14-maldita loca.

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-es mi vida la que se está poniendo patas arriba, soy yo la afectada, soy yo la que está sufriendo con todo esto- dijo moviendo exageradamente sus brazos.

-¡has caso es por tu bien!- alce la voz tratando de que de este modo hiciera caso

-¡que me digas que es lo que está sucediendo!-dijo también exaltada.

-¡has caso de una jodida vez y sube a mi cuarto, ahorita voy!- dije en modo de regaño y algo paso por sus ojo.

-¡no soy una jodida niña para que me hables de ese modo!- ya no estaba temblando su voz.

-¡pues compórtate como una adulta y has caso, que este tema no es de tu incumbencia!- estaba a segundos de empezar a gritarle para que me hiciera caso.

-QUE TE JODAN- me grito para dame la espalda, la seguí no podía dejar que entrara en su casa

-ven aquí Camila- dije reduciendo un poco mi tono de voz, me ignoro y eso me cabreo.

Acelere el paso y me plante frente a ella, cuando vi su intención de pasar por mi lado me agache para agarrar sus muslos y ponerla en mi hombro.

-¡suéltame!, ¡suéltame!- decía está pegándome en la espalda y para molestarla un poco más le di una nalgada.

-quédate quieta - le murmure con tono enfadado, deje mi mano allí para que su vestido no se subiera y se le viera algo más de la cuenta, entre en mi casa nuevamente bajo la atenta mirada de mis hermanos y primo, pase de largo subiendo las escaleras llegue hasta mi cuarto y la baje allí, antes de que pudiera reaccionar salí encerrándola allí.

-bien, será mejor que nos demos prisa esta por aclararse por completo y tenemos que deshacernos de este asunto rápido, Antón saca el auto y parquéate frente a la casa vecina, Adam ayúdame a sacarlo de la casa, y Alan quédate aquí por si Camila logra salir del cuarto.

Cada uno cumplió con lo que dije, cuando el auto estuvo estacionado y con la cajuela abierta entre los dos sacamos al hombre aun inconsciente, y lo metimos allí.

-llévenlo a la casa de nuestros padres y déjalo en el sótano bien asegurado, yo voy en algunas horas.- dije, después entre en casa escuchando los gritos de Camila.

-ABREME LA PUTA PUERTA ALAN, TE JURO QUE TE VOY A CORTAR LAS BOLAS COMO NO ABRAS- escuchaba que gritaba mientras subía las escaleras

-es por tu bien Camila, solo espera un poco y te juro que abro la puerta- decía Alan sentado frente a la puerta concentrado en su celular.

No escuche respuesta de su parte por lo cual fruncí el ceño, me acerque hasta mi hermano el cual solo levanto la vista del celular y se volvió a concentrar en su aparato, le quite el seguro en la puerta y la abrí lentamente, pero para mi sorpresa Camila no estaba en el cuarto, entre en el cuarto y revise el baño para encontrarlo vacío, la ventana estaba abierta de par a par.

-joder, enserio Camila-dije mientras me asomaba por la ventana y efectivamente Camila está terminando de llevar al suelo-¡estás loca! – dije lo suficientemente alto como para que me escuchara, levanto la vista y cuando me vio me enseño el dedo corazón.

-recuérdame no volver a encerrar a Camila en una habitación con ventana- le decía a Alan mientras pasaba para llegar hasta Camila nuevamente.

CAMILA

Cuando termine de bajar rápidamente cogí lo tacones y bolso  para salir corriendo en dirección a mi casa.

-maldito loco si cree que puede dejarme encerrada en su maldito cuarto por no querer decirme que es lo que sucede- refunfuñaba mientras aseguraba por dentro la puerta principal.

Subí rápidamente a mi cuarto también asegurando la puerta y la ventana, bote los tacones  y la cartera a la cama mientras que me encerraba en el baño, después de un lago y relajante baño, comencé a vestirme, mire el reloj y cuando me di cuenta de la hora me asuste.

-de seguro ya perdí el trabajo- me lamente mientras terminaba de acomodarme la camisa.

-alo, buenos días con el señor Fabio- dije cuando descolgaron el teléfono.

-buenos días, señorita Camila.

-señor Fabio, lamento llamara a esta hora y más habiendo faltado el día de hoy al trabajo.-

-tranquila señorita fui notificado de su inasistencia el día de hoy al trabajo, así que la espero el día de mañana, para seguir con su trabajo, que tenga buen día.- sin poder responderle algo termino la llamada.

-eso fue fácil y raro-dije mientras veía el teléfono- bien veamos que está haciendo Alexia.- busco su contacto y le marco a los tres tonos me responde.- hola Alex.

-por fin te reportas mujer, necesito hablar contigo urgente – su voz era de angustia total.

-¿en dónde estás?-hable también preocupada.

-en mi casa-dijo a punto de llorar.

-ya voy para allí.-colgué rápidamente el teléfono

Me calce rápidamente agarrando mi cepillo de cabello, el cargador, las llaves del auto y por ultimo mi celular, guarde todo en el bolso excepto el cepillo de cabello, me cepille el cabello mientras que bajaba las escaleras.

-¿A dónde crees que vas?- me sobre salte al escuchar la voz de alix.

-a ti que te importa- conteste con el fin de pasar por algo de comer.

-no vas a salir de esta casa- dijo levantándose para seguirme.

-tú no eres nadie para decirme si salgo o no- dije mientras que cogía dos manzanas, que también guarde en el bolso.

Cuando me di la vuelta este estaba parado en la puerta con pocas ganas de moverse.

-quítate de mi camino necesito salir- dije llegando hasta donde él estaba.

-no vas a salir de esta casa a ninguna parte- dije con determinación en su voz.

Recuerda Camila puño al pecho patada al pie, recordé la voz de mi primo una de las tantas veces que me enseño a pelear, y como me dijo esa vez así mismo golpee, obteniendo una pequeña ventaja, este retrocedió y yo logre escabullirme, entre rápidamente en la cochera para subirme en el auto, abrí con el control remoto la puerta y cuando estuvo totalmente abierta, avance sin importarme que alix estuviera allí.

Él en instinto de autoprotección se quitó de mi camino, acelere a fondo y en algunos minutos después llegue a la casa de mi amiga.

-que sucede- ni saludo ni nada, todo se fue a la mierda al ver sus ojos rojos e hinchados, me abrazo y se largó a llorar, la abrace y nos moví a las dos, hasta que logre entrar y cerrar la puerta.

-estoy embarazada- me quede pasmada, y su llanto aumento, solo atine a movernos hasta el sofá y sentarnos allí.

Duramos unos minutos más así hasta que su llanto se calmó, con mis pulgares limpie sus mejillas.

-¿alguien más sabe?- pregunte y ella negó con la cabeza

-no sé qué hacer Camila, si mis padres se enteran me van a matar-dijo largando un sollozo.

-tranquila algo se nos va a ocurrir, ¿Quién es el padre?- desvió su mirada y volvió a llorar.-Alexia ¿quién es el padre?

-lo conocí hace algunos meses, y comenzamos a salir días después... me entere hace dos días que estoy embarazada.

-¿cómo se llama?- dije apretando mis labios.


CAMILA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora