Siempre era bueno estar en la cima.
¿Qué capricho me cumpliría hoy? No lo sabía.
Había extrañado tanto mi motocicleta. Aceleraba entre los autos, siempre me gustó la velocidad y estar tan cerca de la muerte para después poner los pies en el concreto y reírme de ella.
Pare en una joyería, una donde solo las personas con mucho dinero de New York van.
Me baje y levante el asiento de donde saque dos armas cortas.
La gente que caminaba cerca me reconoció y de inmediato corrieron.
Caminé hasta la entrada donde un guardia de seguridad intento detenerme pero antes de que pudiera tomar su arma una bala había atravesado su cráneo.
Entre a el lugar y dispare a hacia arriba haciendo que los espejos que adornaban cayeran y tomarán desprevenidos a quienes estaban adentro.- ¡Todos afuera! A menos que quieran una bala en la cabeza.- les dije con una sonrisa.
De inmediato todos salieron por la puerta, había quienes salían ensangrentados por los cristales que cayeron sobre ellos.
Había collares hermosos, muy brillantes. Tome una gargantilla que estaba repleta de diamantes, un collar muy largo con flecos de plata y en cada punta había un zafiro. Pero hubo algo que llamó mucho mi atención, era en la sección de niños, donde habían aretes con figuras de animalitos o figuritas graciosas, era una araña de diamantes rojos la tome de su lugar y me la probé, me quedaba muy bien. En otros tiempos la hubiera tomado con amor pero ahora solo era la prueba de que no importa que tanto ames o que tanta confianza te den siempre te traicionan, siempre.
Salí de aquél lugar donde ya habían unas cuantas patrullas con hombres esperando que saliera, pero sin esperar ni un segundo dispare a todo lo que había a mi alrededor, incluyendo a varios civiles también.
Subí a mi motocicleta y huí del lugar.Llegue a una calle vacía en un vecindario muy lindo, me puse mi anillo y después guarde mis cosas bajo el asiento.
- Otra vez tú.- dijo esa voz.
- Siempre yo.- no le levanté la mirada, seguí en lo mío.
- ¿Qué hiciste ahora?
- Me fui de compras.- levante la cabeza y lo vi sin su máscara, con el cabello despeinado, tan guapo.
- Robaste que es muy diferente.- levantó mi mano y observó mi anillo.- ¿Qué es esto?
- ¿Te gusta? Es un recuerdo de tu traición.- le sonreí
- Oye... En verdad me siento mal por eso...
- Si claro.- me quite de su agarré y subí a mi motocicleta.
- Espera.- se puso en frente del camino.- Gwen entró a él equipo de porristas ¿Por qué?
- Al inicio no quería, pero así podré entrar en su vida. Conocer sus miedos, su familia, sus inseguridades y podré arruinarle la vida como tanto deseo.-
Le di una última sonrisa antes de arrancar a gran velocidad.💂💂💂💂
- B-buenas noches, señora stacy.- le dije apenas abrió la puerta.
- Peter ¿No es muy tarde para que estés aquí?
- Lo es... Es solo que quería ver a Gwen. ¿Está aquí el capitán Stacy?
- No, fue a atender un robo. Pero pasa, Gwen está en su habitación.
Toque la puerta un par de veces y Gwen la abrió, llevaba puesto un camisón blanco para dormir, cuando me vio se sorprendió y me hizo pasar pero antes de poder decir cualquier cosa me abrazó muy fuerte.
- ¿Esta todo bien?.- respondí su abrazo.
- Papá está afuera, tengo miedo...
- ¿Miedo de que?
- Black cat, ahora está en todos los noticieros... Volvió, y asesino a personas... Tengo miedo de que algo le pase a papá.
- Oye...- la separé un poco y tome su rostro entre mi manos.- nada va a pasarle...
- No puedes asegurarlo.- se alejó de mi y se quedó viendo la calle desde la ventana.
- Lo haré, no sé cómo pero lo haré. Recuerda que ahí afuera hay héroes protegiendo a las personas.
- Sabes lo que papá piensa sobre todos ellos, y si esos "héroes" fueran reales no hubiera muerto tanta gente hoy a manos de esa...
- Oye...- la abracé de nuevo.- no sé cómo pero te prometo, que yo me voy a encargar de que nada le pase a tu padre.
- Lo amo Peter, no podría soportarlo.- soltó pequeños soyosos y me limité a acariciar su cabello hasta que se quedó en silencio- ... Hoy tu amiga fue grosera conmigo.- dijo entre risas
-¿Mi amiga?
- Felicia.
- oh... Ella. ¿Qué te hizo?
- No quiso que entrara a el equipo pero una chica protestó y me dejo entrar, pero dijo que iba a ser mala conmigo.
- Tal vez deberías abandonarlo...
- No puedo, no voy a rendirme tan fácil, además, es solo un equipo de porristas, ¿Qué tan difícil puede ser?
- Digamos que ella, tiene un carácter muy diferente al tuyo.
- ¿Cómo?.- se separó para verme a la cara pero sin deshacer el abrazo.
- Ella es muy fría, no le tiene cariño a muchas personas y por eso piensa que las puede tartar como quiera. Tú en cambio, eres tan cariñosa y dulce que temo que un día te haga una grosería y te lo tomes muy a pecho.
Y era cierto, sabía que Felicia haría lo que quisiera sin importar que Gwen estuviera o no en su equipo, pero el hecho de tenerla aún más cerca, eso era malo.