24- herida

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-¿Qué tratas de decir?-

-Que ella va a parecer la embarazada y no yo, por el sobre esfuerzo de esta mañana su cuerpo necesita recuperarse y sus hormonas están descontroladas, no te asustes si en algún momento la encuentras llorando o si su humor cambia tan rápido como corre un leopardo.

-y ¿porque me dices estas cosas?- achico mis ojos en su dirección.

-ella no se da cuenta, pero a mí no me engañas alix, si te conté lo que te conté de ella, y sé que tienes algo por ella, solo te digo una cosa, ella es como un perrito en su interior es frágil y esta maltratada pero por fuera puede ser como un toro furioso, solo tienes que tener paciencia- sin más se levantó de la silla con dirección al segundo piso.

-a ¿que ha venido eso?- pregunto a mi hermano menor.

-por más que trate a las mujeres nunca las voy a entender, así que a mí no me preguntes- también se levantó dejándome solo en la sala.

Pase el resto del día en el gimnasio dándole al saco de boxeo, volví al presente cuando mi celular sonó en mi bolsillo. La información que necesitaba para esta noche, la entrega seria a las 11, le reenvié la información mi primo y me concentre nuevamente en el saco, las palabras de alexia no salían de mi mente, logrando que mis golpes fueran en aumento hasta el punto de que el saco callo, mi pecho subía y bajaba irregularmente, cuando controle mi respiración salí de allí con dirección a mi cuarto para poder alistar todo, cuando llego la hora, Salí con gran sigilo no quería alarmar a nadie que salía pero fracase tontamente

-y ¿tú para dónde vas a esta hora?- Camila estaba con una camisa muchas tallas más de las de ellas, mientras le daba un mordisco a una manzana verde.

-tengo cosas que hacer, mejor sube y duerme- mi voz salió más ruda que quería, en un segundo sus ojos se aguaron. Me dio la espalda con dirección a la sala.

*¿Dónde estás? Ya es hora- el mensaje de mi primo logro que saliera rápidamente de la casa sin poder arreglar las cosas con Camila.

Maneje lo más rápido posible hasta el lugar allí mi primo y nuestros hombres todos estaban en su lugar, aterrizo la pequeña avioneta, de allí se bajaron dos hombres con armas en sus manos.

-buenas noches caballeros- dijo uno de ellos, el que tenía un sombrero vaquero.

-buenas noches- contestamos al tiempo con  mi primo mientras nos acercábamos a ellos- ¿Cuánto viene?

-500- no pronunciamos más palabra, mis hombres descargaron la mercancía rápidamente distribuyéndola en diferentes coches, cuando el ultimo kilo fue descargado saque el maletín con el dinero del coche- un verdadero placer hacer negocios- contesto después de revisar el dinero, estrecho nuestras manos.

-algo no está bien- dijo Alfred mirando por los espejos.- no vallas directo a casa, tenemos que desviarnos- haciendo caso a sus palabras aumente un poco la velocidad y me desvié del verdadero camino

-¡joder!- fue lo único que logre decir cuando el primer impacto de bala destrozo el vidrio trasero, no veníamos con nadie de refuerzo, solo Alfred y yo.

El resto de balas no se hicieron esperara, se reventaron las dos llantas traseras logrando que perdiera el control del auto así estrellándonos contra un árbol, aturdidos por el impacto logramos salir del vehículo.

-¡búsquenlos! ¡El jefe los quiere vivos!- cuando escuche ese grito busque a Alfred para ver cómo estaba el, de su frente salia sangre.

-tenemos que separarnos- dijo solo lo suficientemente alto para que lo escuchara.

Saque mi arma y teléfono, y me eche a correr, como pude llame a mi padre

-¡joder, nos están atacando! ¡Necesito ayuda! - ladre antes de que el me dijera algo.

- en nada va la ayuda- no pregunte como sabría mi ubicación, pues tenía a alguien que era un gran hacker,  en nada sabrían mi ubicación

- Alfred está en otra dirección, nos están buscando-

-está bien, la ayuda ya va- su voz no se alteró mucho, pero sabía que está apremiando a sus hombres para que nos encontraran, guarde mi teléfono y pocos segundos después escuche un disparo, seguí corriendo hasta aun tronco caído, allí me tire para poder disparar y protegerme.

Los hombres que me estaban buscando se descuidaron y con dos disparos ellos cayeron, me volví a levantar para salir a correr, tuve unos minutos en silencio y sin preaviso de que me siguieran, podía escuchar los carros pasar a los lejos, y corrí con más energía, pero un dolor punzante en mi muslo logro que cayera, me levante apretando los dientes y los puños, como pude llegue a la carretera.

Para mi suerte pude reconocer una de las camionetas de mi familia, en pocos segundos este freno a pocos metros de distancia, dos hombres saltaron de esta para ayudarme a subir en la parte trasera, uno de ellos hacia presión para detener el sangrado.

-vamos a casa allí podemos atenderle- me sorprendió escuchar a Adam en la camioneta, pero no tenía mente para ellos, cerré mis ojos y la imagen de Camila se reprodujo en mi mente, logrando distraerme un poco de mi dolor, más imágenes de ella pasaron por mi mente, en menos de lo que pensé llegamos, me volvieron a ayudar a bajar de la camioneta y me llevaron hasta el cuarto que teníamos para este tipo de situaciones, mas no contaba con que Camila se colara dentro para ayudarme.

-el medico no demora en llegar- informo mi hermano.

-hay que quitarle el pantalón- los hombres presentes se sorprendieron cuando Camila hablo.

-tenemos que esperar al medico

-mientras él llega cualquier cosa le puede pasar. ¿Dónde hay unas jodidas tijeras?

-será mejor que no se meta en esto señorita- le dijo el hombre que seguía presionando mi pierna.

-será mejor que salgas de mi camino si no me piensas ayudar- no sé de donde saco las tijeras pero amenazaba al hombre con ellas, el hombre me dio una rápida mirada asentí con la cabeza y este se quitó de mi lado.

-traigan agua tibia y toallas limpias- su voz era la de una jefa- Adam ayúdame aquí- mi hermano sin esperar más ayudo en lo que Camila decía.

-jala suavemente el pantalón mientras yo lo corto- en sincronía ellos me rasgaron el pantalón, alguien volvió con el agua y las toallas

-¿donde está el alcohol?- el dolor era muy insoportable y sentía que en cualquier momento mis dientes se romperían por lo fuerte que estaba apretando la mandíbula.

-necesito un cinturón- sentí el cuero en mi piel y luego un gran apretón.

-¡joder!- cerré los ojos por el dolor que eso provoco, después salgo tibio en mi piel, provocando ardor en la herida.

-¿donde esta ese jodido médico? tiene que sacar esa bala de una vez- volví a abrir mis ojos para encontrarme con la mirada preocupada de ella. Pero la magia se rompió cuando nuestro medico entro en el cuarto.

Todos salieron del cuarto a excepción de ella y el médico, su mano se coló en entre las mías, sorprendido por su acción no espere a que se retractara apreté su mano entre las mías.

Sentí un pinchazo en la pierna y no la sentí más, tampoco aparte mi vista de su rostro, el cual hacia muchas muecas por lo que sucedía en mi pierna.

-buen trabajo por el torniquete y por limpiar la herida, ¿de quién fue la idea?

-fue de ella- dije dándole total merito, y solo en ese momento quite mi vista de su rostro, y no me gusto lo que vi, Justin le daba una gran sonrisa, y en sus ojos notaba algo más, termino de coser mi piel.

CAMILA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora