Tres

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Al segundo que lo dijo, Jin entró en pánico. Había una posibilidad de que este hombre no lo conozca a él. Jin rompió en sudor cuando cruzó por su mente la idea de que tal vez él haya tenido un flechazo por este tipo y por eso se sentía tan raro cuando lo veía. Pero nadie había dicho que fuera homosexual o si quiera bisexual. Lo que lo hacía sentir más nervioso. Tal vez era un muy secreto flechazo del que nadie tenía idea y él, inconscientemente, acaba de revelarlo.

—Hyung. —la mano de Jimin sujetó con fuerza el brazo de su hermano y lo alejó de la mesa en donde estaban sentados esos dos tipos.

El rostro de Jin se tornó rojo y se dejó apartar de esa situación humillante. Casi con miedo, miró hacia ellos otra vez para encontrarse con la mirada del desconocido que lo hacia sentir tan angustiado y desesperado. Dio un paso atrás por el impacto de ver tantas emociones cruzar sus pequeños ojos rasgados.

—Aún no has respondido mi pregunta. —se encogió por lo brusco que había sido su tono de voz.

—¿Por qué debo responder tus exigencias? —respondió con voz ronca el desconocido de cabello rubio.

Jin frunció el ceño e inclinó su cabeza un poco. Era para nada la respuesta que quería pero, por alguna extraña razón, era la que esperaba. Una sonrisa se deslizó por sus labios sin poder evitarla.

El amigo del desconocido se levantó de repente, haciendo todo el ruido posible mientras lo hacía para ahogar el sonido de dolor que había hecho su mejor amigo al ver la sonrisa de Jin.

Jimin volvió a llamar a su hermano, intentado moverlo lejos pero Jin no se movió esta vez, demasiado fascinado por las expresiones del tipo rubio. Eran muy fáciles de leer para él y a la vez no. Es como si supiera como reaccionar a cierta expresión del desconocido pero realmente no pudiera decir que significaban.

—Es mejor que no nos molestes. —dijo el amigo del rubio. Su mirada era dura pero su voz era nerviosa, trabándose muchas veces mientras lo decía.

—¿O qué? —Jin arqueó una ceja, sonriendo con burla. Ante el sonido de sorpresa de su hermano, Jin dejó caer esa actitud. Se miró a si mismo, no pudiendo reconocer bien porque decía y hacía estas cosas—. Lo siento. Yo... —aclaró su garganta y enderezó su espalda—. Es solo que tu amigo me parece muy familiar y solo quería saber si nos conocíamos de algún lado. —miró al rubio—. ¿No conocemos?

—No, Jin.

El rubio, el amigo y Jimin se encogieron. Jin no se perdió ese desliz.

—Nunca dije mi nombre.

—Tu hermano lo dijo.

—No lo hizo. Tengo buena memoria. —hizo una mueca por lo irónico que sonaba eso—. Tampoco he dicho que sea mi hermano.

—Lo deduje, se parecen mucho.

—No lo hacemos. Él se parece más a mi madre y yo a mi padre.

—Jimin se parece más a tu padre.

Jin solo lo miró hasta que el tipo se dio se dio cuenta que había metido la pata.

—¿Te rindes? —Jin se cruzó de brazos y espero a que el tipo cediera.

—Hyung, basta. —Jimin llamó la atención de su hermano—. Él es uno de los tipos de los que te hable más temprano. —Jin se tensó. Recordó como su hermano había dicho que habían unas personas que lo llamaban “anormal”.

—¿Qué le dijiste? —dijo el amigo del rubio.

—Lo suficiente. —respondió Jin por su hermano. Miró otra vez al rubio, esta vez con un aire diferente. Casi sintió pena. Jin esperaba que esta persona fue algo más, algo importante.

Recuerda [Yoonjin/Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora