Diez

1.9K 347 32
                                    

A Jimin le tomó una semana darse cuenta que su hermano no pensaba volver a casa, y dos el saber dónde vivía ahora. No tenía ningún problema con su hermano mayor viviendo fuera de la casa familiar, después de todo, Jin era prácticamente un adulto. Sin embargo, él que estuviera lejos, otra vez, después de todo lo que se hizo para tenerlo cerca y junto con quien vivía eran los problemas.

—No tenías porqué mentirme. —Sí, tenías.

Jin se encogió de hombros y miró a un lado. —No supe cómo explicarte que me sentía atrapado ahí sin herirte.

—Soy tu hermano.

El mismo que te dijo cosas hirientes. El mismo que te dañó.

—Lo lamento. —Jin sonrió flojamente—. La próxima vez confiaré más en ti. Puedo, ¿no? Confiar en ti.

Antes no.

—Claro que sí, hyung.

Se dieron un abrazo y prometieron verse mañana. Jimin le pidió a Jin que le mostrara el lugar donde se quedaba. Jin le prometió que lo haría. Ambos mantuvieron sus sonrisas hasta que el otro ya no estuvo a la vista.

La culpa carcomía a Jimin. Él no sabía hasta cuando podría vivir así. No era una persona naturalmente mentirosa. No estaba en él decir tantas cosas falsas. Un día Jimin iba a explotar.

—¿Lo viste? —su madre arrugó su vestido mientras lo miraba, ansiosa.

—Sí. —le respondió Jimin a pesar de que, irónicamente, quería mentir.

—¿Y? ¿Dónde está? ¿Se encuentra bien? ¿Ya no tiene esas feas pesadillas? Si se está quedando con una chica no creo que a ella le guste que él esté diciendo el nombre de, de...

Jimin se mordió la lengua para no decir el nombre del que tanto su madre temía pronunciar. Solo para hacerla enojar. Solo para fastidiarla por obligarlo a ser parte de eso. Yoongi, Yoongi, Yoongi.

—Jin está bien. Está perfecto con la chica esa. Ambos se ven relajados y felices. Ya puedes respirar tranquila. —mintió sin ningún remordimiento. Su hermano no le había pedido mentir pero Jimin sabía que eso se tenía que hacer. Era lo mejor para todos creer esa nueva mentira.

Su madre suspiró tranquila para luego fruncir el ceño. —Te he dicho que no me hables de esa manera. —su voz tembló mientras veía a su joven hijo—. Tal vez no lo recuerdes pero soy tu madre.

—Lamentablemente no fui quien olvidó todo. —le dijo mordazmente.

Ella soltó un sonido de dolor que Jimin ignoró mientras se iba a su habitación.

No siempre tuvo ese tipo de relación con su madre, pero cuanto más tiempo pasaba en esta mentira y su hermano se viese más confundido por las inconsistencias que tenían las cosas que le contaban, más crecía el rencor hacia su madre. Jimin se sentía cada vez más enojado con ella por idear todo esto e involucrarlo.

Todo por ese hombre espantoso.

Él odiaba a su madre por ser débil pero odiaba mucho más a su padre por hacerla así.

Su padre era un ser distante que en raras ocasiones demostraba su verdadera naturaleza monstruosa. Una de esas ocasiones fue cuando su hermano mayor reveló que era homosexual. Jimin, a pesar de su corta edad, nunca olvidaría el terrible momento. Sin embargo, lo más impactante fue lo normal que estuvo todo al día siguiente. Después de hacer sangrar a su propio hijo, él actuó con normalidad en la mañana siguiente.

Jimin estaba acostumbrado ahora a ese tipo de comportamiento errático. Una noche su padre lo insultaría y al día siguiente le diría:— Cómo está mi muchacho. —mostraría una falsa sonrisa paternal y fingiría interés por medio minuto para luego desaparecer por horas.

Recuerda [Yoonjin/Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora