Sin muchas ganas salté de aquel edificio, cuando menos lo pensé una de mis manos ya estaba envuelta en la pequeña cintura de aquella delgada y alta mujer...
La tarde ya estaba llegando, el sol era débil. Nuevamente sobre uno de los edificios de la bella ciudad.
La solté de inmediato y entre risas procedió a acomodarse el cabello...- Me gusta cuando me tomas por sorpresa...- dijo riendo.
El corazón se me ablando.
¿Qué estaba haciendo?
Antes de que pudiera pensar o decir otra cosa se lanzó sobre mis brazos, en un fuerte abrazo.
Ella era hermosa y sexy, lo sabía.
Ese pequeño uniforme de porrista dejaba ver sus largas y trabajadas piernas. Parecia una botellita de perfume, tan elegante y provocador a la vez, tan fino y tan incitante a el pecado... sus labios perfectamente maquillados de labial rojo, sus pómulos marcados, esos ojos tan almendrados...- Me gustas.- dijo en mi oido.- No recuerdo que fue lo ultimo que pasó entre tu y yo, arañita. Solo se que puedo escribir una nueva historia contigo...
Jamás había sentido algo tan agridulce... como que podia quererla y odiarla a la vez, que veía sus ojos y veía las incontables veces que pudo lastimarme y a la vez a mi gatita.
- Felicia...- tal vez lo mejor era decirle la verdad.
Se separó un poco sin deshacer el abrazo, ahora sí podía ver perfectamente su rostro.
- Te amo.- salio de su boca, no lo dudó o re arrepintió ni un momento despues de decirlo y yo no supe que hacer, así que solo permanecí en silencio hasta que ella quito esa sonrisa de su boca y entonces vi el miedo en sus ojos.
Rápidamente deshizo el abrazo y se alejó unos pasos de mi.
- ¿Tú no me amas?
¿Qué debería decir?
- Felicia... yo se que no lo recuerdas, pero antes de tu accidente tú y yo ya no estabamos juntos.- Jamás había visto a una persona tan confundida.
- ¿Qué?
- Cuando me enteré que estabas mal y que recordabas solo algunas cosas, pensé que seria bueno estar contigo para que no tuvieras un golpe tan fuerte de la realidad.
Sus ojos se comenzarón a ver cristalinos y a punto de desbordarse.
- P-pero, tú y yo eramos inseparables...
Fue ahí cuando pensé que fue una mala idea.
- sí, Felicia. Lo fuimos...
Las delicadas lagrimas recorrían su rostro hasta terminar en el suelo.
- ¿Como pasó?
- No puedo decirte más Felicia. Yo voy a seguir estando contigo y te ofrezco mi más sincera amistad... dejame llevarte a tu casa, nos podremos ver otro día y platicar cuando estes tranquila con esto...
- Caí de el Puente de Brooklyn.- Soltó así de repente.- pude recordarlo esta mañana ¿Qué hacia yo en el puente de Brooklyn?
Sentí la sangre helada recorrer mi cuerpo de pies a cabeza.
- ¿Qué más recordaste?- me apresuré a preguntar.
- ¿Por qué quería matarte, araña?
Solo ahí me pude dar cuenta que ella estaba igual de asustada que yo, tal vez más.
-Tranquila.- la atraje hasta mi y la abracé, su llanto se volvió incontrolable y me abrazaba con mucha fuerza.
- ¿Por qué querria matarte si te amo?
Yo se que ella quiere respuestas, se que tarde o temprano va a buscarlas pero no puede ser hoy...
- No quiero hacerte daño, spidey... tengo miedo.