Capítulo veinticuatro

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Capítulo veinticuatro:

Desperté entre mis sabanas, feliz. Hacia tiempo que no depertaba en mi casa, en mi habitación, feliz. Luego de tantos disturbios en mi vida, algo bueno ha pasado, soy la novia de Harry, oficialmente su novia, desde hace dos días. 

Ese chico, no quiero decir que me trae loca, pero algo así, es tan tierno, con su perfecta sonrisa, y ese cabello. He pensado que estoy soñando, pero no es así, porque cuando intento despertar, él está ahí, mirandome y diciendome que no es un sueño, que me quiere.

Desperté tan feliz que hice mi cama sin interrupciones, además no tenía a mi padre cerca para que me obligara hacerla. Luego me di una ducha, y me enfunde en unos jeans, con una camisa a cuadros y unas zapatillas. Metí todas mi cosas necesarias para este día de clases en un bolso, que no serían muchas, hoy ya era viernes y el viernes era un día muy sencillo en la escuela.

Salí de mi habitación y me miré en el espejo del pasillo, allí me maquille un poco y bajé las escaleras.

–buenos días mocosa - me dijo Louis cuando bajé las escaleras, él estaba entrando a la cocina.

–Buenos días - le dije. Aunque estaba confundida ¿qué hacia Louis en mi casa? - ¿cómo entraste? ¿Y cuando? - le pregunté dejando mi bolso en la silla de la cocina.

–Anoche. Veíamos una película, ¿recuerdas? - yo negué con la cabeza - dijiste que estabas cansada y fuiste a dormir - estaría muy cansada porque no recuerda nada de lo que Louis estaba diciendome - luego te besé los labios de buenas noches y subiste - abrí mis ojos como platos, eso era mentira ¿cierto?

Louis rió fuerte al ver mi reacción, había sido mentira. Yo suspiré en alivio.

–No te bese - dijo aún riendo - pero si me quede dormido en tu sofá, que es muy duro por cierto. ¿Quieres desayunar? Luke viene para acá a comer también.

–Si, por favor. ¿Y Vienna? ¿No viene? - le pregunté y me senté en la silla

–Nop - dijo sacando los panes que estaban ya tostados y metiendo unos nuevos a tostar. - Fue a desayunar con Liam.

–¿Ella y Liam van en algo serio, no es así? - pregunté vaga. Él se encogió de hombros.

–Supongo - hizo una mueca.

–¿Por qué lo dices así? - le pregunté - ¿te gusta Vienna? 

–No, no. - afirmó débil - no me gusta Vienna.

–¿Seguro? Porque yo podría ayudarte, me caes mucho mejor que Liam. - le dije

–Estoy seguro, no me gusta Vi - me dijo y en ese momento sonó el timbre.

–Yo abriré - me ofrecí. 

Me dirigí a la puerta y me encontré con Luke al abrirla. Él vestía unos jeans negros y una franela Ralph Lauren Polo bien tendida, de color azul marino, unos vans del mismo color que la franela y sus lentes RayBan. En su mano sostenía las llaves de su auto, y como siempre estaba sonriendo.

–Hola cariño - le dije y lo abracé.

–Hola preciosa - me dijo. Besó mi mejilla y se adentró en la casa.

–¿Vienna ya se ha ido? - le pregunté cuando llegamos a la cocina.

–Sip, hace unos minutos. 

–Hola Luke - dijo Louis. Luke asintió y chocaron sus puños.

–Luke, ¿Vienna está muy enganchada con Liam? - Quería saber, así podía salir con mi mejor amiga a citas dobles, aunque nuestras parejas no se lleven muy bien que digamos.

–Así parece. No ha parado de  hablar de Liam en los último tres días. De como viste, de como come, de como camina, de como la mira, de como le sonríe, ¡DE TODO! - dijo Luke y yo reí. 

Vienna era una chica especial. No había tenido mucha suerte que sus relaciones anteriores así que no se confiaba mucho. Pero si que se enamoraba facil. Siempre le ve el lado malo y el lado bueno a un chico. Un persona como Vienna, tiene sus pros y sus contras.

–Espero que le vaya bien. - le dije a Luke. Y miré de reojo a Louis.

Louis estaba sentado con la cabeza baja, estaba pensando en algo. Sus ojos reflejaban un poco de odio y angustia. ¿De verdad no le gustará Vienna? Al parecer el tema de Liam con Vienna le había pegado como patada en el higado.

–¿Qué tienes Louis? - le pregunté.

Su cabello despeinado tapaba con una sombra sus ojos azules. Sus nariz estaba fija en el suelo. Y su cuerpo estaba aferrado a la silla para no caer, estaba muy vagamentemente pegado a ella.

–Nada - hizo una mueca - tan solo muero de hambre.

Nos sentamos a comer y disfrutabamos de las delicias que nos había preparado Louis. Tenía talento para la cocina.

De un momento a otro, todos hablabamos de cosas inútiles pero callamos al escuchar el sonido del timbre.

–Yo voy - dije y mi levanté.

Al abrir la puerta miré a dos chicas y detrás de ellas, junto a una 4-Runner se encontraban dos chicos.

–¡Paige! - dijeron ambas chicas al unísono al verme. Los chicos dejaron de estar recostados al auto para pararse firmes y caminar hasta la puerta - iremos a tu instituto.

El *beep beep* del auto sonó, indicando que estaba cerrado.

Little White LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora