Después de un rato en el que íbamos todos en silencio, por fin llegamos al lugar en el que comeríamos, miro en mi teléfono la hora, es temprano, tengo el pendiente de mi cita de la noche, no es que esté muy animado, de hecho si pudiera zafarme de ese compromiso lo haría, pero el señor abogado se ha portado tan bien que sería una completa grosería que lo dejara plantado, por lo que comeré lo más rápido que pueda, saldré, iré al primer cajero que me encuentre, de mi banco claro está porque de otro me cobran comisión y con ese recargo me quedo más pobre de lo que por sí ya soy, llegaré a casa, me cambiaré y estaré listo para la noche.
Escucho que abren sus puertas, mis acompañantes se bajan, yo intento abrir mi puerta pero no puedo, segundos después cierran esos tipos, ponen la alarma y se van... ¡Me dejaron encerrado en la camioneta! Estoy comenzado a ponerme rojo de la ira.
-- ¡Espera, lo dejamos adentro! – Mat exclama y se regresa apresurado, noto que el otro solo se sonríe, ese barbaján lo hizo a propósito.
-- Muchas gracias – digo forzadamente al hombre que me abrió la portezuela y camino rumbo al otro tipo lleno de bolas, el cual me mira con sorna, trataré de ser muy sutil para no evidenciar que estoy molesto – ¿Qué te pasa? ¿Por qué me dejas encerrado? ¿Tienes problemas mentales o qué? ¿Eh? ¿Eh? – lo encaro.
-- Olvidé que venías con nosotros – se encogió de hombros se adentró al lugar, que ahora que lo veo se ve muy pintoresco, es un sitio con rasgos muy típicos del país, paredes de ladrillos, bien pintados y acabados elaborados, mesas de madera y sillas del mismo material, sombreros colgados en cada esquina como elementos de ornato, y pequeños cactus como centros de mesa, me han traído a un restaurante de comida mexicana. Dejando de lado el lugar, maldito Adán, lo odio más que cuando lo conocí, me encerró a propósito, estoy seguro.
-- Discúlpalo, anda un poco distraído – su asistente o amigo, quién sabe qué es me dice por la espalda y yo siento cosquillitas, no me gusta que me lleguen por detrás.
-- Sí, claro, me remuevo incómodo y me pongo a su lado. Me da el paso y con toda la incomodidad empiezo a andar, no sé por qué accedí a venir con este patán mentecato.
Estamos entrando, y vemos que el Adán ese ya está sentado y hablando cómodamente con una muchacha, ésta lleva uniforme por lo que entiendo que es mesera de lugar, la chica se ve encantada con ese tipo, pobrecita, no sabe que ese sujeto es un pesado, horrible, barbaján y patán, de seguro solo está pensando en cochinadas, será mejor que ella escape antes de que ese boludo le haga perder su honra, bueno, si es que no la ha perdido.
-- ¿Y a qué hora sales? – cuando llegamos podemos escuchar que eso le pregunta, pero que bárbaro, ni un cafecito le invita antes, que horrible es.
-- No le hagas caso – Mat se sienta, yo igual y no duda en hablarle a aquella muchacha – Mejor háblale a tu compañero, aquel que está cerca de la barra, gracias – la despide y nos quedamos unos momentitos callados mientras la chica, confundida, se marcha – Ni la burla perdonas, quizás y esa niña es menor de edad y tú ahí buscando problemas – reprende al boludo, yo miro todo en completo silencio.
-- Para eso te tengo a ti, para que me resuelvas los problemas – suelta una carcajada y el otro niega con la cabeza, ese Adán es de lo peor – Este es un lugar bueno eh, te va a gustar – se dirige a mí, lo miro con indiferencia y lo ignoro, debe saber que no me cae bien, igualado.
Momentos después llega un jovencito delgado con tres menús en las manos.
-- Buenas tardes caballeros, mi nombre es Josué y hoy los voy a atender – noto por unos momentos que Adán Edilberto se le queda mirando, pero ya no se ve tan relajado como antes, pareciera como si se quedara pensando en algo, su ceño se frunce y su sonrisa burlona de antes se esfuma.
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Una Eva y tres patanes
RomanceSi desde la primaria en las listas de asistencia lo escribían incorrecto o las maestras no pronunciaban bien tu nombre, era un indicio que algo ya marchaba mal en tu vida. Eva, Eva, Eva... ¡Con un demonio soy Evan! Con N al final. Soy empleado de u...