Narra Christopher
¡Maldita sea! Otra vez nos volvimos a pelear y no creo que la pueda encontentar esta vez.
Todo iba tan bien, de maravilla si pudiera decirlo, hasta que llego Aisha. ¿Qué diablos hace ella aquí? O mejor dicho, ¿qué es lo que quiere? Se supone que habiamos acordado en ya no buscarnos el uno y el otro. Pero parece que no lo entendio.
¿Ahora? ¿Qué se supone que haga para volver a hablarle a Dulce? A mi princesa.
Sí, aunque no lo crean, es mi princesa. Aunque no lo aparente de tal forma, le he llegado a tener un inmeso cariño a ella. Es la única mujer y persona que necesito en mi vida.
Ella es la única que le dá un equilibrio a mi vida completa. Ella sabe más cosas de las que se supone, debía decirle. Sí me pongo a decir todo lo que Dulce me hace, no acabría. Es una gran lista que de verdad, hasta ustedes se aburrirían.
¡Maldita la hora en que me vio con Aisha en ese estupido restaurante! Maldigo ese día con todas mis fuerzas.
Sí pudiera regresar el tiempo, creanme, haría lo que fuera posible por no agarrarle la mano, al contrario, la soltaría. Ya que se supone que ella y yo no somos nada. Absolutamente nada.
No puedo creer que una simple agarrada de mano y una aparición de una mujer odiosa y triplosa allá acabado con lo que me había costado convercerla.
Sí, de seguro en estos momentos Dulce y hasta ustedes mismxs me han de estar odiando con toda su alma. Y, literalmente, por alguna razón, me lo he ganado.
Sí hubiera dicho desde un rpincipio que era casado, la primera vez Dulce no se anría enojado. Yo hubiera esperado un poco más para poder haberme divorciado de Alexa. Pero no. Me gano la calentura y no pense en las consecuencias de que una simple palabra podría contraer.
Ahorita estoy con los sobrinos de Dulce, y con Alfonso. Estamos en la fería de Six Flags ya que los niños querían ír y bueno, los Uckermann Herrera doblamos demasiado rapido las manos y los trajimos acá.
Ahorita estamos caminando hacía un juego comiendo un helado, les dijimos que era el último juego ya que se estaba haciendo de noche y todavía teniamos que manejar a casa. A lo que ellos primero hicieron pucheros, pero después lo comprendieron y aceptaron.
Pero, toda aceptación tiene una condición, y esa fue que nosotros 5 subieramos a la montaña rusa para cerrar nuestro día.
Alfonso se espantó, ya que dice que en su vida nunca se ha subido a la montaña rusa ya que le dá pánico las alturas. Y por mí parte, lo tome un poco a la ligera, pero por otra tenía miedo. Sí, como ustedes lo escucharon, tengo miedo. Miedo por sí me llego a salir del puto carrito y salgo volando y ahí quedé.
Toda una locura. Y, como ya mencione antes, los Uckermann Herrera doblamos las manos, aquí estamos de camino a esa cosa horrenda a la que llaman "juego".
Ya estamos formados y me empezó a doler el estomago ya que estoy demasiado nervioso y aterrado. Y eso que todavía no estoy montado en esa horripilante cosa.
Los minutos y la fila se van haciendo cada vez más chicos. Y los niños cada minuto están más entuciasmados, pero para Alfonso y para mí, son otros sentimientos.
En fín, después de esperar otros 5 minutos, ya estamos arriba de este juego mecánico. Me toco irme con mi tocayo Christopher, y a Alfonso con Alex y Andres. En el lugar donde se sentó Alfonso habían tres lugares, por eso.
A decir verdad, es la primera vez que veo un juego como este con tres lugares. El otro asiento donde estabamos Christopher y yo, quedo desocupado y fuimos los únicos en ese lugar.
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Solo Fuí La Otra
Fanfiction- ¡Solo fuí la otra! - ¡Claro que no, si fueras la otra nunca me hubiera enamorado de tí! Solo te hubiera utilizado _______________________________________________