¿Puedes pasarme aquel pañuelo? – pregunté, acostada en mi cama.
Peyton asintió y extendió su brazo, agarrando el pequeño pañuelo que estaba en la mesita de noche al lado de mi cama, y me lo tendió a mí.
-Gracias. – y me sacudí los mocos.
-Ew. – dijo, haciendo una mueca de asco.
Yo la fulminé con la mirada.
-Boba. – susurré.
-¡Ya llegó mi sopa! – dijo Kelsey entusiasmada, entrando a mi habitación con una taza de comer.
-¿En serio hiciste la sopa? – pregunté arqueando una ceja.
-Claro, quedó – ajuntó sus dedos y los besó en expresión de que su sopa había quedado "increíble".
Peyton soltó una carcajada burlándose de Kelsey y esta la miró incrédula.
-Igual, lo que importa, es que lo hice con amor. – me tendió la taza, y yo a regañadientes, me acomodé en la cama y me senté, agarrando la taza.
Vacilé un momento en si comer o no, pero no porque lo había preparado mi amiga, eso lo agradezco, sino porque no tenía apetito y aunque en estos últimos tres días que he estado con el resfriado no he comido nada, aún no tengo apetito.
-Ayer y todas estas noches casi no me dejabas dormir, te escuchaba tosiendo toda la noche. – se quejó Peyton, sentada en mi cama, con los brazos cruzados.
-Sí, a mi igual. Y eso que mi habitación está antes que la de Peyton. – ladeó la cabeza mi otra amiga.
-Lo siento. – dije con la voz ronca, jugueteando con la cucharilla en la sopa.
He estado tomando los medicamentos que me había dicho Lucas que tomara, ya que Kelsey lo llamó y le dijo, dramáticamente, que yo estaba muy mal con mi resfriado y que si no hacía algo para quitármelo, iba a terminar pegándoles la gripe a ella y a Peyton.
Pero igual me sigo sintiendo como el primer día, pero un poco mejor. No he salido de casa, tampoco de mi habitación, paso casi la mayor parte del día durmiendo, y a veces cuando no tengo nada qué hacer – nunca hago nada – comienzo a rebuscar algún libro que tengo guardados.
-Uhm... No está mal. – dije, probando la primera cucharada de la sopa.
Miré a Kelsey, y sonrió orgullosa.
-¿De verdad? –me preguntó sorprendida Peyton. – Entonces, necesito probarla. ¿Quedó más?
-Ah, ¿ahora sí quieres? Pues no, no hay más. – dijo Kelsey.
-Sé que hay más. Iré a la cocina. – se levantó de mi cama, y Kelsey la miró gruñendo mientras Peyton salía de la habitación.
Mis amigas son las mejores que pude haber tenido, no las cambiaría por nada. Las quiero mucho, a pesar de que a veces se pongan pesadas e irritables pero igual así las aprecio mucho. Así lleve más año de amistad con Peyton que con Kelsey, a Kelsey la quiero como si la conociera desde siempre, las dos son distintas pero a la vez iguales, son un par de locas, y no es fácil vivir en una misma casa con ellas, ya que son ruidosas, chillonas e insoportables. Pero son personas que han estado conmigo en los momentos más difíciles de mi vida y ellas son tan especiales para mí que de verdad no sé qué hubiese hecho sin ellas en mi vida.
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Mi Amigo con Derecho
Teen FictionA Lauren no le interesaba salir con chicos, ella sólo quería olvidarse de su pasado rebelde y de los problemas con su familia; y en lo único en que se enfocaba era en sacar buenas calificaciones en la universidad. Hasta que conoció a Nathaniel, el e...