Capítulo treinta y cuatro

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Capítulo treinta y cuatro:

Mis ojos se llenaban de lágrimas a medida que me acercaba a la comisaría, ahora sin Louis era todo peor. Louis. ¿Quién me quiere hacer tanto daño?

—Paige, ¿qué paso?- me preguntó mi tio Mark, que se encontraba hablando con el policía a cargo del secuestro de Vienna.

—Louis, tío - le dije. Mi voz estaba quebrada y me pesaba en la garganta

—¿Qué le ha pasado a Louis? ¿Dónde está? - y no pude más, comencé a llorar en sus brazos.

—Se lo han llevado. Ellos. Los que se llevaron a Vienna - dije mientras mi voz que cortaba por el hecho de estar llorando.

—¿Que pasó qué? - preguntpo Luke, exaltado.

—Sí - dije secando un poco mis lágrimas - se lo han llevado. - miré a Luke y luego a mi tío - Tío, necesito que me hagas un favor - le dije

—Claro Paige. Dime. - me dijo tomándome de los brazos.

—Necesito que pongas en la primera plana del periódico del mediodía que me daré por Louis y Vienna. Si ellos me quieren a mi, no quiero que mis amigos sufran.

—¿Qué? ¡No! - gritó Harry - Paige, no puedes hacer esto.

—Si puedo. Y lo haré. Es su vida. Ellos no merecen nada de esto - le dije a Harry.

—Paige, no lo hagas, ni Vienna ni Louis te dejarían hacerlo. - dijo Luke.

—¡Pero ellos no están aquí! ¡Ellos están allá! ¡Con esos psicopatas! - grité

—Señorita, calmese, todo estará bien - dijo el oficial a cargo del caso.

—Todos han dicho eso, y nada está bien - dije con ira y salí de la comisaría

Ya habían pasado veinticuatro horas y aún no se sabía nada de Louis ni de Vienna. Un mensaje amenazador le había llegado al telefono de Luke, enviado desde el telefono de Vienna, el cual decía:

"¿Quieres que tu hermana esté bien? Haz que Paige deje a Harry y ella estará libre"

Nadie le dio importancia, ya que no era ninguna novedad. Harry no me dejaría. Ya habían pasado dos día que no dormía y mi cuerpo estaba lleno de cansancio. A las 7 am, Harry me dijo:

—Vamos a mi casa. Debes dormir un poco y yo también - dijo él, acercando sus labios a mi oído.

—No quiero irme. Quiero esta aquí por si se sabe de algo.

—Ellos nos avisarán. Tienes que descansar.

—Si Paige. Yo te avisaré cualquier cosa - dijo mi tío Mark.

—Muy bien, vamos - finalmente acepté no muy convencida.

Harry y yo, nos fuimos a su casa. Al llegar él aparcó el auto en el garage y nos apeamos de él. Caminamos por los jardines traseros, lentamente, mientras la fría mañana nos invadía los cuerpos. Entramos en la casa por la puerta trasera y entramos por la cocina, allí se encontraban las personas de servicio, trabajando como lo hacían habitualmente. 

—Señor, O'Connor - dijo Harry - ¿cómo está?

—Muy bien, señor Styles. ¿Y a usted? ¿Noticias acerca de su amiga? - preguntó el señor amablemente. Me sorpredí que supiera sobre Vienna, aunque luego pensé en que ya había salido el anuncio en los periodicos y posiblemente habían nombrado a Harry.

—Aún nada. Todo va empeorando - hizo una mueca y me tomó de costado. - iremos a descansar - le dije al chef de la casa - permiso.

—Bien pueda - dijo el señor y siguió haciendo su trabajo.

Salimos de la cocina. Y al pasar por la recepción de la sala, escuchamos pasos entaconados que se acercaban cada vez más a nosotros. Venían desde la oficina de la señora Cox.

—¿Harry? - preguntó aún sin divisarnos en el panorama.

—Si, mamá. - dijo Harry y la madre de Harry se acercó más. Cuando me vió, se detuvo en seco - no vas a decir nada con respecto a Paige. Ella es mi novia, y tienes que aceptarlo de una buena vez. - Harry le dio un ultimatúm antes qu me dijera algo. La mamá de Harry cambió el rostro y dijo:

—Lo sé, hijo. ¿Cómo van con lo de tú amiga? - le preguntó a Harry.

—No muy bien... Pero pronto darán con ella. - hizo una mueca - Iremos a dormir. Estamos exhaustos. - dijo Harry y me tomó de la mano, llevandome hacia las escaleras.

—¿Juntos? - preguntó la madre de Harry. Me miró y yo sentí como me sonrojaba.

—Si. Solo vamos a dormir - dijo Harry y me llevó hasta la parte de arriba de la casa.

Entramos en la gran habitación de Harry y recordé que hacia unos días había estado aquí, pero no me había sentido igual que ahora. Sin previo aviso, me acosté en la cama y me dormí enseguida.

Desperté alrededor de la 1 pm. Aún Harry estaba a mi lado. Pude admirar su torso desnudo, sus jeans Levi's y una parte de sus boxers; en los cuales se leía Calvin Klein. Le besé el pecho suavemente y me levanté. Restregué mis manos contra mis ojos y entre al baño. No tenía cepillo dental así que tomé las medidas desesperadas, comí pasta dental por un minuto y luego la escupí. Lavé mi rostro y salí del baño. Harry seguía dormido.

Mi teléfono sonó minutos después, lo tomé y salí de la habitación para no despertar a Harry. 

—Hola - dije.

Hola - respondió Luke al otro lado del teléfono. - No puedo más, Paige. Necesito a mi hermana de vuelta. - escuché sus sollozos al otro lado de la línea y sentía su dolor. Yo también estaba sufriendo porque Vienna no era mi mejor amiga, era mi hermana, la que nunca había tenido.

—Sé que es dificil, Luke. Pero debemos ser fuertes. Yo también estoy al borde de no poder más.

Pero debemos hacer algo - dijo él calmando su llanto.

—¿Qué piensas hacer? - le pregunté

Buscarla. No lo sé. Algún rastro debe haber dejado.

—Si quieres ir a por ella, iré contigo - le dije a Luke

¿Dónde estás?

—En casa de Harry. ¿Vienes por mi? 

En diez minutos estaré allá - dijo y cortó la llamada.

Diez minutos más tarde, me encontraba en el auto de Luke. Le había dejado una nota a Harry en el buró y además le había dicho a su madre que le dijera adonde había ido. Su madre me sorprendió porque me entendió y hasta me dijo que tuviera suerte con lo de Vienna y Louis.

—¿Dónde buscaremos? -le pregunté a Luke.

—En su habitación. Su casillero de la escuela. Su diario. - dijo Luke y noté que era muy listo, si no habían pistas en ninguno de esos lugares, no encontraríamos nada en otro lado.

—Muy bien. Primero al instituto, ¿entonces? - dije.

—Exacto - dijo Luke y apretó el acelerador del auto.

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