Capítulo 8

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Gracias a alguna especie de milagro divino, los invitados esa noche comenzaron a irse temprano. Incluyendo a Dylan. Incluyendo a Luke.

Yo, por mi parte, me quedé un rato más ayudando a ordenar todo.

-Te dije que te agradaría Dylan -dijo Kate mientras terminábamos de juntar todo.

-Si, supongo -repliqué.

-¿Qué ocurre? -cuestionó cuando notó que estaba completamente encerrada en mi mente, intentando poner las piezas del rompe cabeza en su lugar.

-Nada.

-¿Esa nada está relacionada con Luke? -incurrió.

Me conocía bastante bien, sabía cuándo algo estaba mal, sabía siempre qué decir. Buscó mis ojos inmediatamente, y notó, al igual que yo, que estaban a punto de convertirse en un mar. Me quitó los platos que tenía en mis manos, los dejó sobre la mesa, y se sentó conmigo sobre el sillón. Yo concentrada en la pared, ella en mí.

-Cuéntame, Ashley -dijo con voz conciliadora.

-Creo que todo fue un error, Kate -contesté para mis adentros.

-¿Qué cosa lo fue?

-Volver. No debería haber vuelto nunca aquí. No debería haberlo vuelto a ver, me confunde.

-Eso es normal, Ashley. No...

-No, Kate -la interrumpí- Pasaron dos años. No debería ser así.

-Por algo será, entonces.

-¿Qué dices? -cuestioné casi enojada.

-Digo que, si tanto te moviliza luego de dos años, por algo debe ser.

Me quedé en silencio, porque sabía de qué hablaba. Claramente, no lo había superado, y la única razón que tenía para mantenerme alejada de él era su propio bienestar.

-Estaba feliz de verte -susurró ante mi silencio de forma concluyente.

Y sin decir nada más, se levantó y continuó juntando los restos de lo que para mí fue una noche increíblemente extraña, dejándome sola con los susurros de mi mente.

La necesidad de un cigarrillo se hizo presente en mí casi instantáneamente luego de que Kate desapreciera de mi vista, y, al notar que el balcón del departamento estaba completamente vacío y a mi disposición, me decidí. Alcancé mi cartera, la cual había estado sobre el sillón todo ese tiempo, y comencé a revolver en busca de mi paquete de pequeñas alegrías. No estaba allí.

Estaba segura de que me quedaba un paquete, y de que lo había guardado en ese bolso, y de que obviamente alguien lo había quitado de allí.

Mi humor se tornó gris al notar que al otro día era domingo, y que no habría ningún lugar abierto para comprar otro, por lo que estaría sin cigarrillos por unos días.

Excelente. Justo lo que necesitaba.

-Ashley, ¿quieres algo de café? -exclamó Kate desde la cocina.

-No, gracias -contesté.

Ashton entró al living justo cuando terminé de contestar, y se sentó a mi lado. Pasó su brazo por encima de mis hombros, y me sonrió.

-¿Cómo va todo? -preguntó, intentando aparentar madurez, jugando a ser mayor.

-¿Es broma? ¿Qué? ¿Van a venir uno a uno a hablar conmigo? -cuestioné.

-Tu hermana está preocupada -replicó.

-Mi hermana vive preocupada, supongo que después de tres años ya deberías saber eso -dije, logrando hacerlo reír un poco, y rompiendo que el ambiente tenso.

-Tienes razón, es verdad -continuó- Pero yo también lo estoy, y eso sí es algo fuera de lo habitual.

-Sólo quieres quedar bien con tu cuñada, Irwin -bromeé- A mí no me engañas.

-Sólo quiero verte bien -insistió.

-Estoy bien, Ash.

Sus ojos giraron como consecuencia de la mentira que acababa de oír, y bufó frustrado al notar que no habría forma de hacerme hablar.

-El viernes daremos un concierto de caridad en la ciudad, deberías ir -propuso luego de un corto lapso de silencio.

No constesté. Había pasado muchísimo tiempo ya desde la última vez a la que había ido a verlos tocar. Se sentía incorrecto estar allí, completamente intrusivo en lo que era el mundo de la banda. Su mundo.

-Oh, ¡anda! -continuó- Hace ya mucho que no te apareces en algún recital... Sigues siendo nuestra fan número uno, ¿verdad?

Sonreí, y asentí, y comencé a recordarle que ese lugar era sólo mío, y que nadie podría ocuparlo. A pesar de que ya nada fuese como antes.

Trust || l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora