Capítulo 4

2K 109 22
                                    

Me tomó apenas uno o dos segundos analizar su apariencia un poco después de incontables días sin haber posado mi mirada sobre él. Parecía más alto que antes, y más grande que antes. Su cabello seguía igual, rubio y prolijo. Su boca llamaba mi atención igual que siempre, y sus ojos... No había forma de escapar a sus ojos.

Eran la cosa más hermosa que vería en un millón de años. Obviamente, él en general era hermoso, pero había algo en sus ojos que no me permitiría olvidarlos nunca en la vida.

La cuestión iba más allá de su increíble y atrapante color azul. Lo más hermoso de sus ojos era, sin duda, cómo me hacían sentir. Aún después de tanto tiempo, sus ojos sabían cómo hacerme sentir bien, incluso cuando no estaba de humor para reaccionar bien ante algo. Era cómo, a través de ellos, te regalaba sus sentimientos; cómo podía demostrar enojo, cariño, felicidad, entendimiento. Era cómo, incluso después de tanto tiempo, con sólo mirarme a los ojos me tenía justo donde me quería, sin siquiera intentarlo.

Ahora, que lo tenía en frente otra vez, sus ojos no sólo me transmitían eso, sino que también había en ellos un rastro de confusión, cosa que yo también sentía, y me oprimía completamente.

Se me cruzó por la cabeza de forma fugaz que debía decir algo, porque ya había habido demasiado silencio en el ambiente, dejando de lado, obviamente, la música que nos envolvía.

-¿Cómo estás, Luke? -susurré tímidamente, como si para mi fuese un problema hablarle a muchachos.

-Bien -consestó. Se balanceó de un lado al otro, observándome, mientras yo me concentraba en el piso. Me hubiese gustado seguir hablando, pero sólo haría las cosas peor para mí. Simplemente nos quedamos allí, sin decir nada, suponiendo que cualquier palabra estaría de más.

Era extraño, en realidad. Me sentía incómoda, pero no quería alejarme de él. Y él, con sus manos en los bolsillos de su ajustado jean negro, sólo me observaba como si quisiera decir algo, pero callando sus impulsos. Él tampoco tenía intención de ir a ningún lado, y eso pude notarlo.

-Ashley, yo... -mi corazón dio un vuelvo cuando volví a escuchar mi nombre saliendo de entre sus labios, en especial porque casi nunca nos llamábamos el uno al otro por nuestros nombres. Sin embargo, nunca llegué a escuchar lo que tenía para decirme.

-Luke, cariño, ¡ven a bailar!

Y allí estaba, aferrada a su mano con fuerza, e inclinándose hacia él como si se lo fuera a comer de un bocado en menos de unos segundos. Era morocha y de baja estatura, y era increíblemente exuberante. Llevaba puesto un vestido demasiado chico para ella, y maquillaje de más.

Apretaba su mano con convicción, ocupando el lugar que antes me pertenecía con honores. Ahora, dos años después, no podía reclamar mi puesto.

Aunque quisiera.

Él se veía algo incómodo con la situación, por lo que se apresuró a presentarnos para que yo desaparezca de su vista, claramente.

-Kenzie, ella es...

-Ashley -dije terminando su frase.

-Ashley -concluyó él. Noté un intento de sonrisa en su rostro cuando dijo mi nombre, aún perforándome con sus ojos azules.

Suspiré sabiendo que el tan repulsivo encuentro había terminado. Kenzie se llevó a Luke de la mano a quién sabe dónde luego de saludarme como si hubiésemos sido amigas toda una vida. Y se acabó.

Era obvio que estaría con alguien luego de tanto tiempo, era tan obvio que no sabía por qué me hacía sentir como me sentía. Siempre se necesita tener a alguien. El problema, es que el nuevo alguien de Luke era completamente desagradable. Entiendo el hecho de necesitar una pareja, pero él era demasiado para ella. Cualquiera lo notaría.

Me dejé caer sobre uno de los sillones, desde el cual tenía la suerte de poder observar en vivo y en directo y con lujo de detalle cómo Kenzie disfrutaba de los labios de quien solía ser mío.

Muy pocas veces solía sentirme tan mal como en ese momento. Siempre lamentaba lo que había hecho, y en lo que mi vida se había convertido, pero muy pocas veces me sentía tan devastada como me sentía entonces. Sumado a todo, tenía a Luke en frente mío, viviendo felizmente su vida, mientras yo seguía estancada en mis vicios y raras formas de ahogar el dolor.

Necesitaba un cigarrillo.

Abrí mi cartera rápidamente y busqué uno, pero antes de poder encenderlo, Kate apareció de entre la gente. Lo volví a tirar dentro esperando que no lo note, realizando una maniobra algo extraña.

-¿Por qué esa cara? -preguntó lanzándose al sillón.

Yo simplemente hice una seña con la cabeza hacia donde Kenzie y Luke se encontraban.

-¿¡Qué es eso!? -exclamó.

-Eso es Luke siendo devorado por una chica.

Bufó luego de echar una última mirada, y me rodeó con su brazo.

-Hablé con él, varias veces, y me dijo que...

-No, Kate -la interrumpí- Él no me extraña.

Trust || l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora