Capítulo 33

899 85 18
                                    

Liz abrió la puerta y me recibió con un abrazo. Me dijo que se alegraba de verme otra vez, después de tanto tiempo, y me preguntó por mi madre. También comentó que Luke estaba de un humor algo sensible, y no sabía bien por qué.

Yo sí.

Subí las escaleras luego de terminar de hablar con ella y me dirigí directamente a su cuarto. Y recordé la primera vez que pisé ese lugar. Recordé cómo todo surgió, cómo todo creció, y cómo todo se extinguió. Y sonreí al darme cuenta que todo estaba por renacer. Finalmente.

Dejé que mi mente se llenase de lindos momentos vividos entre esas paredes, desde el primer beso, hasta el último; desde la primera discusión, hasta la última reconciliación; desde el primer "Te amo" hasta el último "Adiós". Una ligera sensación de paz recorrió mis venas. Todo estaría bien al final.

Abrí la puerta de su dormitorio lentamente, con el respeto y el cuidado que se merece, e intentando no hacer mucho ruido. La cerré inmediatamente detrás mío. Con llave.

Y sus ojos color cielo se encontraron con los míos. Estaba sentado sobre su cama, con su guitarra encima, y rodeado por ese aura de perfección que sólo él podía reflejar. Radiante, como siempre. Era un oasis.

Me miró intrigado, sin entender bien qué estaba haciendo ahí o por qué estaba luciendo una enorme sonrisa cuando se suponía que estábamos peleados. Aunque, supuse yo, tenía una mínima idea de lo que estaba ocurriendo. Caminé hacia él con convicción y con la seguridad de que no se iba a negar a lo que estaba por ocurrir. Dejó la guitarra a un lado antes de que yo llegase a él, y cuando finalmente lo hice, no dejé que dijera ni una sola palabra. Me lancé sobre él sin timidez alguna, sentándome sobre su regazo y rodeándolo con mis piernas. Sabía que le gustaba que sea tan decidida. Llevé mis manos a su rostro, heterogéneo por la barba apenas crecida, y lo miré a los ojos. No dije nada, ni él tampoco. No era necesario. No tuve que hacer más que sonreírle para que entendiese lo que había ocurrido, y para que comenzara a besarme como hacía mucho no lo hacía.

Llevó sus manos a mi cintura, y mis brazos rodearon su cuello y lo acercaron más a mí, si es que era posible. Sus labios luchaban contra los míos con fuerza, batallando una guerra que sólo tendría dos ganadores.

Se sentía tan bien ser suya otra vez.

Lo único que se oía era nuestra respiración entrecortada y nuestros labios en contacto, y algún que otro gemido que se le escapaba a alguno de los dos. Extrañaba esto. Sus manos comenzaron a escabullirse por debajo de mi remera, y yo no dudé en pausar el apasionado encuentro para quitarle la suya. Ambos sabíamos cómo iba a terminar todo.

Quitó la guitarra de la cama para hacer lugar para nosotros, y me recostó sobre ella con un sólo y delicado movimiento. Se sostuvo unos segundos encima mío solamente para perforarme con la mirada y regalarme una sonrisa que se me contagió inmediatamente. Y luego, comenzó a atacar mi cuello ferozmente. Sentí cada centímetro de mi cuerpo encenderse con cada beso que implantaba sobre mi sensibilizada piel. Y de repente, mi remera desapareció, así como sus malditos pantalones ajustados, y así como mis shorts. Y de repente, no había nada entre nosotros. Y de repente, éramos tan sólo él y yo.

Decir que no me estremecía ante el más mínimo roce sería una mentira, porque siempre había tenido ese efecto en mí. Era electrizante. Completamente satisfactorio.

Hacer el amor implica una conexión con el otro que no se da todo el tiempo, una conexión que puede no darse siquiera entre dos personas que se aman.

Nosotros no estábamos sólo conectados; nosotros éramos uno.

Y eso es algo que ninguno de todos los muchachos con los que estuve esos últimos años me pudo dar. Más que una simple conexión, más que simplemente atracción hacia el otro.

Había pasado por tantas camas diferentes que me había olvidado completamente cómo se sentía hacerlo con alguien que verdaderamente me amaba. Y es por eso que, después de todo, y después de tanto, yo lo elegía a él.

Trust || l.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora