- ¡Solo fuí la otra!
- ¡Claro que no, si fueras la otra nunca me hubiera enamorado de tí! Solo te hubiera utilizado
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Pasamos como una hora arreglandome. Nadamas mi rostro. Sin exagerar.
Ya que, Anahí y Blanca experimentaron hasta de lo que no conmigo.
Al final me dejaron un maquillaje no muy exagerado. Pero, que me hacía ver bien. De acuerdo al color de mi vestido.
Mi vestido era de color rosa muy claro. Semejandose al beish. Creo.
No soy muy buena para identificar los colores claros, lo tengo que aceptar. Si ustedes saben que color es, por favor, no me digan que soy ignorante.
No tenía tirantes. Se sujetaba del pecho, haciendo un corte corazón. Con un gran pedazo de tela que cubrian una parte de mi brazo.
Me llegaba muy arriba de la rodilla. Como a 8 dedos encima de esta.
Me dejaron mi cabellera suelta, haciendose unas ondas naturales. Poniendome como adorno una diadema de flores del mismo color de vestido.
Mis zapatos eran de punta, del mismo color del vestido.
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Ya arreglada, se alejaron de mi inspeccionandome o escaneandome. Para que al final dieran un pequeño grito y saltito para que sellaran con un choque de manos.
-A&B: ¡Esta perfecta! ¡Lo conseguimos!
Y me pare sobre mis zapatillas y me mire en el espejo.
-Dulce: ¡Oigan! Me veo... extraña.- dije frunciendo el ceño.
-Anahí: Es que no estas acostumbrada a verte así. Pero te ves, super hermosa.- dijo sonriendo y mostrando su dentadura blanca.
-Blanca: ¡Exacto! Si salimos allá fuera todas las miradas voltearan super rapido a verte.- estas exagerando. Dijo sonriendo.
-Dulce: Estan enxagerando. Pero, tengo que admitir que hicieron un gran milagro transformandome por completo.
-Anahí: Solo hicimos lo que nos faltaba hacer, Dulce. Tú eres super hermosa. Y tú solo pusiste tu cara angelical y nosotros solo te pusimos aún mas hermosa. ¿O me equivoco, Blanca?
-Blanca: En absoluto.
-Dulce: Bueno, de todos modos gracias por arreglarme.
-Blanca: No agradezcas. Es solo un poco de lo que podemos hacer por tí. Porque tú haces demaciado por nosotros.
A lo que solo sonreí.
-Anahí: Bueno, sin más. ¿Ya podemos bajar a empezar a esperar a los invitados?
-B&D: ¡Claro!
Y nos dispusimos a bajar a la primera planta, donde al bajar, estaba Alfonso vestido con un traje color negro ceñido, con una camisa color blanca, y una corbata del mismo color que el traje. Con su pelo un poco revuelto. Que a lo lejos se vé que se pasa los dedos por este.
