Extra VII

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Una de las cosas que tenía muy preocupado a Jin, era su hermano estando con su padre. Él podría influenciar al más pequeño y hacerle creer que Jin era un monstruo, como tanto le gustaba repetir. Después de todo, no estaba junto a su hermano desde que Jin estaba en secundaria. Era demasiado tiempo. Demasiadas cosas pueden haber cambiado sin que él lo note. Ese era el mayor temor de Jin, que su querido hermano ya no lo mirara con los ojos brillantes, llenos de amor. Que las cosas cambiaran para mal.

Jin volvió a apretar sus manos con preocupación.

—Todo va a salir bien. —le aseguró Yoongi por segunda vez. Colocó su amplia mano sobre las de Jin, entrelazando sus dedos y dándole un apretón reconfortante. Jin lo apreció.

—No lo veo desde hace diez meses. —dijo Jin, mirando las venas en la mano de Yoongi. Su padre había estado muy metido en las actividades de Jimin y eso le había impedido que se colara a verlo—. Debe haber crecido mucho.

—Eso es mucho tiempo. —Yoongi frunció el ceño y Jin maldijo mentalmente por su desliz.

—Sí, es que tuve mucho trabajo y proyectos. Esas cosas, ya sabes.

La verdad es que Yoongi no sabía, pero lo dejó pasar de todas formas. Le dio un delicado beso a Jin antes de que cambiara la luz, y siguió conduciendo. Mentiría si él dijera que no estaba nervioso por hoy. Esta sería la primera vez que conocería a un familiar del hombre que amaba. Yoongi sabía cuánto quería Jin a su hermano pequeño, por eso quería darle una buena impresión. No, no una buena, una fantástica. Por eso estaba temblando de los nervios. Lo bueno de que Jin también estuviese nervioso, es que no notaba el temblor en las manos de Yoongi.

—Gira en la esquina.

Yoongi siguió sus indicaciones hasta que apareció a la vista una gran estructura. Le sorprendió que fuera tan grande cuando solo era una escuela secundaria. El uniforme de los alumnos y los acabados del lugar, dejaban ver el nivel de la institución. Sin contar los costosos autos que estaban estacionados.

—El lugar se ve extravagante. —Yoongi murmuró, estacionándose.

Una sonrisa de orgullo apareció en el rostro de Jin. —Es una escuela exclusiva para alumnos prodigios. No cualquiera puede entrar. —buscó con la mirada a su hermano. Le había avisado que hoy iba a venir, pero no lo veía en el lugar donde siempre se encontraban—. Jimin sobresalía en primaria, por eso logró una beca completa en esta escuela. De aquí, vas directo a cualquier universidad que quieras.

—Sí. —dijo Yoongi—. También suena extravagante.

Jin sonrió, divertido. Bajaron del auto y esperaron por unos minutos a Jimin, apoyados en el auto, con sus cabezas juntas y una sonrisa tranquila en sus rostros.

—Tal vez debería ir a buscarlo. —dijo Jin, mirando la hora en su teléfono—. Él sabía que iba a venir hoy. Es raro que se demore tanto. —miró a lo lejos una vez más. Se veía la preocupación en su rostro. Yoongi había notado que Jin siempre parecía muy preocupado por su hermano, y no entendía porqué.

—Anda. —Yoongi acarició el brazo de Jin, sonriendo suavemente—. Yo espero aquí.

Su pareja se mordió el labio, viéndose indeciso. Miró a Yoongi y luego miró hacia el colegio. Brincó cuando vio a alguien. —Ahí está. —sonrió, tomando la mano de Yoongi, pero su sonrisa no tardó en caer cuando notó algo extraño en su hermano. Dudó, pero soltó la mano de Yoongi y le dio una mirada de disculpas—. Ahora vuelvo. —dijo antes de correr hacia su hermano.

Yoongi se quedó en el estacionamiento, apoyado en su auto, viendo desde lejos como Jin se encontraba con su hermano. Él nunca supo que cuando Jin llegó a su hermano, lleno de tanta preocupación que un nudo apretado se formó en su estómago, Jimin lo había apartado. Los ojos del menor estaban llenos de ira y desprecio. Yoongi nunca llegó a ver eso, pero Jin sí, y cómo le dolió ver eso en la persona que más amaba. Yoongi nunca oyó la discusión, nunca escuchó como Jimin había dicho que odiaba a su hermano, nunca vio como el rostro de Jin se retorció de dolor. Pero sí vio que algo andaba mal y quiso correr hacia el hombre que amaba.

Esas ganas aumentaron cuando apareció un desconocido, hombre mayor detrás de Jin.

Yoongi no lo conocía pero no le gustó como el cuerpo de Jin se tensó ni como el hermano menor se encogió. Solo tomó que el hombre cogiera a Jin del codo para que Yoongi caminara hacia ellos. Él no escuchó las palabras venenosas que expulsó ese hombre, ni como Jin le decía que parase, y le decía papá, y decía por favor. Pero sí escuchó lo último. Fueron sus palabras tan fuertes que lo hicieron congelarse: —No puedes verlo de nuevo. —el hombre levantó sus ojos llenos de rabia y miró a Yoongi—. No con eso a tu lado. —pronunció con tanto veneno que atravesó a Yoongi, grabando esas palabras por siempre en él.

El hombre soltó a Jin con brusquedad para tomar el brazo del menor y arrastrarlo lejos. El niño no se opuso. Caminó al lado de su padre sin mirar a su hermano ni una vez.

A Yoongi le dolió notar que la nariz del hombre, sus ojos, eran iguales a las de Jin. Le dolió saber que ese hombre con tanto odio era el padre de la persona que amaba. Le dolía porque a Jin le dolía.

Jin tenía la mirada en el suelo, con sus brazos rodeando su estómago, como queriendo protegerse de todo lo malo. Yoongi no dijo nada, solo lo abrazó con fuerza y lo dejó ser.

Más tarde, en casa, Jin lloraría en el hombro de su pareja. Él se lamentaría por horas el ya no poder ver a su hermano, sin saber como la culpa se calaba en Yoongi. Sin saber como Jimin, encerrado en su habitación lloraba mientras oía los gritos de su padre al otro lado de la puerta, mientras su madre le rogaba a ese monstruo que dejara a su hijo menor. Sin saber como la culpa, el odio, el amor se mezclaban cuando Jimin pensaba en él. Sin saber como su hermano menor no sabía qué hacer con todo lo que sentía, no mientras su padre le gritaba en la oreja que su hermano mayor era el culpable de todo.

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Okay, eso fue lo último de los episodios tristes. Lo juro.

Recuerda [Yoonjin/Jinsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora