- ¡Feli...-
- ¿Pasa algo?.- dio media vuelta y vio a Elle aún en pijama
- ¿Ya estás lista?.- entró y se tiró en la cama
- Ya, desde hace rato. ¿Te gusta?
- Yo me acabo de despertar. Te ves hermosa ¿Desde qué hora estás despierta?
- La verdad ni se pero casi no dormí
- Pero si te ves radiante, ni hinchada ni nada.
- Lo se. ¿A que hora entras a la escuela?
- A las 8.
- ¿Y qué haces aquí acostada? ¡Anda a darte una ducha! Yo preparo el desayuno.
- ¡No quiero ir!.- se metió bajo las cobijas.
- ¡Rápido Elle!.- la jalo de los pies fuera de la cama.
- Ya voy.- camino sin ganas a su recámara. Felicia termino de arreglarse y se fue a la cocina.
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Se despidió de Elle y caminó por la cera segura del día que le esperaba, si se sentía nerviosa pero quería engañarse ella sola.
Ya había asistido a esa escuela antes, nunca había deseado ser una reinita pero ahora sería a ella a quien admirarian.
Sus botas de tacón retumbaban firmemente sobre el pavimento.
Ella sentía todas las miradas sobre ella y tal vez exageraba, pero hoy querían ser el centro de atención.
Tomo la línea del metro que la llevaría a la escuela, con cada paso le sudaban más las manos pero lo estaba escondiendo tan bien.
Cruzó la cancha de la escuela y pocas miradas se fijaban en ella.
¿Reconocían a esa chica? Si. Y de no ser así iban a conocerla muy pronto.
Se sentía una diva, quería serlo.