BAD BOY [Mariano Bondar] | SIN EDITAR

#51

[Mariano]

No sé cómo había pasado, cómo habíamos llegado a eso, pero Male y yo estabamos basándonos.

Cuando después de unos minutos reaccioné, Male ya me estaba besando el cuello.

La agarré de los brazos y la alejé con todas mis fuerzas, no quise hacerlo tan violentamente pero cuando me di cuenta de lo que estabamos haciendo la mente se me puso en blanco y solamente pude hacer eso.

—Pará ¿qué te pasa? -me dijo tratando de que la suelte- Me duele, ¡Mariano me duele!

La solté mientras mi respiración era cada vez más agitada.

—Perdoname.

—¿Cómo vas a agarrarme así? Me lastimaste. -me decía ofendida.

Traté de normalizar mi respiración mientras pasaba mis manos por toda mi cara.

—Perdón, yo... em, no -tragué saliva- no sé medir mi fuerza aveces, y ahora ni siquiera me acordé de que eras una mujer, no... no quise hacerte eso, pero estoy acostumbrado...

—Está bien, pero ¿qué pasa? -se me acercó para besarme.

—Esto. ¿No entendes? -suspiré- Malena yo tengo novia, y además... no sé, esto está re mal, no sé por qué me tiras tanta onda, vos y yo somos amigos...

—Ay no te hagas el boludo, vos también me tirabas onda, además no es nada malo, es un beso, mirá. -me besó rápidamente.

—Cortala boluda, dale...

Se reía —Es por ______. Okay, te pones mal por tu novia que vas a ver dentro de ocho años ¿No? ¿Pensas que ella en estos ocho años no va querer estar con nadie?

Me quedé en silencio, acumulando ira.

—La vi y es muy linda, no creo que en estos ocho años nadie se le insinúe, no creo que en estos ocho años no tenga ganas de chaparse al amiguito que tiene, no creo que en estos ocho años no tenga ganas de cojer con alguien...

—Basta. -suspiré- No... no sé, olvidate de esto boluda, ya fue, nos olvidemos y listo.

—Mariaaan -alargó la palabra, rogandome con su mirada que cambie de opinión.

—Dale Male, ya fue.

Seguimos pintando en silencio, yo sin poder evitar sentirme una basura.

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[ ______ ]

Mi mirada estaba perdida esa mañana, al igual que todo el mes anterior.

Básicamente, había perdido la esperanza. Ya me había metido a mi cabeza que Mariano y los chicos no iban a salir, es que, no iban a salir.

Juan y los chicos todos los días me decían que estaban planeando todo y que faltaba muy poco para que saquen de la cárcel a los chicos, pero era obvio que no. Simplemente no les creía, no los veía hacer nada más que jugar videojuegos, ir a traficar drogas, comer y dormir.

Mi relación con Juan, a pesar de nuestras constantes peleas, era tan buena como la de dos hermanos.
Veía muy poco a mi mamá y a Lucas ya que los chicos no querían que nadie levante sospechas al ver a mi mamá alejarse tanto de nuestro barrio.
Me habían comprado un chip nuevo para que nadie pueda contactarme en el anterior.
Sólo podía hablar con mi mamá, con Lucas y con mi primo Julián.

—Buen día -me saludó Siro entrando a mi cuarto- em, ¿podes bajar?

—¿Para qué? -contesté sin mirarlo.