Capítulo 23.

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Doce semanas.

Mis pequeños cumplían ese tiempo dentro mío.

Había pasado un mes desde el día que toda la familia se había enterado de la noticia, gran parte la tomó bien a excepción de mi papá y hermanos que hicieron sus dramas de lunáticos.

Papá por suerte ya había aceptado la idea que iba hacer abuelo pero mis hermanos seguían como locos con ganas de matar a Demian y de hecho si no fuera porque les pedí que dejen las cosas como están hoy capas mis pequeños no tendrían padre.

Alex y Bauti seguían super enojados y se que por ahora cumplen con lo que les pido pero no creo que soporten mucho tiempo sin hacer nada, vaya tíos les tocó a mis hijos.

Mis hijos, con tal sólo decir eso no puedo borrar mi gran sonrisa al pensar en como pueden ser ellos.

¿Serán parecidos a mí?

¿Serán parecidos a Demian?

¿Alguno de los dos sacarán los ojos raros de él?

Tenía muchas preguntas pero por ahora ninguna respuesta sólo ideas mías de como podrían ser.

Muero por conocer a mis pequeños angelitos.

Todas estas semanas había mantenido el reposo absoluto que me pidió la obstetra que haga por su cuidado y el mío por eso hoy me perdería mi graduación, prefiero mil veces seguir en mi cama así como ahora porque mi mayor prioridad son ellos.

Nada me haría cambiar de opinión.

- Hija - la voz de papá capta mi atención justo cuando lo veo ingresar a mi habitación con un libro en sus manos y sus lentes de lectura.

- ¿Qué sucede? - le pregunto acomodandome en la cama.

- Acá dice que el jugo de naranja y las galletas de jengibre ayudan a disminuir las náuseas - dice leyendo de su libro.

Sonrío observando como sigue atento a su libro y no puedo quejarme si él es un completo amor desde que por fin aceptó la noticia de que sería abuelo se ha puesto a investigar miles de cosas sobre embarazos de gemelos, creo que ahora él sabe muchas cosas más que yo en estos momentos.

¿No tengo al mejor papá del mundo?

¿Qué sería de mi vida sin él y mi madre?

Son todo en mi vida.

- Quiero el juego de naranja - digo con una gran sonrisa acariciando mi abultado vientre, en estas semanas había crecido bastante y el embarazo comenzaba anotarse.

- ¡Alex! - grita y mi hermano rápidamente aparece con el jugo de naranja.

Si fuera por Demian y ellos tres me tendrían dentro de una cajita de cristal con tal que no me pase nada a mi o los gemelos.

- Su jugo a la orden - acota divertido. - ¿Cómo están mis sobrinos? - me pregunta al sentarse en la cama.

- Bien por lo menos hoy no puedo quejarme - respondo contenta.

Últimamente había experimentado todos los síntomas del embarazo, náuseas, mareos y los infaltables vómitos que me dejaban agotada.

Todos dicen que el embarazo es lindo pero estoy segura que esta parte no lo es, casi no puedo retener nada en mi estómago y para completar tengo mucha hambre.

- Acá encontré la receta para hacer las galletas de jengibre - dice papá ahora con su teléfono.

- Bau ya fue a comprar el jengibre - informa mi hermano.

¡No somos Nada! (5°SAI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora