CAPITULO 29

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A la salida de la escuela me quedé a esperar a Felicia. Mi plan era robarmela, claro, siendo el hombre araña.
Las porristas salen un poco más tarde que el resto y yo me quedé esperando debajo de la sombra de un gran árbol.

Despues de un rato, las chicas salierón en grupo por la puerta de el frente, todas venían platicando y Felicia caminaba adelante de todas.
Mi mirada se desvio a Gwen, que caminaba unos pasos más atras de el resto de chicas.

Olvidé la razón por la que había esperado tanto y cuando comencé a caminar fue para dirigirme a Gwen stacy.
Cuando llegue a su lado me recibió con una sonrisa calida, cosa que hacia mucho tiempo no me regalaba.

-Hola, Peter Parker.- fue la primera en hablar.

- H-hola, Gwen...- era real que lograba ponerme nervioso, aún y cuando la conocía. Conocía cada una de las pecas que había sobre sus mejillas, conocía la forma exacta en que caía su ondulado cabello sobre sus hombros, conocía perfectamente cada uno de sus gestos y aún así me sentía nervioso.- Me preguntaba, ¿como haz estado?.

- Bien, todo ha ido bastante bien. ¿Que tal tú?

- Bueno... las cosas son una locura.

Me miro y sonrió como si comprendiera.

- Sabrás llevarlo, Peter. Siempre lo haz hecho.

Ambos continuamos caminando, la tensión podia sentirse y empecé a pensar que había sido una mala idea el haberme acercado. Lo mejor que podia hacer era despedirme y alejarme, aunque la amara tanto, no iba a poder estar totalmente para ella como me lo había pedido y si había algo que gwen no se merecía, eran sobras de un amor roto.

- ¿Sabes de la fiesta que habrá este sabado? - interrumpió mis pensamientos. Rápidamente negué con la cabeza, no soy el tipo de chico al que invitan a fiestas.- Bueno, el novio de una de las chicas tendrá una fiesta, algo fenomenal.- rió.- estaba pensando que tal vez... podíamos ir juntos...

Su mirada estaba en sus zapatos, estoy seguro que ella queria mirar a cualquier lado menos en mi dirección.
De repente me sentí en casa...
Jamás podría explicarlo...

El sol que golpeaba perfectamente en su rostro me hizo ver su perfecta piel palida y lisa, su cabello que parecían hilos de oro empezarón a rebotar en cámara lenta con cada paso que daba... seguramente me quedé como estúpido viéndola tanto tiempo que por fin se decidió a verme a la cara, esos preciosos ojos oceánicos que me sonreían a la par de sus labios jugosos y rojos... solo podia pensar en que mi chica me estaba pidiendo ir a una fiesta juntos.

- ¿Que dices, Peter? ¿Vamos juntos?

Salí de mi trance.

- ¡Sí! ¡Claro que sí, Gwen! Jamás te diría que no...

- Perfecto. Entonces te veo en estos días y nos ponemos de acuerdo...

Pude ver como ella también estaba emocionada por dentro de hacerlo.

- Sí.

- Entonces nos vemos, Peter.

Me quedé ahí parado, embobado con la situación  hasta que volví en mi. Yo debía ir por la chica del cabello gris...

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