Capítulo 47. Un largo camino

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—La energía es... —comenzó Erik— ¿cómo explicarlo de forma sencilla? Es como el agua, al igual que el agua, necesitamos energía para estar sanos. Lo que quiero decir es que, al igual que el agua, la energía forma parte de nuestro cuerpo. El cuerpo humano está formado del 70% agua, los animales tiene entre 60 y 90%, las plantas...

—Espera, ya entendí lo del contenido de agua en los seres vivos, pero aun no comprendo nada de la dichosa energía. ¿De dónde vine? ¿Por qué la necesitamos y cómo la obtenemos?

—Es complicado ordenar todas mis ideas en palabras, ¿podemos ir a la escuela para que pueda escribir todo en un pizarrón? Al poner mis ideas sobre papel creo que el desarrollo es mejor.

De mala gana salí con él a la fría noche. Comenzaba a nevar por lo que había poca gente caminado, dentro de las casas las luces y los calefactores estaban encendidos, se me antojó también estar en mi cama con un chocolate caliente y un libro, pero me interesaba más esto de la energía. Atravesamos medio pueblo para llegar a la escuela, estaba cerrada.

—¿Ahora qué? —pregunte en voz baja.

—Shhh, guarda silencio, tal vez haya algún guardia —susurró— entraremos por nuestra entrada secreta.

Anduvimos pegados a la pared, sin hacer ruido y tratando de mezclarnos con las sombras. Mi corazón latía a prisa por la sensación de ser descubiertos en cualquier momento, y por alguna razón ese sentimiento me gustaba. Llegamos a la parte trasera del edificio, donde había un espeso arbusto que cubría nada, detrás solo estaba la pared. Erik miró mi ceñó fruncido y sonrío.

—Por eso es una entrada secreta, —dijo— porque no todos la pueden encontrar. —Levantó la pared, bueno no la pared, sino algo que se asemejaba al mismo color de la pared y cubría una pequeña ventana que daba al sótano.

Erik con destreza se deslizó y cayó sin hacer ruido, en cambio yo me arrastré de panza por la ventana y para colmo se me atoró la bufanda en una ramita del arbusto así que me deshice de ella. Erik trató de ayudarme a que no hiciera ruido cuando cayera, pero por accidente me tocó una nalga, así que quitó su mano y yo terminé en el piso, dándome un duro golpe en el trasero. Cuando me levanté, Erik temblaba por la risa que a duras penas podía contener.

—Si alguien, años atrás te hubiera dicho que eras torpe, lo habrías golpeado pero ahora... —se dobló de risa. —Recordaré esto por el resto de mi vida.

—Cállate— le golpeé el brazo con todas mis fuerzas, tenía la cara roja— sigamos.

Subimos por las escaleras y entramos en la primer aula que encontramos. Erik tomó una tiza y comenzó a escribir en el pizarrón verde.

—El origen de nuestro linaje es divino. Rectifico, todos los seres vivos tiene origen divino, pero nosotros tenemos lazos directos con el "creador", por lo tanto, somos un poco más especiales.

—Eso ya me lo ha explicado Anthony— interrumpí— Somos descendientes de los hijos que Adam y Eva tuvieron dentro del jardín.

—Exacto, al tener cierta divinidad, necesitamos consumir una porción de ella y al hacerlo, nos llenamos de energía. Cuando nuestros ancestros estaban dentro del jardín, el creador los suministraba de su propia divinidad, pero al ser desterrados tuvieron que buscar otra fuente. Caín al matar y beber la sangre de su hermano descubrió que se llenaba de vida, es decir energía, así fue como empezaron las costumbres caníbales de nuestro linaje... Aunque en realidad todos los seres vivos tiene su modo de llenarse de energía. Los animales y humanos, por ejemplo, comen plantas y otros animales para tener energía en forma de los llamados proteínas y carbohidratos. Para nosotros los desterrados esa energía no es suficiente. Así que tomamos energía de otros seres humanos. Algunos de los desterrados más bestiales asesinan y matan por placer no por energía, pero otros, como los de este campamento, tratamos de no matar, además esa no es la mejor vía ya que solo necesitamos cierta porción de energía para subsistir.

El Linaje Maldito: StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora