¡Alerta!... CAPÍTULO ESPECIAL... Wiuwiuwiu
Este capítulo ha sido patrocinado por alguien muy, muy especial... así que por favor denle las gracias a la enorme belleza de K-LCMM, quien me ha dado un regalo tan bonito, pero tan bonito... que se merece este capítulo (para ver el regalo, por favor ver la parte siguiente con urgencia).
Porque... porque este capítulo es ¡uff! Y sino les gusta, tendremos muchos problemas. :3 A mí me encanta.
Y ambiéntemonos un poco.
La noche moría demasiado lento mientras Jungkook sólo permanecía ahí sentado.
Todo su cuerpo estaba cubierto de sangre, el kimono que había vestido horas atrás le había sido arrancado del cuerpo con violencia, dejándole apenas en la delgada tela de la base del kimono, ocultando oportunamente las brillantes dagas que todavía colgaban de su cuerpo. Sin embargo, no es como sí sintiese frío.
Estaba acostumbrado a deambular por el lugar vistiendo tan sólo trozos delgados de tela, exponiéndose a los ojos de los soldados que la Madame atendía siempre con una sonrisa y que dejaban caer sus miradas por toda la extensión de su cuerpo, de lo que se veía y lo que se insinuaba, decidiendo sí era tan delicado como el de una mujer o más delicioso incluso.
No, no sentía frío, pero sí sentía todo su cuerpo acartonado por la sangre seca.
Estaba cubierto de pies a cabezas con sangre oscura y seca que comenzaba a desprender un olor de podredumbre, costras grandes se pegaban a su piel y a la tela blanca que llevaba encima y que serían demasiado difíciles de arrancar por todo el tiempo que ya llevaban ahí. Jungkook incluso podía decir que era precisamente la sangre sobre él, la que no le permitía sentir nada, absolutamente nada de esa noche de invierno.
Ni frío, ni calor, ni cansancio, ni nada.
Porque estaba ahí sentado luego de horas limpiando el suelo del salón del té, horas en las que sus uñas se habían levantado ligeramente debido a la fuerza que debía aplicar para limpiar cada centímetro del lugar, su cuerpo encogido en la misma posición todo el tiempo y el agua hirviendo quemando contra la piel de sus rodillas y sus brazos a medida que iba tallando por todo el piso mojado por el líquido caliente que cada tanto volvían a lanzar sobre ellos.
Le habían obligado a borrar cualquier rastro de sangre, como si de alguna forma, pudiese borrar con eso lo que había pasado en ese lugar y lo que todos habían presenciado.
Jungkook había querido gritarle a la altiva y despreciable Madame que nunca podrían olvidar algo como lo que esa noche habían presenciado, que no importaba cuantos años y desgracias pasasen frente a sus ojos, para él nunca habría escena más horrible que la de ese niño de 13 años con la mano sobre su cuello perforado por una bala, batallando para tomar un poco de aire en su garganta inundada en sangre mientras un hombre se divertía entre sus piernas.
Ni siquiera sabía cómo era posible que se sostuviese en pie luego de ello.
Porque en todos los años que llevaba como esclavo, desde que su madre le había vendido por un poco de comida y que el Rikugun-Chūjō le había arrastrado por la tierra sucia de sangre y pólvora frente a las tropas enemigas tan sólo para mostrar como profanaba su cuerpo de 11 años por primera vez y le dejaba claro que su vida era abrir las piernas para hombres despreciables... desde ese entonces Jungkook se había prometido que no se rendiría, que nunca diría que ya no podía más.

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Intermedios.
Romance¿Qué había al otro lado de esa puerta? Vkook - Yoomin. Contenido homosexual, violencia explícita. Portada hecha por: K-LCMM