Capítulo 19

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Los días siguientes transcurrieron en tranquilidad. Fue algo así como un proceso de sanación para intentar olvidar el encuentro con mi padre. Y Luke fue quien se hizo cargo de eso.

Me llamó prácticamente todos los días, y me recordaba que valía la pena, me decía que siempre estaría conmigo, me repetía mil veces que tenía mil razones para seguir viva.

Su apoyo fue casi esencial, porque en sí, y esto es verdaderamente triste, no tenía con quien más hablar acerca de mi pasado en relación a mi padre. Está bien, tal vez podría hablarlo con mi madre, o Kate, pero ellas lo sufrían tanto como yo, y no me parecía para nada justo el hecho de cargarlas a ellas con mis problemas también.

Luke era el único que sabía todo, y el único que podía ayudarme con todo lo que estaba sintiendo.

Y no, no nos besamos otra vez, aunque me hubiese gustado hacerlo para romper un poco la tensión, porque era claro que el estar tanto tiempo juntos otra vez, y el vernos tan seguido, nos había revuelto varios sentimientos, y habían planteado varias dudas en nosotros. Luke era demasiado atento y demasiado respetuoso como para siquiera pensar en aprovechar un momento como el que estaba pasando para intentar remontar nuestra relación, pero yo sabía bien que algo había vuelto a nacer.

No hablé con Dylan acerca de todo lo que ocurrió. No estaba lista para hacerlo, y creo que jamás lo estaría. Cuando me llamaba, le decía que no estaba de humor para hablar, y él parecía entenderlo, pero yo sabía muy bien que estaba empezando a enojarse. ¿Qué podría hacer? Me agradaba Dylan, pero en momentos así, necesitaba a alguien que me conociera mejor.

Me preocupaba mucho, sin embargo, el hecho de que estuviese tan pendiente de mí. Me llamaba constantemente, e incluso se apareció en la puerta de mi casa. Claramente, Dylan había tomado nuestra relación muchísimo más en serio que yo, y tenía miedo de lastimarlo de alguna forma.

En fin, pasaron dos semanas desde ese día, y yo aún seguía con algunos problemas para sentirme mejor, pero había avanzado mucho gracias a Luke y su incesante atención sobre mí.

Kate me contó, aunque obviamente yo ya lo sabía, que los chicos comenzarían una corta gira por Australia en unos días.

Me encantaba que fuese así, me encantaba que, a pesar de ser conocidos mundialmente y gigantes, aún se tomaran tiempo de sus ratos libres para recorrer Australia improvisadamente y casi sin previo aviso.

Kate me dijo que, aunque no iría con ellos, viajaría a verlos a Melbourne, y que estaba más que invitada a ir con ella. Supuestamente, me vendría bien algo de distracción.

En principio, me negué, obviamente porque Luke estaría allí, y porque la primera vez que nos besamos fue luego de uno de sus recitales, y porque no quería tentar a la suerte, y porque era la chica más complicada de la historia.

Pero no todo salió como yo quería. Nada nunca salía como yo quería.

Literalmente la noche anterior al comienzo de la gira, en ese momento hermoso del día en el que único que me dedicaba a hacer era fumar y escuchar mi música favorita, sentí algo golpear mi ventana. Como no me pareció nada importante en principio, y además, porque creí que me había confundido con la música, no le presté atención. Sin embargo, cuando el ruido se repitió una, y otra, y otra vez, me vi obligada a averiguar de qué se trataba.

Apagué la música, me asomé a la ventana, y la abrí inmediatamente cuando vi a Luke a punto de lanzar otra piedrita. Era tarde, y estaba todo oscuro, y en silencio, y él parecía ser el único en la calle.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté, intentando que él me escuche, pero no mi madre ni Kate, quienes ya dormían.

-Tenemos que hablar, Williams -exclamó.

Trust || l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora