El Linaje Maldito: Stella

Capítulo 15. Siempre

—¡¿Jun?! —dijo Stella confundida al ver el delicado rostro del chico emerger de las sombras, tenía una sonrisa fría. Avanzaba altaneramente hacia ellos —¿Qué... estas haciendo?

—Ese no es Jun —escupió Kai furioso— está jugando con nuestra mente.

Enseguida la sonrisa del rostro de Jun se borró, hizo una mueca de fastidio y su cara empezó a contorsionarse, toda su apariencia cambió. Era el hombre de la tienda, el que atacó a Jun.

—Hijo de puta, sabía que eras tú —rugió Kai— ¿Qué le hiciste a mi Jun?

—¿Tu Jun? —se burló —no me hagas reír, si tan solo él hubiera elegido correctamente— su expresión era sombría con un toque de aburrimiento.

Kai lo miraba con profundo odio, sin duda alguna lo mataría, era el maldito imbécil que había lastimado a Jun. Trató de incorporarse y Stella lo ayudó.

—Kairos "la sobra de muerte" —escupió el extraño cerca de sus pies— que patético estas ¿Dónde quedaron tus días de gloria? — soltó una carcajada y miró a Stella— sabías que si este chico te perseguía estabas condenado. Era una leyenda, era temido, era...

Su expresión se volvió más oscura, se acercó aún más a ellos y lanzó un puñetazo al estómago de Kai derribándolo junto con Stella.

—...El que te arrebató a Jun, ese jodido bastado soy yo— gimió Kai —No importa lo que hagas, jamás nos tendrás.

—Tú ya estás casi muerto, solo queda él— El tipo arremetió —Ambos merecen morir.

Stella se levantó de inmediato y se interpuso entre ellos. A Kai le dieron ganas de reír, la gatita era toda una fierecilla, una fierecilla sin garras, porque nada podría hacer con un soldado bien entrenado.

—Eres tan patético —dijo el sujeto irritado— te defiende una chica. Quítate de en medio —ordenó. Stella no se movió —¡Que te apartes!

Le lanzó un puñetazo en la cara.

Stella cerró los ojos, pero en ese instante sintió que algo caliente recorría su cuerpo y se movió, fue algo instintivo, como si su cuerpo supiera que hacer, como si lo hubiera hecho un millón de veces. Esquivó el golpe y lanzó una patadas acertando. El hombre quedó en el suelo.

—¿Qué mierda...? —dijo Stella mirando sus manos.

El sujeto se empezó a incorporar, sacudió la cabeza, aturdido y la miró.

—Parece que sabes como moverte —sonrió y se puso en guardia— pero no volverás a tener suerte, Stella.

Ella retrocedió un paso, como él había dicho: había tenido suerte y dudaba volver a tenerla.

Kai estaba sorprendido, Stella se había defendido y atacado como pocos pueden hacerlo, era obvio que tenía algún entrenamiento (aunque ella no lo recordara), se levantó con dificultad y se puso a su lado.

—Ambos podemos con él —dijo a Stella, sabía que no podrían ganar, pero al menos lo intentarían.

Antes de que atacaran, una suave voz los interrumpió.

—Al fin te encontré —dijo Jun saltando de la barandilla. Miró a Stella y luego el desfigurado rostro de Kai, Jun quedó más pálido que de costumbre. Corrió a su lado y lo tomó en brazos. —¡Kai! ¡Kai me escuchas! —lo sacudió bruscamente.

Al sentirse en sus brazos, Kai suspiró aliviado. Su Jun estaba bien, un poco sudado, pero bien.

—Claro que te escucho tonto —contestó e hizo un intento de sonrisa— solo me dieron un par de golpes.