BAD BOY [Mariano Bondar] | SIN EDITAR

#52

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Si anteriormente ya estaba teniendo un ataque de pánico no podía explicar cómo estaba en ese momento.

—¿Por qué se tardan tanto? -sollocé.

—No sé boluda -me respondió Peter preparando las cosas de enfermería- pero dejá de llorar, Mariano va estar bien...

Escuchamos el auto estacionar fuertemente a fuera de la casa y corrimos hasta la puerta, Lucía nos corrió para que los chicos puedan pasar.

Fue realmente en cámara lenta cómo vi las cosas. Entraron corriendo Siro, Tomás, el padre de Mariano, Nicolas, Nahuel, y por último Andy y Juan trayendo el cuerpo de Mariano.

Lloraba como una desquiciada mientras ellos lo "curaban" hasta sacarle la bala, lo tenían en el piso el cual estaba llenándose de sangre.

Nahuel me abrazó y le devolví el abrazo fuertemente, lloré en su pecho, él también era muy importante para mí y estaba felíz de verlo.

—¡No mires, no lo mires! -me decía poniéndose en frente mío.

Mariano gritaba de dolor y más los gritos de los chicos pidiendo lo que necesitaban y diciéndose lo que tenían que hacer era un infierno para mí.

Escuché una vez más a Mariano gritar y quise ir hasta él.

—______, no, no hey -me agarró la cara- va estar bien, no lo mires porque te va a hacer mal, esperá un poco.

Me quedé abrazada a él mientras lloraba del miedo y escuchaba los gritos de Mariano y los chicos.

(...)

Subí las escaleras despacio y nerviosa hasta el cuarto de Juan, los chicos me habían dicho que Mariano ya estaba despierto y podía verlo, cuando llegué Lucía me frenó.

—Se está durmiendo de nuevo...

—¿Es joda? -le contesté- Me dijeron que ya se despertó, estuvo veinte minutos dormido con la anestesia boluda...

—Pero lo vi cerrando los ojos y cansado, acaba de salir de la cárcel _____, dejalo que descanse.

—Es mi novio, lo quiero ver.

—Y Juan es mi novio y me pidió que cuide a su hermano...

—Lo voy a cuidar yo, además tu novio va dejar de ser tu novio cuando mañana Cami esté acá -le dije indignada.

Se quedó callate y enojada, la corrí y entré al cuarto, cerré rápidamente la puerta.

Sentí paz, alivio, felicidad, todo lo bueno dentro de mí.

Mariano estaba acostado y vendado en el hombro, donde había recibido el disparo, su piel desnuda estaba sucia y llena de moretones.

Me senté despacio a su lado en la cama y aunque los labios me temblaban logré no llorar, me quedé sonriendo y observandolo.

Por fin lo tenía de vuelta conmigo.

—Ya sé que soy muy lindo, pero dejá de mirarme. -habló sin abrir los ojos, citando una frase que me había dicho alguna vez.

Sollocé y me tapé la boca, con todas mis fuerzas logré no llorar.

—Hola -me sonrió débilmente.

—Te extrañé. -sequé mis lágrimas.

Se sentó y gritó fuertemente de dolor pero no le importó, me agarró la cara y me besó.

Después de tanto tiempo volví a tocar su cara, su cuello para poder besarlo profundamente, movíamos desesperados nuestros labios, y me atrajo hasta él, acostándose y poniendome arriba.