41- la cena.

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-¿Qué es el menú de hoy?- los tres hombres nos ignoraban olímpicamente por lo cual nosotras nos concentramos en lo nuestro.

-ya tengo varias cosas adelantadas, no es mucho lo que falta, pero como es tanta cantidad nos podemos demorar.

Pasamos la siguiente  hora sazonando, guisando y fritando algunas cosas hasta que tuvimos las proporciones necesarias para alimentar a los hombres de este lugar.

-gracias por la ayuda Camila, pero creo que el señor alix te necesita- dio una mirada sobre mi hombro.

-está bien, nos vemos después- quitándome el mandil enfrenté a un sonriente alix

- ¿Qué sucede?- dije acercándome con el entrecejo fruncido.

-me dijiste que querías ir a la tumba de anya, vamos- un poco insegura pase por su lado para poder ir a cambiarme.

-lamento como te hable en el jardín, solo que estaba confundido, se supone que hasta los 21 años no se puede realizar ese tipo de operaciones- se va explicando mientras subimos las escaleras.

-mi madre fue la que arreglo eso, me imagino que con influencia de mi padre, hace cuatro meses fue que fijamos la fecha y ayer me han llamado para recordarme la operación, así que la próxima semana quedo a ciegas por unos días. La cirugía es el sábado por lo que voy a estar a ciegas algunos días.- término de explicarme, no quiero más problemas y menos con él.

- no importa ya, por el momento vamos que mi hermana nos espera- una rápida ducha después me estaba vistiendo mientras que alix se duchaba

-no puedo creer que por fin voy a saber dónde está mi amiga- las lágrimas picaban en mis ojos.

No comento nada, simplemente estaciono en la gran entrada de donde descansan los muertos. En silencio y con nuestras manos entrelazadas entramos a aquel maldito lugar, donde tantas seres queridos descansaban por la eternidad, una imponente estatua se alzaba sobre una de las tumbas, una hermosa hada, a los pies de esta una placa. Con su nombre y los años en donde su vida comenzó y en el que termino.

-amiga mía- y no pude más me larga a llorar arrodillada frente a aquella hada de concreto- cuanto tiempo, lo lamento tanto anya...- duramos más de dos horas allí, le conté infinidad de cosas, alix solo se dedicó a cuidar de mi espalda- nos vemos pronto amiga- con una última caricia me levante quitando los lentes de mi cara.

Un cálido brazo se posó sobre mis hombros guiándome nuevamente hasta llegar al auto, me dedique a recordar todos los momentos que pase con ella, a recordar sus ideas extravagantes y sus gustos infinitos. Así hasta volver al departamento que comparto con alexia, el silencio fue lo que nos recibió.

-bien yo te dejo tengo algunas cosas que resolver- con un buen beso me dejo en la puerta y se fue, fui directo a mi cuarto tumbándome en la cama para dejarme llevar por un abrumador sueño.

-¡Camila! ¡despierta maldita sea! ¡Joder con esta mujer!- escuchaba, mi cuerpo no se movía, escuchaba todo lo que sucedía a mi alrededor, pero mi cuerpo no respondía para levantarme, no fue así sino hasta que algo muy frio cayó en mi rostro y pecho.

-AAAAAA-inmediatamente me senté en la cama para ver a sami y alexia aguando la risa-¡malditas locas del maldito infierno! ¡Las voy a dejar calvas!- e inmediatamente ambas salieron corriendo mientras yo las seguía hasta que me enrede en el último escalón y caí, las dos malditas locas cayeron al suelo riendo como locas- malditas desgraciadas para que putas me han despertado- digo sentándome y sobando los lugares donde me pegue.

-cierto, necesito ayuda, tengo una cita con Andrés y no se que usar- todo rastro de risa desapareció de su cuerpo.

- necesita algo bonito por lo cual vamos a ir a comprar algo.- se levantó acomodando su ropa.

-pues vamos, también necesito algunas cosas, pero primero me cambio- las dos me miraban con la boca abierta pues casi siempre era un problema para que las acompañara.

-que has hecho con Camila, extraterrestre- sami picaba mi brazo mientras pronunciaba aquella frase.

-quiero algo lindo de lencería, ya es hora de que cambie algunos conjuntos que tengo guardados- me encoge de hombros bajando nuevamente para cambiarme por algo más fresco y fácil de quitar.

- me gusta más el azul que el rojo- opino sobre los dos vestidos que se había probado.

--a mí también me gusta el azul.- apoyo Alex por lo cual llevamos el azul.

-está bien vamos a pagar faltan los zapatos y la lencería

-no soy la única pensando en lencería, vez Alex, ya no solo me puedes molestar a mí también.

-bien pero tengo hambre, así que busquemos algún lugar para comer algo- terminamos de pagar salimos de aquel local en busca de uno para poder complacer los deseos de la embarazada.

-está creciendo muy rápido no. – sami admiraba la ya notable barriguita de dos meses de mi amiga.

-si este extraterrestre está creciendo muy rápido, y cada vez me da más sueño, así que acabemos rápido con todo esto, ya estoy cansada- termino con su batido.

-bien allí están las dos tiendas donde podemos encontrar lo que nos falta, muévanse mujeres que a este paso cierran las tiendas  y nos quedamos sin nada.- apremia Alex logrando que cojamos los batidos para seguirle el paso a la embarazada.

-van a cerrar las tienda de zapatos...

-vayan yo todavía me demoro aquí, no hay problema- dije dándoles una sonrisa de comprensión a ambas.

-estas segura Camila, no es bueno que te quedes sola- dijo Alex no muy convencida.

-sí, en verdad, vayan ustedes en nada las alcanzo esto es importante para sami, tranquila- no muy convencidas salieron en dirección a la tienda de zapatos.

Pase algunos minutos más escogiendo los conjuntos antes de poder salir de allí.

-me llevo estos dos conjuntos- page lo que había escogido, -gracias- agarre la bolsa y emprendí camino para buscar a esas dos locas.

Dos pasos fueron los que di fuera de aquella tienda cuando alguien está presionando un pañuelo en mi rostro, pocos segundos después perdí el control de mi cuerpo, más podía escuchar y ver todo lo que sucedía a mí alrededor, me metieron en un auto azul con bolsas de compra. El mono esta de conductor mientras que el otro estaba a mi lado, acomodando mi cuerpo para parecer que estoy aquí dentro por cuenta propia.

-el jefe estará feliz en verte, pequeña Camila- dijo emprendiendo camino a Dios sabe qué lugar.

Quería gritarle mil cosas, pero nada salía de mi boca, el idiota a mi lado revisaba las bolsas.

-mono, al jefe le va a gustar esto- dijo extendiendo el conjunto de lencería- hay otro como este, un verdadero regalo.

-Bastián, desde la última vez que la vi, se apuesto más buena, ojala y el jefe nos deje jugar con ella cuando se canse- su mirada se posaba en mi cada rato por el espejo retrovisor. No dijeron nada más en todo el camino, el auto disminuyo su velocidad has detenerse por completo.

Llegamos a una propiedad parecida a la de los Andrade, en la puerta una joven esperaba.

-llévenla a el cuarto del señor, enseguida subo- ordeno dándome una despectiva mirada, ambos subieron mi cuerpo y las bolsas dejándome en aquel cuarto oscuro, poco después entro aquella estirada joven- yo me encargo de ella largo- ambos se fueron, tratándome como una muñeca me cambio por uno de los conjuntos que había comprado, después me encadeno a la cama, solo un tobillo el resto de mis extremidades estaban sueltas –el señor no demora en llegar, compórtate puta- dijo para final mente inyectarme algo que de apoco me devolvió el control de mi cuerpo.

-bienvenida amore mío- el maldito causante de mis pesadillas, el maldito que mato a mi amiga, el desgraciad que creía el amor de mi vida, el que odiaba infinitamente acaba de entra, y me miraba como la cena  

CAMILA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora