Demian.
Sentía un increíble dolor en el pecho.
Mi ira crecía cada vez que esa imagen se repetía en mi cabeza.
Jazmín abrazada a ese rubio idiota.
¿Quién demonios era ese maldito infeliz?
Tenía ganas de romper su cara y decirle miles de cosas para que se aleje de ella.
Estaba sumamente celoso.
Ahora me arrepentia de haber terminado todo con ella.
Soy un completo idiota.
Dudo que me perdone.
Encima lo peor es que vi en su mirada sólo rencor por lo que hice.
Pero no podía estar con ella siento que traiciono todos los códigos que mis tíos y mi padre me inculcaron estos años.
Pero a la vez quiero ser muy egoísta y tenerla a mi lado, tratar de cambiar mi nefasta vida porque se que teniendo sexo con diferentes mujeres no es vida en algún momento debo sentar cabeza.
Sentía que Jazmín es la chica ideal para ello.
Ideal para mi vida.
Un complemento perfecto.
¿Qué pensará nuestra familia?
Mi cabeza estaba a nada de explotar encima para completar mi mejor amigo o al que lo consideraba así me había declaro su amor por mi hermana.
¡Adam esta loco!
¡Maldito traidor!
Estamos hablando de Olivia, mi pequeña hermana no puedo dejar que él la lastime y me importaba un carajo todo está más que claro que no pienso dejar que esté con ella, antes muerto.
Esa tarde que Adam me dijo todo eso di por terminado nuestra amistad después de más de veinte años juntos por esta absurda pavada de su cabeza y este supuestamente enamoramiento por mi hermana.
Ahora estaba sólo porque nisiquiera otro amigo tenía para descargar mis penas.
No podía pensar.
Tengo miles de problemas.
No tengo idea de como solucionar cada uno de ellos.
Soy un completo infeliz.
La puerta de mi oficina se abre dejando a la vista a la esa gran mujer que me salvó a hace varios años atrás al adoptarme.
Mi madre.
Isabel Salvatore.
Le debo todo a ella y a mi padre porque todo lo que soy ahora es gracias a ellos dos.
- Hola hijo - dice entrando y caminado directo a la silla enfrente mío.
- Hola mamá - la saludo con una gran sonrisa. - ¿Qué haces aquí? -
- A caso no puedo venir a ver a unos de mis bebés - responde divertida.
- ¡Ya no soy un bebé mamá! - me quejo.
- Lo se - suspira - mis pequeños crecieron tan rápido - acota con un poco de tristeza.
- Me gustaría ser de nuevo un niño que sólo disfrutaba de hacer maldades con el tío Giovanni - murmuro un poco melancólico.
- ¿Por qué no me dices que te sucede Dem? - inquiere ella tomando unas de mis manos.
- Nada - respondo tratando de persuadirla.
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¡No somos Nada! (5°SAI)
RomanceQuinto libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) "Historia participante en el mini concurso Fictional World" Capas estoy loca pero yo se que no somos nada que la misma sangre no corre en nuestras venas pudimos haber crecido pensando que somos prim...