Extra III

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Yoongi se miró en el espejo una ultima vez. Su cabello oscuro estaba peinado hacia atrás, haciendo resaltar sus cejas y ojos. Su camiseta era simple, de color blanco, pero con la chaqueta de cuero encima se veía genial. Sus pantalones eran negros y ajustados. De lo único que aún no estaba seguro era de esto último. ¿Debía buscar unos pantalones más sueltos? ¿De otro color? O tal vez, ¿debería ponerme accesorios?

Soltó un gran suspiro y se sacudió todas las inseguridades. Si no salía ahora llegaría tarde. Él no quería llegar tarde a su primera cita con Jin.

El sonrojó explotó en sus mejillas con el pensamiento, pero fingió no notarlo mientras arreglaba por ultima vez su cabello. Cogió sus llaves, saliendo de su casa y se dirigió al departamento de Jin.

Por otro lado, Jin estaba completamente relajado. Había cogido la primera camiseta que había visto, sus pantalones era esos de color púrpura que siempre usaba. Sus pantalones terminaron combinando muy bien con su camisa negra por pura casualidad. Él no había planeado terminar viéndose tan bien. Su peinado también fue casual. No se había esforzado por verse bien, porque esta no era una ocasión especial.

O eso se estuvo repitiéndose en su mente durante las ultimas tres horas.

Las manos de Jin estaban temblando un poco cuando las pasó por la décima camisa que se había puesto. No estaba seguro si esta era la correcta. Quería verse bien pero que pareciese que no lo había intentado. Pero era tan difícil.

El sonido de su intercomunicador lo sacó de sus atormentados pensamientos. Se mordió el labio mientras decidía si debía abrir la puerta o hacerlo esperar. Si lo hacía esperar, podía cambiarse una última vez. No estaba convencido de su pantalón.

Puede que se vaya.

En un parpadeo, Jin bajó hasta donde estaba Yoongi. Su boca cayó abierta y olvidó respirar cuando lo vio. Él sí se veía muy bien. El rostro de Jin se tiñó de rojo cuando algunas ideas cruzaron por su mente.

—¿Supongo que te gusta? —Yoongi sonrió. Jin casi da un traspié y cae de cara, pero se retuvo. Sería demasiado vergonzoso caer desmayado por una simple sonrisa.

—Te ves bien. —dijo Jin, aclarando su garganta cuando la sonrisa de Yoongi se amplió. Para los ojos de Jin, Yoongi era atractivo y muy lindo. Quería abrazarlo y luego empujar su adorable cara contra la almohada.

—¿Vamos? —extendió su mano y Jin la tomó. Yoongi se acercó a su oreja—. Te ves hermoso. —le susurró. Jin lo negaría más tarde, pero él se estremeció con la simple acción.

Jin se sacudió y le sonrió con arrogancia. —Fue lo primero que vi. —se encogió de hombros y caminó delante de Yoongi.

Yoongi negó con la cabeza y lo siguió, no tragándose lo que dijo. Era tan ridículo y a Yoongi le gustaba tanto.

Caminaron juntos hasta el café en un silencio cómodo como también lleno de anticipación. Ambos estaban pensando en que deberían preguntar o que quería saber del otro. En medio de una reflexión, la mano de Jin chocó con la de Yoongi y todo pensamiento se esfumó. Su mano empezó a picar cuando chocó por segunda vez. Él quería coger su mano tan mal. Pero, ¿era demasiado pronto? ¿sería muy raro? Aún no era oficialmente pareja. Tal vez era extraño ser tomar de la mano en la primera cita.

Eso había decidido Jin.

Yoongi tomó su mano mientras miraba hacia las vitrinas de las tiendas que pasaban.

Jin sonrió tan grande que la gente empezó verlo con preocupación.

La cita había empezado bien, pero cuando llegaron al café todo empezó a ir mal. La cafetería estaba llena. Al parecer hoy era la final de un partido y de una serie muy popular. Los locales estaban llenos o cerrados. Jin podía sentir como el humor de Yoongi empezaba a oscurecer. Él había planeado todo para Jin y nada estaba saliendo bien. Jin debería sentirse igual, pero se sentía genial. Yoongi no había soltado su mano durante toda la búsqueda de otro lugar. Sin contar que varias veces Yoongi lo había tomando en sus brazos para apartarlo de la multitud. Jin estaba en el cielo.

Con el rostro en el cuello de Yoongi, Jin sonrió y envolvió sus brazos alrededor de su cintura. —Sabes, tengo un par de películas descargadas. —Yoongi dejó de fruncir el ceño a un tipo que casi tropieza con Jin para mirarlo. Jin sonrió y se sonrojó un poco. Eso sonada tan nerd—. Prefiero estar en casa de todos modos.

El ceño de Yoongi se acentuó. Luego tomó la mandíbula de Jin en su mano y lo besó. El beso fue largo y profundo, dejando a Jin sin aliento y con el rostro sonrosado por algo diferente a la vergüenza.

—Eres un genio. —dijo Yoongi, muy serio—. Y me gustas. Mucho.

Jin envolvió sus brazos en su cuello y pegó su frente contra la de Yoongi. —Eres tan lindo. —lloriqueó.

—Ya que te parezco tan lindo, ¿no te vas a enojar si te digo que no tengamos más citas? —le dio su mirada más inocente. Toda ojos abiertos y boca formando un círculo—. Realmente odio esas cosas. El protocolo y todo eso. Nunca me han salido bien y es raro. ¿Poco natural? Podemos conocernos en nuestras casa. Ya la conoces de todas formas. Y si salimos solo podemos salir y no planearlo. ¿Sí?

La boca de Jin se curvó en una sonrisa tierna. —Eres hogareño, ¿no?

Yoongi hizo un mohín, no dispuesto a negarlo pero tampoco confirmando nada.

—Eres tan dulce. —llevó su mano a la mejilla de Yoongi.

Ese noche, Yoongi y Jin la pasaron en casa, mirando una película que se suponía era de comedia pero resultó ser de terror. Los vecinos se quejaron por los gritos de Jin y Yoongi fingió no tener miedo, y que no gritó bajito mientras abrazaba a Jin. Yoongi no regresó a su casa esa noche. Jin estaba demasiado aterrado como para dormir solo. Rodando sus ojos, Yoongi durmió a su lado. No hicieron nada más que dormir al lado del otro, abrazados fuertemente, ambos temerosos de ver si la sombra en la esquina de la habitación era ropa o un fantasma.

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Espero que lo hayan pasado bien en estas festividades de fin de año. Mi fic nuevo, por votación popular, fue el Taejin. Los que votaron por el les voy a avisar cuando lo publique. (Como dentro de unos minutos lmao)

Recuerda [Yoonjin/Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora