Capítulo 6. Despedida

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Los rayos del sol que entraban por la ventana iluminaban directamente mi cara, sin embargo, esto no perturbo mi profundo sueño; dormía como una roca por el sedante que me dio Richard en la madrugada cuando por ratos me despertaba gritando. En el momento que alguien tocó mi puerta empecé a recobrar la consciencia, pero aun así no abrí los ojos.

-Stella -llamó una voz, luego gritó -¡Stella! ¡con un demonio levántate! -era Dragomir parado en medio de la habitación con una bandeja de comida en las manos -pasa del medio día.

-¿Qué? -abrí los ojos de golpe -¿medio día? -Dragus puso la bandeja en la mesa.

-Come.

Miré la comida; era sopa de zanahoria con ensalada de espinacas y un vaso de agua; arrugué la cara. Había estado comiendo únicamente vegetales los últimos días.

-¿No podría comer otra cosa? -pregunté -creo que me estoy volviendo una vaca.

-Con tu aspecto actual eso sería bueno... - ¿acaso eso había sido un intento de ser gracioso? No lo supe, de inmediato volvió a ser el gruñón de siempre- has lo que quieras no me importa, pero tienes que estar lista a la 1:30, a esa hora empezará la revisión -mi piel se erizó al pensar en Tasha-Oh, por cierto-añadió Dragomir dirigiéndose a la salida.

-¿Qué? -contesté cortante.

-Aséate, tienes la mejilla derecha llena de baba -hizo un gesto de repugnancia y salió.

[...]

Cuando llegué al cuarto de interrogación, Tasha ya se encontraba sentada en la mesa lista para iniciar.

-Siéntate cielo -dijo con aquella voz suya que podía hipnotiza a cualquiera -quiero hablar de lo que pasó ayer -un escalofrió recorrió mi cuerpo y una voz dentro de mi cabeza decía: "Corre, estúpida, corre" pero me armé de valor y obedecí, me senté frente a ella mientras me miraba fijamente -Dragomir me ha dicho lo que te ocurrió anoche...

No contesté, mantuve mi vista sobre la mesa.

-Pudo deberse a que tu cerebro se llenó de información ayer y te causó un shock, lo que le advertí a Richard -dijo seriamente- tu cabecita no pudo procesarlo todo correctamente haciendo que vieras cosas... extrañas.

-Entonces... -levanté la vista -es verdad, nada fue real. Tú...

-No cariño, no todo lo que viste fue una ilusión -mi corazón se detuvo -yo sí estuve en ese almacén con un chico -ahora mi corazón latía tan rápido que creí que se saldría por mi boca.

-¡Te lo comiste! -me levanté tan bruscamente que la silla se cayó -¡lo sabía! estaba...

-Relájate cariño, solo estábamos... estábamos teniendo sexo -dijo avergonzada- era un chico de la ciudad, lo conocí hace un par de días... era lindo, pero después de que saliste corriendo vino Dragomir e hizo un gran escándalo -su voz sonaba molesta -no creo que vuelva a verlo.

-Lo siento -volví a sentarme avergonzada -es solo que ayer fue todo tan... extraño.

-Lo sé cariño y la que lo siente soy yo, he causado muchos problemas, por eso he decido que esta va a ser nuestra última sesión.

-¡¿Qué?! ¿Por qué? -estaba desconcertada -aún no me has dicho nada. ¿Qué tengo? ¿Cómo...

En ese momento se abrió la puerta sin previo aviso, era Dragomir y Richard; ninguno saludo. Miré a Richard en busca de respuestas, pero apartó la mirada, después miré a Dragomir, pero su rostro era una barrera. Ambos se acercaron a la mesa y tomaron asiento en un par de sillas extras.

-¿Qué ocurre? -pregunté aun más confundida.

-Creímos que sería mejor que estuviéramos aquí cuando Tasha te diga lo que ocurre con tu cerebro -respondió Richardㅡ ya sabes, como apoyo.

El Linaje Maldito: StellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora