Capitulo 21

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Narra Dulce

-Christopher: ¿Qué pretendes hacer?

-Dulce: Ya veraz.- terminada esa frase, empecé a quitarle la camisa color blanco poco a poco, ya quitada empecé a dejar besos desde su pecho hasta su cuello, donde empezó a tocar mis curvas de mi cintura hasta mi trasero donde comenzó a masajearlo como solo él sabe.

Al cabo de unos segundos después bese su boca, esa parte de su cuerpo que más me encanta. La que sabe utilizar mejor y maravillosamente (ustedes ya saben de que hablo).

Creo que me entretuve con su boca y me olvide de lo que estaba haciendo porque rápidamente me dejo bajo él.

-Dulce: Eso no se vale.- dije con la voz agitada.

-Christopher: En la guerra y en el sexo todo se vale.- y empezó a besarme otra vez pero esta vez este beso fue más violento y lleno de hambre, ya que se le veía en la mirada oscura que se cargaba. Hizo que enredara mis piernas en su cintura para poder llevarme a la habitación y hacer mejor lo que los dos sabemos hacer mejor: sexo.

Christopher abrió la puerta como pudo y no se preocupo de cerrarla ya que no había nadie en el departamento y no podía nadie cacharnos. Cuando llego a la cama matrimonial que había en la habitación, me tiro encima de esta y acto después de tiro encima mío comiéndose mi boca como un lobo feroz buscando su presa.

Al rato de estarnos besándonos, Christopher se levanta quedando abajo de la cama y comenzó a bajarse los pantalones junto con sus boxers y dio paso para que yo pudiera ver lo que estaba a punto de estar dentro de mi, y si, ustedes ya saben que es: La Uckerconda.

Ósea imagínense tener eso dentro de ustedes, sería una bendición Dios. Después se acerco a la cama y me jalo a la orilla de esta, donde no me quito las bragas al contrario, me las rompió con fuerza dejándome expuesta a él como vine a este mundo.

Se inco a la altura de mi cintura y separo mis piernas donde dio paso a poner su hermoso rastro en mi sexo y dio un lengüetazo en este. Gemí.

Segundo, tercer lengüetazo, y temblaba. Estuvo así hasta el decimo lengüetazo, después empezó a chupar y succionar mi rajita y con su dedo pulgar estimulaba mi clítoris y a los segundos ya tenía 3 dedos dentro de mi, yo estaba ya al borde del orgasmo.

-Christopher: Vamos gatita, vente.- y dicho eso me vine y al hacerlo Christopher succiono todo mi jugo y después se levanto y me beso, pude saborear mis jugos en su boca, era salado de eso no dudaba.

Y al sentir el contacto de Chris pude darme cuenta que su miembro estaba duro, muy duro. Y no aguante las ganas y empecé a masajearlo, de arriba hacia abajo con mi mano derecha. Solo podía oír sus gruñidos en mi boca, lo estaba disfrutando y eso me lo comprobaba.

Chris dejo de besarme y se recostó en la cama boca arriba dejando su miembro expuesto para mi, para hacer cualquier cosa que se me plazca. Me arrodille en sus rodillas me incline hacia delante quedando justo a mi altura su miembro, lo agarre y empecé a jugar con este.

Arriba, abajo. Arriba, abajo. Arriba, abajo. Y así consecutivamente hasta que llego cierto punto en que vi que estaba a punto de estallar y deje de hacer lo que estaba haciendo y oí un gruñido por su parte quejándose, solo sonreí.

-Dulce: Tranquilo, tenemos toda la noche para disfrutar.

-Christopher: No se me hace justo que utilices mis frases en mi contra.- sonreí.- Esa es una de las razones por las que me enamore de ti.- dijo sentándose y me puse al lado de él sonrojada.

-Dulce: ¿Cuál?

-Christopher: De esa sonrisa linda y hermosa que tienes.- si me había sonrojado, ya estaba hecha un volcán. Dios, gracias por mandarme a este hombre. No aguante y me avente hacia él besándolo, era el hombre perfecto que siempre eh soñado. Nos fuimos recostando los dos, de manera en que yo quedara bajo de él.

Solo Fuí La OtraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora