24.- Sangre sobre la tierra.

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Actualización 2/2

Capítulo MUY LARGO y bastante intenso, quiero que lloren... sólo aviso. :3

Un abrazo...

El último abrazo que Jungkook recordaba haber recibido había sido de parte de su mamá, justo antes de entregarlo. Ella le había tomado entre sus delgados y débiles brazos, depositando un camino de besos por su cabeza, murmurando disculpas que en ese momento Jungkook no supo entender.

Ella había intentado remediar con ese abrazo el hecho de haberlo vendido.

Recordaba la sensación, Jungkook la sentía hormiguear sobre su piel cuando pensaba en ella a veces, era lo que volvía a él cuando trataba de traer de regreso la imagen de su rostro y el sonido de su voz. Ya no tenía recuerdos de nada de eso, ella se había borrado con el paso de los años y el dolor, no había dejado nada de ella más que aquel abrazo grabado en su memoria.

Un abrazo, ¿cuántos niños no recibían eso incluso cuando sus destinos eran la pobreza y la esclavitud? ¿No eran signo de amor? Jungkook no había recibido ninguno desde los 11 años, cuando paso a manos de la Madame y su destino fue sentenciado a pasar de hombre tras hombre. ¿Era por qué no merecía ser amado?

Pero ahora, los brazos de Taehyung lo rodeaban, brindándole calor y seguridad; algo que Jungkook no había sentido desde los abrazos de su madre.

Era la primera vez que se tocaban así, en la que sus pechos se pegaban hasta que sólo la tela de sus ropas los separaba y el aroma masculino de Taehyung inundaba todos sus sentidos. Jungkook se aferró a su cintura mientras enterraba su rostro en su cuello, sintiendo cada uno de los músculos de su cuerpo tensarse cuando las grandes manos del mayor acariciaron su espalda con suavidad.

Pero tan rápido como se tensó, su cuerpo se relajó por completo. Estaba a salvo entre esos brazos, nunca dudaría de ello.

.- Todo estará bien, Kookie – susurró el mayor contra su cabello, una de sus manos enredándose en las hebras a la vez que no dejaba de acariciar su espalda – Ahora estoy aquí, ¿de acuerdo?

Jungkook trató de ahogar el sollozo que brotó de su pecho, pero la mezcla de emociones le resultaba tan intensa que no consiguió evitar que su voz brotara rota: .- ¿N-no volverás a dejarme, sempai? Por favor, no me abandones de nuevo.

Taehyung cerró sus ojos con dolor, pensando en todo lo que Jungkook tuvo que atravesar en los meses en los que no estuvo para él. Había sido más de un año en su época, pero no más de cuatro meses en la de Jungkook; tiempo suficiente para que el menor atravesase torturas y noches que Taehyung prefería borrar de su mente, cuerpo y corazón.

Si pudiera, Taehyung arrastraría lejos de Jungkook todo el dolor y le construiría un mundo donde sólo hubiese esperanza y libertad.

.- No me iré, nunca más – prometió.

Jungkook no respondió, aferrándose a Taehyung mientras trataba de convencerse de las palabras del mayor, de que realmente había vuelto por él y había traído su corazón de regreso, escondido entre sus bolsillos. Sus manos se anclaron en la ropa del mayor, evitando que se separase de él porque necesitaba de su calor, de sentirlo junto a su cuerpo como nunca antes lo había hecho, como había deseado sentirlo desde hace mucho tiempo.

.- Jungkookie, necesitamos movernos – susurró entonces Taehyung contra su cabello, sin soltarlo todavía – No es seguro que nos quedemos aquí.

Las palabras de Taehyung estaban llenas de razón, lo sabía. Jungkook era consciente de que debía ponerse de pie sin importar qué, que su tobillo no podía ser un impedimento para seguir huyendo, sin embargo, en lo único que podía pensar era en los brazos de Taehyung, en el miedo de soltarlo y que el mayor desapareciese ante sus ojos o que fuese una simple ilusión de la muerte jugando con él antes de, finalmente, llevárselo.

Intermedios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora