Con los párpados pesados, Jin pensó que tal vez fue una mala idea venir hoy a trabajar. Habían demasiados clientes para ser un día de semana y lo estaban agotando por completo. Suspirando con cansancio, le dijo a Hoseok las bebidas que habían pedido los clientes de sus mesas, y luego de dirigió a la pequeña sala que hacía de cocina en donde estaba Namjoon.
Como Namjoon se aburría mucho siendo el “jefe”, decidió que también sería el cocinero, pero la verdad es que Namjoon no podía cocinar ni aunque su vida dependiera de ello, Jin lo sabía bien ahora, aunque él sí podía abrir las bolsas de los bocaditos y servirlos como todo un experto.
—Hyung. —le sonrió desde el sofá y siguió vertiendo las papas de la bolsa a plato.
—Sé que solo estoy siendo una molestia, pero, ¿puedo irme? —se sentó a su lado—. El lugar sigue algo lleno pero ya no puedo más. Lo siento.
Él le dio una mira de preocupación. —¿Te sientes mal? —tocó la frente de Jin para saber si tenía fiebre. Jin no le importó pero su rostro estaba algo cerca para hacerlo sentir cómodo—. Podríamos ir por medicina a una farmacia en el camino. —Jin lo miró confundido. Namjoon le sonrió suavemente—. Te estoy llevando a tu casa, hyung. No voy a dejarte ir solo en este estado.
Jin hizo un sonido, estando de acuerdo. Espero un segundo, luego dos, tres, pero Namjoon aún no bajaba la mano de su frente o se alejaba aunque sea un poco.
Él miraba a Jin a los ojos, como esperando algo. Jin, inocentemente, se preguntó qué estaría esperando su jefe. ¿Quiere que le diga gracias?, pensó Jin, algo atontado por el cansancio.
—¿Qué crees que haces, Namjoon?
Namjoon se apartó de golpe y miró con sorpresa al hombre en la puerta. Jin fue más lento en reaccionar y por unos segundos no supo si el Yoongi enojado en la puerta de la cocina era real o imaginario.
Ese Yoongi se veía algo falso, pensaba la brumosa mente de Jin, en especial porque se veía realmente enojado mientras veía a a Namjoon al lado de Jin. Casi podía sentir lo traicionado que Yoongi se sentía, y eso no tenía sentido para Jin. Tampoco tenía sentido sus ganas de calmarlo. ¿Por qué siempre quería calmar a este desconocido?
—Eh... —Namjoon se levantó pero se detuvo por un segundo, pensando—. ...Amigo de Jungkook, ¿qué haces aquí?
No eran cercanos. Eso había quedado claro para Jin y lo hacía sentir más confundido de verlo aquí, en el lugar solo para empleados, en especial porque Jungkook estaba afuera.
¿Tal vez lo había mandado Jungkook para darle un recado a Namjoon?
Jin estaba tan cansado de que las cosas no tuvieran sentido para él.
—Se llama Yoongi. —dijo distraídamente Jin. El mencionado le dirigió una mirada de ojos entrecerrados para luego regresar su mirada intimidante a Namjoon.
Namjoon se puso de pie, sacudiendo su camisa y le dio una mirada al otro hombre. —Yoongi, ¿me necesitas para algo?
—Vengo a ver a Jin. —hizo una mueca arrogante—. Obviamente no vengo por tu inexistente trasero.
—¡¿Qué?! —gritó Namjoon, dando un paso atrás.
—¿Le has mirado el trasero? —Jin frunció el ceño. No le gustaba eso pero no sabía por qué.
—Apenas y pude. —Yoongi sonrió. Los ojos de Namjoon se ampliaron con indignación.
Jin soltó una risa involuntaria.
—¡Hyung! —exclamó Namjoon, avergonzado y muy alterado.
—Lo siento. —Jin cubrió su boca y miró a Yoongi de reojo. Él había perdido su sonrisa cuando Namjoon lo había llamado “hyung”.
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Recuerda [Yoonjin/Jinsu]
FanfictionMi nombre es Kim Seokjin y tengo veintiséis años. Lo sé porque me lo dijo una enfermera cuando salí de mi estado de coma. Sé que tengo una madre, un padre, y hasta un hermano menor. También sé que soy un buen alumno, un buen hijo, un buen hermano. ...