El tiempo no es sólo seguir adelante.
A veces, puede retroceder y hacer que algunas cosas, nunca vuelvan a ser las mismas.
Yoongi se apoyó contra la puerta corrediza con suavidad, temeroso de hacer algún ruido que pudiese perturbar el descanso ya de por sí intranquilo de su mejor amigo. La imagen de Taehyung sólo hace unas horas atrás retumbaba en sus retinas. Había visto a su mejor amigo fragmentarse en miles de pedazos justo frente a sus ojos y no había podido hacer nada por él. Pero, ¿cómo podía ayudarlo cuando era su culpa?
Cómo hacerlo... sí había sido él quien lo llevó hasta allí, al otro lado del mar, con la idea de que Taehyung podría recordar y él podría reencontrarse con Jimin. Había sido egoísta, sin pensar en cómo, a lo mejor, la vida del menor estaba bien sin ningún recuerdo que lo atara a Jungkook... no había pensado en Taehyung, había pensado en sí mismo... en cómo no podía vivir sin saber de Jimin.
Y ahora, quién pagaba todo era el menor.
Después de escuchar a Jimin, Taehyung sólo había atinado a retroceder y de pronto, como si algo dentro de él se hubiese roto y brotara sin control, comenzó a gritar. Yoongi nunca había sentido tanto miedo como en ese momento, viendo cómo se retorcía aterrado de aquello que lo aprisionaba en su mente... aterrado de sus recuerdos.
.- Lo siento, Tae – susurró contra la puerta donde habían llevado a su mejor amigo tras darle varios calmantes – Lo siento de verdad...
Sólo esperaba que fuese fuerte y, aun así, Yoongi siempre estaría para recoger los pedazos.
...
Para Taehyung, en cambio... no fue como si algo dentro se rompiera.
Fue como sí una puerta en su cerebro se abriera de par en par, dejando escapar todo lo que, por meses, había mantenido oculto en su interior. Había decidido huir de todo eso sin saberlo, sin ser consciente de ello y por fin, en el momento en que las manos de todos trataban de sujetarlo y hacerlo callar, que entendió por qué se había sentido tan vacío durante tanto tiempo.
Entendió por qué había pequeñas cosas, detalles del mundo en el que vivía, que lo hacían sentir herido... que le provocaban ganas de detenerse y sólo gritar hasta el cansancio, hasta que todo por fin le abandonara.
Justo como lo había hecho horas antes; cuando Jungkook volvió a él.
Taehyung se dobló sobe si mismo mientras la luna se cernía sobre su cuerpo y el aire frío de la noche le calaba bajo la delgada capa de ropa que llevaba encima, había salido de la cama tal y como lo había acostado, demasiado intranquilo como para permanecer encerrado. Seguía abrumado por los recuerdos, por las voces atormentadas en su cabeza y las sensaciones nunca sentidas sobre su piel.
Más allá de eso, se sentía un traidor de sólo pensar en cómo había empujado a pasadizos oscuros el rostro hermoso de Jungkook.
¿Acaso el tiempo era realmente imposible de alterar? ¿Cómo podía entonces, volver a él?
Volver para tomarlo entre sus brazos como nunca había podido en los largos meses en los que lo conoció, acariciarlo como ningún hombre lo había hecho nunca, sin malicia y sólo con un cariño profundo, tan profundo como las raíces del enorme árbol de cerezo sobre su cabeza, hermosas flores color rosa pálido que sólo servían para recordarle que, en algún momento, su vida tuvo el placer inmenso de calmar el llanto de Jungkook.
.- ¿Estás aquí sufriendo solo?
La amable y rasposa voz lo sobresaltó, provocando que girara su cabeza para ver el encorvado y anciano cuerpo de Jimin. Una sensación extraña subió por su garganta, ¿Jungkook se habría visto tan adorable como anciano? Y es que incluso si se lo topaba ya viejo mientras él permanecía en sus veinte, Taehyung tenía la certeza absoluta de que correría a él y alejando el miedo, lo sostendría contra sí.
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Intermedios.
Romans¿Qué había al otro lado de esa puerta? Vkook - Yoomin. Contenido homosexual, violencia explícita. Portada hecha por: K-LCMM