Capítulo 46. Estocolmo

48 7 6
                                    

—Vi como su alma se fragmentaba para soportar todo ese dolor. —dijo Dragomir— La criatura pidió mi ayuda, dijo que tú —miró a Erik— no descansarías hasta que la encontraras y yo le creí, esperando que siguieras con vida. Fue claro para mí lo que tenía que hacer: ganar tiempo. Pero nunca imaginé los planes de mi hermano cuando rogué por tu vida y no sabía las atrocidades que haría para lograrlo. Lo primero que hizo fue venderte la imagen de príncipe y ligarla a la palabra "novio". Tan dulce, tan comprensivo, pero a la vez un verdugo.

—Ya lo sé —susurré.

ㅡMihnea Cel Rau, heredero del clan Bathory, es una persona cruel que no parpadea al degollar a alguien, lo disfruta. Él odia ser tocado y no ser tratado como alguien superior, sin embargo, contigo fue amable y servicial, procurando acercarse física y emocionalmente a ti. Porqué ¿qué es más fácil que manipular a una chica enamorada?

—¡Cállate! —exploté, me sentía avergonzada. Todos me miraron, un poco asombrados —ya lo sé, sé que Richard me engañó y yo estúpidamente le creí.

—No estoy seguro de eso. —respondió Dragus —Creo que él mismo cayó en su trampa.

—¿Qué quieres decir? —preguntaron a coro Sasha y Erik. Ulric permaneció impasible, recargado en la pared.

—Es solo una teoría, pero creo que él siente algo por ella. —Todos me miraron.

—Estás loco —respondí, tratando de no mostrar asombro. —¿Cómo puede sentir algo por mí, la chica que trató como un saco de papas?

—¿Te sentiste como un saco de papas cuando estabas con él? —preguntó Dragomir fríamente, tal vez por lo incomodo de la pregunta.

No, la verdad era que no. Él siempre me trato como una princesa ¿Pero a estas alturas como saber que fue actuación y que fue verdad? ¿Cómo iba a volver a confiar en él después de que intentó matarme?

—No, supongo que ni siquiera llegué a ser un saco de papas para él —respondí. Dragomir iba a decir algo, pero no le di la oportunidad —¿Cómo quieres que te dé la razón si esta cicatriz —señalé la fina línea que atravesaba mi cuello— me recuerda que...

—Te equivocas —dijo Ulric desde el rincón— si él te hubiera querido matar no estarías aquí ahora. Tuve una misión donde me encontré con él y su equipo, mis compañeros ni siquiera se dieron cuenta como murieron, fue tan veloz que creo que tampoco yo lo hice. He tenido suerte de regresar con vida —miró a Dragus— gracias a que tú estabas ahí para ayudarme a escapar.

—Yo también creo que él no te quiso matar, no realmente —respondió Dragomir.

—Oh, eso es genial —intervino Erik, un poco malhumorado— porque a mí me pareció que tenía toda la intención, pero si ustedes dicen que él intentó "no" matarla aunque pareció que sí... tiene sentido. —Terminó sarcásticamente, pero después volvió a su mal humor— Todo lo que dicen es una sarta de porquerías. Si Gigi no hubiese llegado, sin duda ella estaría muerta.

—Él se dejó golpear— respondió alguien. Todos nos miramos, después volvimos la cabeza al cuarto de cristal de al lado, Gigi sonreía sin sus dientes faltantes. Erik y yo corrimos a su cuarto, pero Sasha nos interceptó.

—No pueden entrar, es un cuarto estéril —después dijo a Gigi— ¿Desde cuándo los sedantes ya no funcionan?

—Mierda, olvidé que tú también eras médico. —dejó caer su lengua y se hizo la dormida.

—¿Qué dijiste? —preguntó Dragus—¿Él se dejó golpear?

—Sí, Ricky me vio venir y dejó que lo golpeara.

El Linaje Maldito: StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora