Kim Taehyung había sido amigo de Yoongi desde que eran muy jóvenes, cuando ambos vivían fuera de Seúl, con sus casas una frente a la otra. Taehyung y Yoongi, a simple vista, tenían poco en común y con personalidades muy diferentes, pero ellos encajaban bien por lo que su amistad perduró hasta ahora.
A pesar de ser el menor, Taehyung era el que solía cuidar de Yoongi como si él fuese realmente el mayor. O por lo menos así era para él.
—Hyung, traje comida. —diría entrando a su departamento con su propia llave—. Espero que esta vez por lo menos te hayas bañado. Mi nariz ya no puede con tanto. —bromearía mientras entraba al estudio de Yoongi.
Con una sonrisa y negando la cabeza, encontraría a su amigo enterrado debajo de miles de hojas en donde habrían garabatos a los que él llamaría letras. Yoongi pasaba horas de horas trabajando y muchas veces olvidaría que debía hacer cosas básicas, como dormir o comer. Esa era la razón por la que Taehyung siempre fuera a su casa para encargarse de que él las hiciera.
—Uh, claro. Gracias. —haría un gesto con su mano sin dejar de escribir.
Rodando los ojos, Taehyung lo tomaría de la mano, como si fuera un niño, y lo sacaría de su cueva para que comiera como humano.
Muy dentro suyo, a Taehyung le gustaba ser el que se encargaba de Yoongi. Ser el indispensable para su mejor amigo. Regodearse cuando las personas que los conocían dijeran: “qué sería de Yoongi sin Taehyung”. Muchos creían que en esa relación había algo más pero no era así. Taehyung sabía lo que parecía, pero él estaba seguro que no estaba enamorado de su amigo, y que Yoongi no sentía algo parecido por él. Solo era que a Taehyung le gustaba sentirse especial para él, su número uno en todo.
Por lo que el ver en una mañana como muchas otras, mientras le traía algo de comer a Yoongi, a un desconocido en poca ropa paseándose por la cocina lo hizo sentir como si hubiese sido golpeado en el estómago. El pánico trepó rápidamente en él cuanto más miraba esos grandes ojos sorprendidos y asimilaba lo atractivo que era el hombre semidesnudo.
Esa vez Taehyung se quedó mudo hasta que apareció Yoongi. Su amigo de toda la vida mostró su primer sonrojo en su presencia y, entre tartamudeos, presentaría al atractivo hombre, el que también estaba completamente rojo. Estuvo tenso durante todo el encuentro y de forma casi robótica, se fue rápidamente de ahí. No le había gustado la sensación de que había algo fuera de lugar.
Lamentablemente, no había sido la primera vez que había encontrado a su amigo en una situación de ese tipo, pero sí la primera vez que todo había sido tan torpe. En especial cuando, discretamente, Yoongi se había parado delante del desconocido, impidiendo que Taehyung viera su piel desnuda. Esa acción lo había tomado por sorpresa.
Taehyung no tardó en buscar a su otro mejor amigo, Jungkook, para contarle con mortificación lo sucedido.
—No entiendo. —le había dicho su amigo con un bostezo desde su cama, rascando su estómago plano—. Te molestó pasar por ese momento tan incómodo o encontrar a tu querido Yoongi con otro tipo.
Soltando un jadeo, dio un paso atrás. —¡Es claro que hablo del momento raro no de... eso! —le frunció el ceño—. No seas ridículo.
Jungkook le dio una mirada aburrida y se puso cómodo en su cama.
—Lo que digas. —se cubrió por completo, dando por finalizada la conversación.
Taehyung apretó los dientes. Estaba cansado de que todos lo malinterpreten.
—No me hables de esa manera, niño. —gruñó, caminado hasta la cama—. No me gusta lo que estás insinuando. Yo no estoy celoso. No de esa manera, de todos modos. Yoongi es como un hermano, ¿de acuerdo? —jaló fuertemente la sábana que lo cubría, esperando que su amigo se resistiera. Él no lo hizo por lo que terminó descubriéndolo por completo—. Oh. —Taehyung se sonrojó cuando se dio cuenta que su amigo no llevaba sus pantalones—. ¿Cuántos hombres en poca ropa tengo que ver hoy? —se quejó, mirando nerviosamente sobre el hombro de Jungkook—. Esto es ridículo.
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Recuerda [Yoonjin/Jinsu]
FanfictionMi nombre es Kim Seokjin y tengo veintiséis años. Lo sé porque me lo dijo una enfermera cuando salí de mi estado de coma. Sé que tengo una madre, un padre, y hasta un hermano menor. También sé que soy un buen alumno, un buen hijo, un buen hermano. ...