Capítulo 11.

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No podía borrar mi sonrisa, recordando como Demian me había cuidado ese día que estaba enferma.

Podía ser un idiota la mayoría del tiempo pero cuando lo dejaba de lado era la persona más romántica y cariñosa del mundo.

Demian es el dueño de mi corazón.

Creo que haga lo que haga nunca lo podré sacar de ahí.

Quería dejarme llevar, esperar esos cambios en su actitud y que me demuestre que en verdad le importo.

Estos días todo estuvo raro, empezando con la cita sorpresa que Adam tuvo con Olivia.

Seguía sin poder creer que ese idiota al fin se haya puesto los pantalones para conquistar a mi amiga.

Sólo espero que no la cague de nuevo porque esta vez con Helena no tendríamos contemplación, no dudariamos un segundo en matarlo.

Un poco extremista lo nuestro pero cuando se trata de mis amigas me vuelvo loca.

- Algo le pasa a Maddie - murmura Oli pensativa.

Hoy la habíamos pasado a buscar por su casa y la note rara.

No era ella misma, algo pasaba.

- Si me di cuenta - suspiro - mañana hablaremos con ella -

Este finde semana habíamos organizado con las chicas pasarlo juntas en la casa de campo de mis padres.

Nos merecíamos dos días sólo nosotras, hablando de todo y mirando películas acompañadas de helado de chocolate.

- Quiero volver el domingo por la noche - miro a mi amiga confundida - el lunes es el aniversario de la muerte de los padres de Demian quiero estar con él - dice ella observando su teléfono.

Sólo asiento pensativa, me había olvidado que se acercaba el aniversario, se que Demian ama demasiado a mis tíos pero no quita que sienta un poco tristeza por la muerte de las personas que lo trajeron al mundo.

Es un día complicado para toda la familia, porque él se aísla y la tía Isabel sólo quiere estar a su lado dándole miles de abrazos.

Pero este año no permitiría que lo haga.

Ahí estaría a su lado.

- Tengo que rendir un examen - Oli me abraza - Nos vemos luego Jaz - exclama corriendo a su clase.

Sonrío como una tonta, todavía faltaba media hora para mis clases y no tenía muchas ganas de entrar.

Como me gustaría tener mi propio auto, en algún momento tendría que aprender a manejar.

- Jaz - dice una voz masculina que la reconozco a la perfección.

Muerdo mi labio inferior para no gritar de alegría por esto, debía comportarme.

- Demian - digo haciéndome la confundida. - ¿Qué haces aquí? - pregunto al acercarme.

-  Vine a verte pero al parecer no te agrada verme ¿esperabas a alguien? - gruñe molesto.

Quiero poner mis ojos en blanco, no se porque es tan celoso.

- No te enojes sólo me sorprende verte en este lugar porque deberías estar trabajando -

- No fui - contesta - Quería verte - sentencia cortando la poca distancia que nos separa.

- El señor perfecto decidió huir de las responsabilidades - bromeo con diversión.

- No me digas así - sisea dándome un mirada molesta.

- ¡Qué poco sentido del humor! - exclamo rodando los ojos.

¡No somos Nada! (5°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora