Capítulo 18

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-Listo, estará aquí en unos veinte minutos.

Luke volvió a entrar en su cuarto, acelerado por las escaleras, segundos luego de que yo cerrase su cuaderno. Y luego de que mis sentimientos terminasen de mezclarse y confundirme, y de crear en mí demasiadas dudas. Más de las que cualquier persona podría soportar.

Me quedé sentada en su asiento, con la mano sobre el cuaderno, y observándolo fijamente, esperando que Luke no notase que se me estaba viniendo el mundo encima sin piedad ni forma aparente de frenarlo.

-Oh, estás sonriendo, ¡al fin! -comentó al verme, y para mi alivio, sin notar que estaba descolocada completamente- Pero... También lloras, no entiendo.

Era verdad. Estaba sonriendo y llorando a la vez, y no sabía por qué. Y dudaba mucho querer saberlo. Dentro mío, los sentimientos luchaban una batalla a muerte que apenas comenzaba. Se enfrentaban mi malestar por todo lo que había estado pasando y mi confusión por lo que acababa de leer. Y por los sentimientos hacia Luke que cada vez se volvían más innegables.

No podía más. Quería apagar la pequeña y rota caja que latía en mi pecho por un rato, y eliminar todo lo que había allí dentro.

Él me observaba con descontento, y sin comprender del todo mi histeria. Se acercó más a mí, y apoyó una de sus manos sobre su escritorio, casi encerrándome.

-Soy malo con estas cosas, Williams. Necesito ayuda aquí -comentó confundido, pero intentando sonar chistoso. No tenía idea de lo mucho que me ayudaba el sólo hecho de que esté cerca mío.

-Estoy bien, estoy bien...

-No te ves bien... -insistió.

-Entonces deja de mirar, Hemmings.

Eso logró sacar una muy tierna risita de entre sus labios. Vi cómo sus ojos se llenaron de brillo por unos mínimos segundos, e intenté acompañarlo con una sonrisa. Tomó mi mano, ayudó a levantarme de la silla, y con un movimiento ágil me encerró entre sus brazos. Ese era el lugar más reconfortante sobre la faz de la Tierra.

Luego de hacer desaparecer mis lágrimas, las cosas se tornaron menos tensas.

Luke volteó inmediatamente luego de soltarme, algo dubitativo, y se dirigió a su armario. Buscó entre la ropa y entre el lío que había allí dentro, y luego de un rato, sacó una remera, y me la lanzó sin previo aviso. Apenas pude atraparla.

-Esa era tu favorita, ¿verdad? -cuestionó. Había un no sé qué en sus ojos que me enternecía muchísimo. Parecía un niño intentando impresionar a sus padres o a sus amigos con algún truco de magia o una canción.

La desplegué ante mí, y efectivamente, era mi remera favorita de todas las que tenía. Era negra, como la mayoría de sus remeras, y leía "You complete me".

Sentía el aroma de Luke impregnado en la remera, ya muy conocido para mí, mezclado con un perfume que me sonaba miy familiar. Tenía la sospecha de que era el cual le había regalado por su cumpleaños. Hacía años.

Sin embargo, y más allá de que esto abría una puerta que no quería atravesar, no sabía a qué se refería al dármela, así que lo observé expectante hasta que pude obtener una respuesta de su parte.

-No pienso dejar que vuelvas a tu casa así, hoy te quedas conmigo -afirmó, sonando muy convencido de sí mismo mientras cerraba las puertas de su ropero, dejando ver las fotos que estaban pegadas en ellas. Había otra foto nuestra escondida entre el resto, como para confundirme un poco más.

-No, Luke, yo...

-No, no insistas. Hoy te quedas aquí.

Mordí mi labio aún dubitativa, porque en verdad no sabía si era lo correcto. Sin embargo, él parecía muy seguro al hablar. Y me sentía protegida estando con él. Sentía que, si en algún momento yo llegase a necesitar luz en mí vida, él seria capaz de prenderse fuego con tal de verme bien. Y eso me agradaba, pero me asustaba.

Trust || l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora