17-papá

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-sí, tenemos muy buenas cocineras aquí- se sentó frente a mí-¿Por qué eres tan orgullosa y no déjate que te ayudara?- dijo suavemente.

-ya fui humillada por dos hombres el día de hoy, no quiero que tú en un futuro lo hagas- rebele con la vista fija en mi plato.

-me crees capas de eso- dijo colocando su mano sobre mi vendada mano.

-si- dije esta vez viéndolo fijamente.

-me ofende que pienses eso de mi- trato de hacerse el ofendido colocando su mano libre en su pecho.

Con ese pequeño contacto algo dentro de mí se despertó, y el parecido sentir algo parecido, desvié mí vista hasta sus labios, la tentación de probarlo era latente y parecía mutua, todo se fue al carajo cuando alguien entro.

-oh disculpe, señor.- una joven con el pelo de dos colores se disculpo

-tranquila nada sucedió- hable nerviosa terminando la sopa- me podrías dar algo de tomar para las pastillas, alix- el mencionado se levantó rápidamente y me acerco un vaso con agua, cogió uno de los botes y me dio una pastilla.

-vamos,  me imagino que quieres ver a tu amiga—hizo el amago de álzame pero rápidamente me levante

-auch- me queje por el brusco movimiento

-el calmante todavía no hace efecto, deja de ser terca y déjame ayudarte- lo dude unos segundos antes de asentir, este no lo dudo mucho y me alzo a modo de recién casados

-no aprietes muchos sigue doliendo- el aflojo un poco su agarre, subimos en silencio las escalera.

El diablo siempre aparece cuando nadie lo está solicitando, y como su fiel aliado la tentación lo acompaña, mi mano actuó por cuenta propia cuando se estiro para acariciar la insípida barba que le crecía, así que termine pasando toda mi mano por su quijada hasta que llegamos frente a una puerta no muy lejos dela que creo que es en la que estaba yo.

-aquí está tu amiga toca para saber si podemos pasar- y como dijo toque la puerta para segundos después escuche un leve "pase" así que abrí la puerta, Alexia me dio una extraña mirada al ver que alix me estaba cargando, Alan simplemente nos sonrió abiertamente.

-bien señoritas las dejamos solas-ambos hermanos salieron del cuarto dándonos privacidad.

- ¿Qué te sucedió en la mano?-dijo preocupada viendo mi mano con exageración

-me topé con un idiota y el resultado fue un vendaje por algunas semanas. ¿Cómo estás tú?- dije con miedo de que perdiera la cordura.

-bien Alan me calmo y me explico algunas cosas, lo importante es que mi bebe está bien – con una sonrisa acaricio su vientre.

-vaya, pues hablar con Alan te ayudo bastante-

-si es un buen hombre, afortunada la persona que sea su pareja de vida- dijo ella con una sonrisa.

-ahora sí cuéntame cómo fue que tú y ángel terminaron en ese lugar de peleas- desvió dramáticamente su vista posándola en la ventana del lugar.

-hace como seis meses, uno de los tantos fines de semana que estaba sola en casa, ángel llego entusiasmada pues su ligue de momento la invito, él es o era un luchador, pues se iba a enfrentar a alix, termino perdiendo, pero nos quedamos en ese lugar, estaba bailando con ángel y de un momento a otro la perdí de vista, no le tome mucha importancia varias veces anteriores hizo lo mismo, en una de las tantas canciones que estaba bailando termine con Antón a mis espaldas, y así terminamos bailando, y ahora con un bebe en común- finalizo acostándose por completo en la cama.

-vaya que gran historia- murmure recostándome a su lado en la cama.

-tengo sueño- se quejó.

-Pues durmamos- alcé la mano para quitarme las gafas, pero estaba sin ella- ¡joder! ¡Mis gafas!- dije sentándome inmediatamente en la cama, como pude ser tan estúpida de no darme cuenta que ando sin gafas- Alex ahorita vengo tengo que buscar mis gafas –dije levantándome de la cama, al parecer la pastilla ya hizo efecto pues fue muy mínimo el dolor que sentí, baje las escaleras con buen ritmo, y desee no haberlo hecho.

-¡quiero ver a mi hija! ¡Necesito saber cómo esta ella!- una masculina voz decía y está segura que la conocía de algún sitio.

-marco ella está descansando, además te cree muerto- fue esta vez alix el que dijo, me asome y juro que tuve que colocarme tan blanca como un papel.

-papá- fue lo que pude decir, creí que fue un suave susurro pero al parecer fue lo bastante alto como para que todos los presentes giraran en mi dirección.

El primer hombre que me rompió el corazón dio un paso en frente logrando que yo retrocediera uno.

-hija...- dijo el estirando su brazo en mi dirección, mis ojos se llenaron de lágrimas, y todos los recuerdos de como sufrí por su partida llegaron a mi mente, no pude contenerme más y llore como cuando tenía siete años, el aprovecho eso para abrazarme, enterré mi cara en su pecho allí descargando todas mis lágrimas.- lo siento tanto hija, en verdad lo siento- dijo y susurro muchas cosas más, en volví mis brazos alrededor de su cintura, cuando calme un poco mi llanto el agarro mis hombros y me separo de su cuerpo para verme mejor .

-¿Por qué te fuiste?- fue lo único que pude preguntar, mis ojos eran una copia de las suyos, en si yo era una copia de él, lo único que saque de mi mare fue mi pelo rizado ya que ni el color de este tengo de ella.

-será mejor que nos sentemos- en la sala solo estaba alix, los demás se fueron – sus vidas estaban en peligro pequeña, pero nunca deje de cuidarte, no todo es como en los cuentos de princesas, en el mundo existe la maldad, existe el peligro, la gente mala, el narcotráfico, y las mafias. Nuestra familia... nuestra familia está en ese mundo, yo soy el jefe de uno de los carteles más importantes mi niña, hace trece años cuando las deje, fue lo peor que pude hacer pero fue la mejor decisión de mi vida, tanto en ese momento como ahora vuestra vida está en peligro, gracias al destino conociste a alix en el momento indicado, Nicolás no hubiera podido cuidarte como lo está haciendo la familia Andrade, pequeña desde ahora y no sé por cuanto tiempo vas a tener que estar siempre con ellos, por tu seguridad, una familia rival quiera acabar conmigo y se enteraron de ti y de tu madre, piensan usarte para acabar conmigo no es seguro que salgas sola a ningún sitio- lagrimas seguían bajando por mis mejillas y yo no podía reaccionar, mafia, el pertenecía la mafia, y mi sistema nervioso colapso lanzándome a el vacío

ALIX

Camila se desplomo sobre el sofá, de un salto me levante de donde estaba sentado para llegar.

-no debió decírselo de ese modo- le gruñí a marco, mientras acomodaba los brazos de Camila sobre su estómago-¡Sofía!- grite y a los segundos la chica con cabello de color apareció.-tráeme alcohol y algodón, ¡para ya!- dio un pequeño salto y salió para cumplir con mi orden.

-¿Qué le sucedió en el brazo a mi hija?- dijo detallando más el cuerpo de su hija.- y ¿en el labio?- su voz sonaba más enfadada.

- tuvo una pelea- me limite a decir, en ese momento la peli teñida llego con las cosas que le pedí, unte un poco de alcohol en el algodón pasándolo repetidas veces debajo de su nariz- despacio, Camila, despacio- dije cuando reacciono y trato de sentarse.

Cuando vio a su padre se levantó de un salto del sillón colocando distancia entre ellos dos.

-¡llore tu maldita muerte cuando tenía sieteaños! ¡No sabes cuánto sufrí el que te hayas ido! ¡No sabes cómo me rompí enese momento! ¡No sabes todas las malditas cosas que sufrí por tu maldita culpa!¡Te fuiste sin decir nada! ¡Tenía siete años! ¡Siete malditos años, cuando túte largaste, rompiendo mi mundo y mi corazón! ¡Era solo una niña!- termino de decir rompiendo en llanto, marcotrato de acercarse a ella -¡Ni se te ocurra! ¡No quiero que me toques! ¡Lárgatede una maldita vez! ¡Como lo hiciste hace trece años! ¡LÁRGATE!- grito mientrasdaba pasos     

CAMILA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora