Capítulo dieciocho

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Capítulo dieciocho:

Sali del aparcado y me hice camino hacia mi casa, hablaría con mi padre en este mismo instante.

El camino se hizo largo, pero luego de minutos de trafico y vueltas, llegué a mi casa, aparqué frente a ella y bajé del auto. Entré a la casa y llamé a mi padre.

—¿Papá? - grité desde la entrada

Revisé la sala, la cocina, nada. Subí a la planta superior de la casa, pasé por todas las habitaciones y no estaba.

Salí de mi casa y fui a casa de Vienna, en la entrada estaba la Tia Berta regando las plantas.

—Hola tia Berta - le dije amablemente.

—¿Qué quieres niña? - me dijo

—¿Hace cuanto tiempo usted está aquí?

—Dos horas, más o menos - me dijo

—¿Ha visto a mi padre entrar y salir de la casa? - le pregunté. Ella conocia a mi padre mucho así que podría reconocerlo si entraba o salía, a menos, qué se hubiera vuelto loca.

—No, niña. Nadie ha entrado a tu casa - me dijo sin darle mucha importancia.

—Gracias tia Berta. Que tenga un lindo día - le dije y me marché.

Subí nuevamente al Jeep de Harry y lo encendí. Decidí buscar a mi padre con Harry, pues este era su auto. Llegué al  RollerRoaf a la una de la tarde, el trafico era de locos.

—Disculpa la tardanza - dije al ver a Harry - hay mucho trafico.

—No importa - dijo y beso mi cabeza - no han habido mucho paparazzis por aquí. ¿Qué estuviste haciendo?

—Buscando a mi padre pero, no lo encuentro, ¿podrías llamar a Gemma, para ver si sabe algo?

—¿No tienes idea a donde pudo haber ido? - pregunto Vienna.

—Claro cielo, lo haré - me dijo y tomó su telefono y me abrazó de costado apegandome a él, Luke me guiñó el ojo pícaro.

Harry en llamada con Gemma, en altavoz:

—¿Gem? - dije Harry al momento que le contestan

¿Si? ¿Harry?

—Si. Te quería preguntar, si no sabes donde está el padre de Paige. ¿Está contigo? - preguntó Harry.

No. ¿Por qué? ¿Desapareció? - preguntó con preocupación

—No sabemos - dijo Harry e hizo una mueca. Yo me tensé, espero que mi padre esté bien - te avisaré cualquier cosa, adiós Gem - cortó la llamada.

Ahora si que estaba preocupada, no sabía donde se encontraba mi padre y hacia más de una hora que lo mande para la casa. ¿Qué le había pasado? Si había sucedido algo malo con él, era mi culpa, toda mi culpa porque no lo quise escuchar, porque lo mande a casa, porque fui dura con él. Lágrimas de desesperación cayeron por mis mejillas.

—Hey preciosa - dijo Harry tomando mis rostro delicadamente con sus manos - tranquila - me abrazó, me escondí en su pecho, me sentía segura ahí - él estará bien - me aparté para ver sus ojos.

—¿Estas seguro? - le pregunté mientras me hipnotizaba con sus verdes pupilas.

—Estoy seguro - besó mi frente y me rodeó nuevamente con sus brazos.



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